53 -La vida que me gustaría

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Sanem

"Hagamos un pacto, a partir de esta noche y sobre todo mañana dejemos a un lado el pasado, los pensamientos negativos y los malentendidos. Hagamos una tregua e imaginemos vivir la vida que hubiéramos querido para nosotros, el matrimonio que soñamos. ¿Estás dentro, Sanem?"

Giro ligeramente la cara para lanzarle una mirada mientras me pregunto si realmente puedo hacerlo: ¿puedo fingir que no ha pasado nada? ¿Puedo imaginar que desde que me pidió la mano y descubrí que era mi albatros, todo ha ido sobre ruedas y nos hemos casado, felices de habernos encontrado? Sin mentiras, sin engaños, sólo dos tipos que se enamoraron sin saber nada el uno del otro y que se casaron porque era lo que más querían. ¿Puedo imaginármelo?

"OK, vamos a hacer una tregua."
Mi respuesta es natural, estoy cansada de estar enferma y cansada de vivir con culpa y decepción por cómo fueron las cosas y cómo me trataron. Realmente quiero fingir por unas horas que soy la novia feliz de un hombre hermoso que me ama tiernamente y me ha traído a vivir a una casa que es un lugar de hadas.
Me dejo ir imperceptiblemente contra su pecho, quiero volver a respirar profundamente, quiero sacudirme el insoportable peso de la angustia que pesa sobre mi corazón y me deja sin aliento desde hace semanas.
Cierro los ojos ante el estupendo espectáculo que Can ha querido regalarme esta noche porque sólo quiero disfrutar del calor de su cuerpo, de la fuerza de sus brazos sosteniéndome, unos brazos que sentí perfectos para mí desde el primer momento en que me abrazaron en la oscuridad de un teatro. Las alas de mi albatros, de mi kötü kral, el rey malvado, que al final no era malvado pero se convirtió en tal por lo que le oculté y las mentiras que le dije.
Simplemente decido no pensar, sólo quiero volver y respirar el aire salado que llega del Bósforo y vivir este momento al máximo. Permanecemos así no sé por cuánto tiempo, pero su entrenamiento funciona, parece tan fácil acostumbrarse de nuevo a su tacto, al cálido aliento acariciando mi mejilla, a la barba cosquilleando la piel de mi cuello, a las manos acariciando suavemente mis brazos para mantenerme caliente y segura. Podría acostumbrarme a una vida hecha de estas pequeñas cosas, sé que no puedo permitirlo, pero también sé que es exactamente lo que quiero.

Sólo mucho después me vuelvo hacia él, que me acaricia suavemente la mejilla de esa forma que sabe hacer que mi corazón lata a un ritmo enloquecido. "Vamos a dormir Can, que es tarde para ti que tienes que salir de casa por la mañana temprano para ir a la agencia". Asiente y cogiéndome de la mano me conduce por la interminable escalera que nos ve llegar arriba con la respiración entrecortada y la sonrisa de quien acaba de estar en el cielo. Cuando volvemos a entrar en casa me acompaña hasta la puerta del dormitorio que he elegido para mí. "Me iré muy temprano por la mañana, pero intentaré estar de vuelta tan pronto como pueda para ayudarte a prepararte para la noche, ¿de acuerdo?". Asiento incapaz de hablar, todo me parece tan extraño como extraño e inesperado me resulta el leve roce de sus labios sobre los míos. "Iyi geceler aşkım , buenas noches mi amor." Allah Allah está bien practicar la cercanía, pero ese beso y esas palabras saben cómo hacer que mi noche de insomnio se ocupe en vivir y revivir el roce de sus labios y la fuerza de sus brazos estrechándome.

Le oigo salir de casa que aún no ha salido el sol y sólo entonces me levanto yo también, tengo tantas cosas que hacer para estar lista para la noche. Salgo a comprar algo de picar y luego vuelvo a casa para convertirla en un hogar lo más "real" posible. Dejo mis pertenencias y las de Can por ahí, pero sobre todo me armo de valor y traslado todas mis cosas a la habitación principal, una habitación que siento impregnada de su aroma y personalidad masculinos.
Es tan extraño ordenar mis cosas en el armario y los cajones junto a las suyas, mis artículos de aseo junto a los suyos en el armario, mi pequeño albornoz rosa colgado fuera de la ducha junto a su gran albornoz azul. Es todo tan extraño, pero al mismo tiempo emocionante, si las cosas hubieran ido de otra manera esta sería realmente nuestra vida pienso mientras espero por la noche a que llegue a casa con una expectativa totalmente nueva.
Todo está listo, he cuidado cada detalle, espero que funcione, tiene que funcionar.
Cuando oigo girar la llave en la puerta mi corazón pierde un latido, estoy en el salón terminando de poner la mesa y me vuelvo hacia él con una sonrisa vacilante. Le veo quedarse inmóvil mirándome con unos ojos que... no puedo definir lo que expresa la intensa mirada que me dirige.
"Eres hermosa Sanem".

Decisiones repentinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora