29 - Contrasto

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Can

No puedo creerlo.
Sanem descubrió que soy el albatros que busca, nos comprometimos oficialmente y compartimos un beso que fue pura magia, sin embargo, parece que aún no puede aceptar lo que hay entre nosotros y todo por culpa de ese Osman, maldito sea.

Camino a paso ligero hacia su casa, siento su presencia a mi lado, pero no quiero mirarla ni tocarla. Sólo tengo que tratar de mantener la calma y mantener a raya la ira que siento al pensar que ella tiene a otra persona en su corazón y en su mente.

La intensidad con la que respondió a mi beso me hizo pensar que se había rendido ante mí y que había aceptado lo que ahora somos el uno para el otro. Pronto seremos marido y mujer, nada puede impedirlo, pero no puedo aceptar que para ella "no sea fácil". Sus palabras me duelen, no me siento cómodo con la idea de estar a punto de casarme con una mujer para la que "no es fácil" aceptar ser mi esposa.

Llegamos a la puerta de su casa y sin mirarla me doy la vuelta dispuesto a salir, advirtiéndole. "Nos vemos mañana en la agencia, y luego te recojo a las 8 de la tarde para ir juntos a la gala benéfica de la Fundación de Ayuda Humanitaria".

"¿Qué, quieres que vaya contigo?"

La miro a pesar mío, parece casi asustada ante la idea de ser vista en público conmigo y eso, si cabe, me enfurece aún más. ¿Qué piensa ella? ¿Que tenemos que escondernos del mundo y mantener nuestro compromiso en secreto?

"Sí, por supuesto, eres oficialmente mi prometida y me parece normal que me acompañes al evento ya que he decidido apoyar la campaña"

"Pero habrá mucha gente allí, tu madre y .... Polen"

Hago una mueca de fastidio. "Sí, por lo visto también estarán allí, pero a mí no me importa y a ti tampoco debería importarte".

La veo ponerse rígida y levantar la barbilla en un gesto casi desafiante. "Por supuesto, no me tiene que importar que tu ex novia esté en el evento de mañana por la noche, igual que no me tiene que importar que viva en tu casa ¿verdad?"

Estoy sorprendido, no creía que supiera que Polen se ha instalado en mi casa. Estoy a punto de explicarle que sólo está allí porque es la invitada de mi madre cuando la veo introducir la llave en la puerta, abrirla y entrar en la casa después de saludarme rápidamente: "Hasta mañana".

Me quedo quieto unos instantes, observando la hoja de la puerta cerrada, la misma a la que había llamado unas horas antes lleno de expectación por lo que iba a ocurrir. Me doy la vuelta para volver a mi vehículo todoterreno, diciéndome a mí mismo que ciertamente no es así como imaginaba que terminaría esta noche. Me pongo al volante y miro hacia arriba sólo para ver de nuevo la cara curiosa de mi vecina asomando tras las cortinas de encaje de una ventana oscura. ¿Esta mujer no duerme nunca?
Me saluda con la mano, como si fuera normal que estuviera allí curioseando en mitad de la noche, y yo, a mi pesar, sonrío en respuesta a su saludo y luego arranco el coche y me voy con la mente y el corazón confundidos por los acontecimientos de esta noche surrealista.

Sanem

Cierro la puerta de mi habitación y me apoyo en ella, dejándome deslizar lentamente hasta el suelo.
Llevo las manos a cubrir mis ojos preguntándome cómo he podido meterme en este enorme lío. Can tiene razón, casi parece que el destino ha querido jugar con nosotros y nuestras vidas, todo parece tan absurdo y en cambio tengo que aceptar que no es más que la realidad.

Estoy a punto de casarme con Can y nuestra relación no está nada clara. Pronto seré su esposa y ni siquiera sé lo que siento por mi futuro marido, o mejor dicho, sé perfectamente que me atrae como un imán y que cada vez que estamos cerca hay chispas de pasión pero...

Decisiones repentinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora