Sanem
"¿Te parece bien, Sanem, que mi padre y yo vayamos a visitar a tus padres esta noche?".
No le encuentro sentido a la actitud de Can, pero lo único que puedo hacer es acatar sus exigencias a la espera de llegar al fondo de lo que piensa hacer.
"No hay ningún problema, mis padres estarán encantados de conocerle señor Aziz, sin duda le esperamos esta noche para cenar, mi madre estará encantada de preparar algunas de sus delicias para usted y Can". Aziz pone su mano sobre la mía sonriendo. "Teşekkür ederim, gracias hija, pero qué son todas estas formalidades, ahora somos familia puedes llamarme babam, papi o Aziz como prefieras querida".
Sus palabras me conmueven y me horrorizan al mismo tiempo, el padre de Can parece una buena persona y me entristece pensar que se hace ilusiones sobre mi papel en la vida de su hijo cuando espero que en cualquier momento Can decida dejarlo. Le echo una mirada inquisitiva, ¿qué se cree que va a hacer? ¿Cuánto tiempo piensa seguir fingiendo?
Terminamos el desayuno de buen humor con Aziz contándonos los lugares que ha visitado en las últimas semanas durante su viaje al extranjero. Me saluda con un cálido abrazo mientras me dispongo a volver a mi trabajo, mientras dirijo de nuevo una mirada inquisitiva hacia Can, que sigue interpretando su papel de novio galante sin dar señales de querer tener un enfrentamiento conmigo.
Vuelvo a mi escritorio y como primera cosa llamo a mi madre para comunicarle que he invitado a Can y Aziz a cenar y el tono de su voz me desconcierta, es tenso, es la típica voz que he aprendido a reconocer cuando se avecinan problemas. 'Ven pronto a casa, por favor, Sanem, tu padre y yo necesitamos hablar contigo'. Estoy perplejo, ¿cuál era ese tono? ¿De qué quieren hablar? Paso otro día en el que poco puedo concluir, no puedo concentrarme por la ansiedad de no saber que va a pasar en mi vida, primero Can ahora también mis padres.
Pero ya es hora de que empiece a actuar, no puedo esperar más, tengo que empezar a enfrentarme a los problemas. Al final de la jornada laboral, listo para volver a casa, me asomo al despacho de Can, que está en compañía de Aziz y Emre. Me armo de valor y, esbozando la más inocente de las sonrisas, pregunto: "Cariño, ¿puedes llevarme a casa? Con el transporte público corro el riesgo de tardar demasiado y mi madre me está esperando para que la ayude con los preparativos de la cena de esta noche. Can me lanza una mirada asesina mientras Aziz entra. "Adelante, adelante Can, terminaremos de ver estos documentos, no te preocupes. Prácticamente nos hemos autoinvitado a cenar a casa de Aydin y es lo menos que podemos hacer para corresponderte, adelante, acompaña a tu novia hijo".
Can me lanza una mirada torcida mientras se mueve para recuperar su chaqueta diciendo. "Claro cariño, vamos." Se despide de su padre y de Emre con un gesto y luego me coge de la mano para salir juntos de la agencia. Sonríe e intercambia algunas bromas con los empleados que encontramos por el pasillo, y luego permanece en silencio hasta que estamos frente a su todoterreno en el aparcamiento subterráneo.
'Felicidades, muy buena actuación Sanem. Por otra parte, no debería sorprenderme, he podido comprobar a mi costa que eres muy buena actriz". Sus palabras me enfurecen sin medida, toda la tensión emocional acumulada durante los últimos días estalla incontrolablemente. "No te atrevas Can Divit. Es verdad, he hecho cosas de las que no estoy orgulloso, pero lo hice porque creí en las palabras de TU HERMANO. Realmente pensé que le estaba ayudando a salvar la agencia de un hombre sin escrúpulos que quería arruinarla, ¡piensa en la ironía! Llevo días intentando explicarte cómo fueron las cosas, pero has decidido que no quieres escucharme. Sigues haciendo el papel de novio cariñoso, ¿a dónde quieres llegar? ¿De verdad quieres traer a tu padre a conocer a mis padres, seguir con los preparativos de la boda y luego cancelarla?"."Tú sígueme la corriente, de momento las cosas deben seguir como están. Emre no debe entender que me confesaste tus sucias maquinaciones, así que tendremos que seguir haciendo creer al mundo que estamos felizmente enamorados".
Sacudo la cabeza con incredulidad. "¿Y hasta cuándo? ¿Hasta el compromiso o llegaremos a la víspera de la boda y entonces lo cancelaremos? Escucha Can, esta noche puede ser la oportunidad adecuada para confesar a mis padres y a tu padre lo que he hecho. Así te liberaría de cualquier compromiso conmigo, nadie podrá culparte, dejaré muy claro que todo es responsabilidad mía y luego cada uno podrá seguir su camino."
