Decisiones repentinas

13 - Comparación

Can

Durante todo el viaje en avión, en lugar de pensar en las palabras adecuadas para decirle a Polen que nuestra historia ha terminado, sólo podía pensar en Sanem.

¡Maldita sea! Debo admitir que desde la primera vez que la conocí, me llamó la atención. Me conmovió su adorable expresión cuando se dio cuenta de que la había oído hablar de mí con Cey Cey y Guliz. Sus profundos ojos color avellana y sus labios carnosos no me dejaron indiferente, tengo que ser sincero, tanto que la expresión severa con la que me había enfrentado a ella se suavizó inmediatamente con su divertida expresión de consternación.

Parecía inmediatamente adorable en todo lo que hacía: torpe, patosa, siempre con la cabeza en las nubes chocando con todo y con todos, entusiasta por todo y al mismo tiempo tan pura y verdadera.

Descubrirla en el salón de mi casa, tomarla en brazos y reconocerla por su olor como la misteriosa mujer del teatro fue como cerrar un círculo. Por fin entendí por qué era tan especial para mí desde el primer momento.

Aterricé en Londres en una noche de lluvia torrencial, Polen se ofreció a recogerme en el aeropuerto, pero decliné, prefiriendo tomar un taxi hasta el centro. Sabía que el viaje en coche me resultaría embarazoso, consciente del motivo de mi repentina visita.

Me había propuesto reunirme en su casa, pero yo quería encontrarme con ella en un restaurante en el que habíamos estado varias veces en el pasado, mucho mejor que este encuentro se celebrara en territorio neutral.

Llego a mi destino y, tratando de resguardarme con mi chaqueta de la incesante lluvia, corro hasta la entrada del restaurante, donde un camarero me guía por la sala hasta nuestra mesa. Polen ya está sentado, rígido, con una expresión muy seria en su rostro. Me acerco sorprendido, sin entender el motivo de su actitud. "
Hola Polen".
No se levanta para saludarme como suele hacer, sino que se limita a dirigirme una mirada gélida cuando me siento frente a ella.

El camarero que toma los pedidos aplaza durante unos minutos un enfrentamiento que empieza a ser bastante complicado. Pedimos en un ambiente tenso y, en cuanto el hombre se aleja, decido tranquilizarme de inmediato abordando de frente el asunto por el que he venido hasta Londres.

"Polen, necesito hablar contigo".

Su expresión se vuelve más oscura, y responde con un tono agudo.
"Entendí que necesitabas hablar conmigo, pero hoy una llamada de Huma también me ha dejado claro "de qué" querías hablar conmigo, o mejor dicho, "de quién"...

Siento que sube una rabia ciega.
"¿Mi madre? ¿Qué te ha dicho?"

Se ríe con una carcajada despectiva que nunca había escuchado de ella. "Al parecer, soy el último en ser informado de que vas a pedir matrimonio a cierta niña del barrio el próximo jueves. Siento que ya no te conozco Can, ¿cómo puedes pensar en mezclarte con ciertas personas?".

Su forma de hablar me irrita. "Aparte de que no creo que mi madre tenga derecho a inmiscuirse en mi vida de ninguna manera, a estas alturas siento que nunca te conocí realmente Polen. Por tu forma de hablar parece que el problema no es tanto que el que debería ser tu novio esté a punto de declararse a otra persona, sino que esta otra persona no es del entorno social adecuado a tus ojos."

Me sorprende su forma de pensar, no pensé que fuera tan snob, de todas formas me doy cuenta que le debo una explicación.

"Mira, nuestra historia no podía seguir así, creo que ambos lo teníamos claro. Somos lo suficientemente mayores como para empezar a querer algo más que una relación en la que nos vemos como mucho tres veces al año."

Su expresión parece suavizarse de repente, y extiende la mano por la mesa para coger la mía.
"Pero Can, si ese es el problema para ti estoy dispuesto a volver a Turquía en cualquier momento. Puedo hacer contacto para apoyarme en los laboratorios de investigación en Ankara y desde allí unirme a ti en Estambul para estar juntos el fin de semana".

Sacudo la cabeza, parece que no quiere entender. "Polen, si los dos quisiéramos realmente hacerlo lo habríamos hecho hace tiempo, ¿no crees? Nuestra historia simplemente se ha agotado. Nos conocemos como nadie en esta vida, siempre nos hemos confiado, nos queremos, pero esto es amistad Polen, no amor".

