Can
Apoyado en el mostrador de la barra veo desde lejos a ese tipo, Fabri, agarrarla del brazo para retenerla mientras ella parecía claramente decidida a marcharse.
En un momento pierdo la cabeza, una sola palabra viene a mi mente mientras me muevo con decisión hacia ellos.
La mía.
Es irracional, lo sé, pero desde que la tuve en mis brazos en la oscuridad de aquel teatro y la besé, siento que de alguna manera me pertenece.
Sé que está comprometida con otra persona y que probablemente nunca podrá ser mía, pero mi corazón no lo supera, no entiende que deba renunciar.
Es con estos pensamientos zumbando furiosamente por mi mente que alcanzo a dar unas zancadas y agarro su mano.
Se vuelve hacia mí sorprendida, buscando mi mirada mientras le hago un gesto con la cabeza para que me siga.
Permanece inmóvil durante interminables momentos en los que creo que quiere rebelarse contra mi petición, pero luego siento que cede a mi agarre que quiere alejarla cuanto antes de ese lugar y de ese hombre que no tiene derecho a tocarla. Le damos la espalda a Fabri, a nuestros compañeros, a ese partido insultante y a los acuerdos comerciales que son lo último que tengo en mente en este momento.
La mía fue una decisión repentina, tomada sin pensar, en una ola de celos por una mujer sobre la que no tengo derecho.
No podía saber en ese momento que esa misma decisión cambiaría el curso de mi vida para siempre.
De nuestras vidas.Sanem
En todos los cuentos de hadas, en el bosque oscuro...
Hay una voz que susurra y nos llama hacia el peligro.
El malvado rey, con todo su encanto, nos arrastra a estas peligrosas aventuras.
En cuanto entran en el bosque, las princesas se dirigen a los reyes malvados, sabiendo que sus corazones serán destruidos.
¿Y dónde estoy yo en este cuento de hadas?
¿Aceptaré lo que me corresponde?
¿O me iré, arrastrado por un rey malvado que destruirá mi corazón?Can
La arrastro hacia la entrada de la finca y le pido al aparcacoches que me traiga el coche, luego me detengo y me dirijo a ella.
"Ese hombre no puede tocarte así, no puede mirarte así. No puede molestarte".
Sanem me mira con esos enormes ojos avellana suyos que, desde el primer momento en que se encontraron con los míos, han sido capaces de atraparme y no dejarme escapar.
"Pero no pasó nada Can bey. Quiero decir... acabamos de hablar. Además, ¡todavía no ha firmado el acuerdo con el Sr. Fabri!"
Mi ira crece ante la mera mención del nombre de ese hombre.
"Olvídate de eso. Olvídate del acuerdo. No es más importante que tú".
¿Qué estoy diciendo? Me corrijo inmediatamente.
"Lo que significa que no es más importante que mis empleados. Quiero decir... que no sólo se aplica a ti".
Me he expuesto demasiado, intento con esta frase compensarla y que no sepa lo especial que es para mí.
"¿Vienes?"Sanem
"¿Vienes?"
Bajo la mirada a la mano que Can extiende hacia mí en señal de invitación y luego vuelvo a mirarle a los ojos, atraída por esa forma de hacerlo confiada, carismática.
Es más fuerte que yo, sé que debería, pero no hay manera de que me aleje de él. Coloco mi mano sobre la suya, la siento tan pequeña en su fuerte agarre. Asiente con la cabeza y sonríe mientras me ayuda a subir a su coche y luego se pone al volante y se marcha.
En silencio, salimos de la finca donde se celebraba la fiesta y giramos hacia la carretera que sale de la ciudad.
"¿A dónde vamos Can?"
"A mi estudio. Tengo que trabajar en tus fotos. Pero primero, ¿tienes hambre?"
No puedo negarlo, mi apetito parece desenfrenarse cuando estoy con él.
"¡Sí, tengo mucha hambre!" exclamo con convicción y él se ríe, se ríe de mí con esa sonrisa que lo hace aún más encantador.
Desvía la mirada de la carretera para mirarme un momento.
"¿Nos vamos entonces?"
"Vamos."
Fue una decisión repentina, tomada sin pensar.
No podía saber en ese momento que esa misma decisión cambiaría el curso de mi vida para siempre.
De nuestras vidas.
ESTÁS LEYENDO
Decisiones repentinas
FanficEse momento de celos, la repentina decisión de tomar su mano y arrastrarla lejos de esa fiesta y de ese hombre intruso, dio un curso completamente inesperado a mi vida y a la suya. Soy Can Divit, un albatros inquieto, posesivo e impulsivo, que quizá...