Con un movimiento relámpago se acerca a mí y cogiéndome por los brazos me atrae contra él acercando su cara a escasos centímetros de la mía. "No te atrevas Sanem, no puedes hacer eso. No sabes cómo están las cosas, mi padre no está bien y no es el momento de someterlo a estrés emocional. Te he dicho que seguiremos fingiendo...".
Me pongo rígida contra él, intentando zafarme de su agarre. "¿Hasta cuándo? Dímelo, quiero saberlo".
Por un momento, la penumbra del aparcamiento me transporta a aquel teatro, aquel cuerpo apretado contra el mío, el mismo calor, el mismo olor. No me ayuda ver que la mirada de Can desciende hasta apuntar a mis labios mientras mi respiración se hace cada vez más corta lo único que puedo hacer es susurrar de nuevo la pregunta que llevo días haciéndome. "¿Hasta cuándo Can?"
Aparta la mirada de mis labios para mirarme fijamente con expresión firme. "Hasta la boda, si llega el caso".
Empujando con fuerza mis manos contra su pecho, consigo liberarme de su agarre. "Estás loco, ¿de verdad quieres ir hasta la boda?" El rostro una máscara helada reitera con firmeza. "Sí, si lo veo conveniente llegaremos hasta el matrimonio y tendrás que acompañarme por las mismas razones por las que vine a pedir tu mano además ahora tendrás que hacerlo por la deuda de 200.000 liras turcas que tienes con Fikri Harika y por todo lo que hiciste para arruinar a mi padre".
Sacudo la cabeza incrédula retrocediendo. "Estás loco Can Divit, estás loco. Me voy". Me doy la vuelta para dirigirme a la salida "¿A dónde vas? ¿No debía acompañarte?" Ni siquiera me doy la vuelta para mirarle. "No gracias, ya le debo bastante a Divit, no quiero aprovecharme más".
Salgo a la calle y paro al primer taxi que pasa todavía incrédulo, no puede estar hablando en serio. Está enfadado, dolido, seguramente pronunció esas palabras en una oleada de rabia por haber sido engañado, realmente no puede pensar en llevar esta farsa hasta la boda. Ahora yo también tengo que calmarme, no puedo llegar a casa en este estado. Esta noche intentaré volver a hablar con él, tenemos que encontrar juntos una solución a esta situación surrealista, tiene que haber un camino aunque en este momento sienta que me he metido en un callejón sin salida.
Al llegar a casa me bajo del taxi intentando serenarme para no dejar traslucir mi angustia, mi madre es un auténtico sabueso y si se da cuenta de que algo va mal no cejará hasta conseguir una confesión completa.
Entro en casa y mientras me quito los zapatos para ponerme las zapatillas oigo que mi padre me llama desde la cocina. Me uno a ellos y nada más cruzar la puerta me doy cuenta de que algo ha ocurrido, tienen una expresión seria que nunca había visto en sus rostros, quizá sólo en la fatídica mañana en que me vieron llegar a casa de madrugada en compañía de un desconocido.
Les miro interrogante. "¿Qué pasa?" Es mi padre quien habla en un tono gélido que nunca antes había utilizado conmigo. "Sanem, nos enteramos por Halil que nuestras deudas han sido saldadas, por ti. ¿De dónde has sacado todo ese dinero?"
Allí, como si las preocupaciones de estos días no fueran suficientes, ahora surgía también el tema de las deudas. Le había rogado a Halil que no dijera nada a mis padres hasta que encontrara la manera de explicarles cómo había conseguido una suma tan grande. Cambié la mirada de uno a otro intentando encontrar una respuesta plausible, pero pronto me di cuenta de que no tenía escapatoria.
"Iba a contártelo pronto, con todo lo que ha pasado en los últimos días no he podido hacerlo. Allí, sí, pagué las deudas del emporio porque era justo que te ayudara'. Mis padres siguen mirándome con seriedad y es mi madre quien ahora me interroga en tono seco. "Lo hemos entendido Sanem, lo que queremos saber es de dónde has sacado todo ese dinero".
Suspiro aceptando que el destino ha decidido por mí una vez más, evidentemente así es como tenía que ser y no tengo más remedio que seguirle la corriente.
"Babam, Anne, papá, mamá para saldar nuestras deudas he decidido vender la receta familiar, la que me dio la abuela Yağmu, la receta para hacer aceites perfumados de flores silvestres".
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Decisiones repentinas
Fiksi PenggemarEse momento de celos, la repentina decisión de tomar su mano y arrastrarla lejos de esa fiesta y de ese hombre intruso, dio un curso completamente inesperado a mi vida y a la suya. Soy Can Divit, un albatros inquieto, posesivo e impulsivo, que quizá...