Retira su mano de la mía con fastidio y se vuelve a sentar en el asiento. "¿Y en cambio encontraste el amor con esa niña?".

Una vez más lucho por ocultar la irritación que siento por la forma altiva en que se refiere a Sanem, realmente siento que estoy oyendo hablar a Huma.

"No he venido a hablar contigo de mis sentimientos por Sanem, he venido a aclarar nuestra relación..."

Cuando el camarero llega con nuestros pedidos me veo obligado a interrumpir, cuando se aleja estoy a punto de retomar la conversación cuando ella habla.

"Escucha Can, creo que lo que estás experimentando con esta chica es sólo un capricho. Nuestra relación siempre ha sido de total libertad. ¿Sabes lo que digo? Ve, diviértete, busca tu propio entretenimiento, puedo entender que pueda pasar cuando estás lejos el uno del otro durante mucho tiempo, pero lo que tú y yo tenemos desde hace años es algo especial. No se puede cuestionar por el bandazo del momento a una mujer que probablemente se le ofreció deslumbrada por su dinero y posición social".

La miro estupefacta, no puedo creer lo que está diciendo, me pregunto quién es la mujer que conozco desde el instituto y que creía completamente diferente.

"Polen, ¿hablas en serio?"

Sonríe y se inclina para tomar mi mano de nuevo en la mesa.

"Por supuesto Can, eres demasiado importante para mí como para tirarlo todo por la borda por una aventura".

Me apoyo en el respaldo de la silla quitando mi mano de la suya, me limpio la boca con la servilleta y la pongo sobre la mesa intentando dominar mi irritación antes de hablar.

"Polen, ¿te das cuenta de lo que estás diciendo? ¿Sabes que el jueves voy a pedir oficialmente la mano de otra mujer y lo único que tienes que decir es que me divierta un poco y luego vuelva contigo? ¿Recuerdas lo que significa "pedir la mano" en Turquía?

Hace un gesto en el aire como para minimizar. "Vamos, no puedo creer que realmente tengas la intención de hacer algo así, Huma debe haber salido de su camino para asustarme".

Sacudo la cabeza con la creciente incredulidad de que esto esté sucediendo realmente, esta conversación está tomando un giro que no esperaba.

"Polen, mi madre, que supongo ha sido informada por Emre ya que sólo a él le he confiado mis planes hasta ahora, te ha dicho la verdad. Ya he hecho los arreglos con los padres de Sanem, he dado mi palabra de que el jueves por la noche llamaré a su puerta, como manda la tradición, para pedir la mano de su hija menor. Esto no es algo que deba tomarse a la ligera, he asumido un compromiso serio que tengo toda la intención de cumplir.

Me mira en silencio durante un tiempo interminable, su inspección me incomoda, me conoce muy bien y de hecho poco después la oigo preguntar con actitud inquisidora.

"No es que puedas tomar una decisión tan repentina. ¿Por qué decides casarte con una chica a la que conoces como mucho desde hace unas semanas? ¿Qué ha pasado? ¿La has comprometido de alguna manera?"

Me muevo en la silla incómodo.

"Por qué decidí casarme con ella no es algo que vaya a discutir contigo Polen, estoy aquí para aclarar nuestra relación, para decirte que eres y seguirás siendo un querido amigo para mí, pero nada más".

Suspira mientras sigue mirándome con desconfianza. "Esta historia no me convence Can. Hay algo que no quieres decirme, puedo sentirlo".

No tengo intención de compartir con Polen la realidad de mi compromiso con Sanem, ahora mismo estoy luchando por mí mismo para darme cuenta de lo que ha pasado y del significado del compromiso que he adquirido para el futuro.

Cambio de tema preguntándole por los amigos comunes, seguimos comiendo en un ambiente extraño y tenso, pero era de esperar que no fuera un paseo decirle que nuestra relación se ha acabado.

Más tarde, al salir del restaurante, me encaro con ella para despedirme antes de parar un taxi que me lleve al hotel y me coge desprevenido rodeándome el cuello con sus brazos y besándome luego apasionadamente. No me lo esperaba, permanezco inmóvil, impotente, sin devolverle el beso y ella no puede evitar notarlo, sin embargo se separa de mí aún abrazándome y me susurra al oído. "Ven a mí Can, por los viejos tiempos ven a mí esta noche".