El soldado cayó en el paracaídas y lo abandonó al instante. El objetivo de su misión: sobrevivir a toda costa. Pero ahora mismo, proveerse de armamento y provisiones primaba en su conciencia. Recorrió a la carrera el prado nevado en el que había aterrizado. Descendió arrastrándose desde lo alto de una colina y llegó al poblado más cercano. Escuchó pasos a su alrededor. Parecía estar acorralado por fuerzas enemigas y sus compañeros de bando habían tenido una mala sincronización, cayendo mucho más alejado del punto previamente acordado.
Pero ya no podía hacer nada y lamentarse no era una opción en su itinerario. Él era un soldado de elite, un profesional. Si alguien podía salir victorioso en una situación de crisis, ese era él. Ingresó a un inmobiliario abandonado y recorrió cada una de las habitaciones hasta encontrarse con aquello que tanto anhelaba: una caja de suministros provista por las fuerzas especiales. Allí pudo equiparse con un armamento muy básico que consistía en un simple chaleco y una escopeta recortada de corto alcance. No era su fuerte, pero era mejor que nada.
Los pasos se hicieron cada vez más intensos y la adrenalina comenzó a actuar. Las manos del soldado comenzaron a temblar. Su radar indicaba la presencia de al menos tres rivales acercándose a su posición.
Odiaba tener que ocultarse, pero no tenía otra opción en un momento como este. Tener que enfrentarse a una mayoría a quemarropa no era para nada estratégico. Agazapado y con el corazón en la garganta, recurrió a un escondite clásico: la cima de unas escaleras que permitía una panorámica directa a la puerta de ingreso principal de la casa.
Esperó durante unos segundos que se volvieron eternos y entonces, el primero de sus enemigos cruzó el umbral. Bastó de un solo disparo para derribarlo.
Lo siguiente sucedió demasiado rápido: dos enemigos más ingresaron al inmueble a zancadas apresuradas y con armas alzadas. El primero de ellos ingresó por la misma entrada que su compañero abatido. Grave error que terminó en un final idéntico. El segundo enemigo, utilizando métodos menos ortodoxos, atravesó la ventana, dio un giro sobre su cuerpo y lanzó una balacera, sin siquiera pestañear, hacia las escaleras.
El soldado de élite se movió a cubierto y no frenó sus pasos hasta llegar a una nueva habitación del piso superior. Las balas habían sido muy certeras y algunas habían rozado su pierna. Aunque nada que no pudiese soportar. Este enemigo sabía exactamente lo que hacía, y eso le quedó claro como el agua al segundo siguiente, dónde sus oídos escucharon el tintineo metálico de una granada de humo que rodó hacia sus pies.
No lo pensó dos veces. Salió de su cobertura y corrió hacia la ventana más cercana, dispuesto a arrojarse hacia el vacío, pero justo en el último segundo, los cristales de su salida a la salvación volaron en pedazos. Se agazapó. Era una trampa. Su enemigo había planificado todo al detalle y anticipado que intentaría escapar hacia el exterior.
El soldado de elite se cubrió la boca y se internó hacia la columna de humo que ya había inundado todo el piso superior. A paso cauteloso, pero veloz, descendió las escaleras y se cubrió en el filo de la puerta.
Su visión se dificultaba; el humo ya había llegado al sector de abajo, pero al menos estaba en un lugar seguro, pero su enemigo todavía tenía la ventaja estratégica. Tenía que obligarlo a exponerse de alguna manera. La pregunta era: ¿Cómo?
Esperó durante unos cuantos y eternos segundos. La gélida atmósfera de la zona podía rebanarse con un cuchillo y el peligro se sentía latente en cada posición. Por alguna razón, sentía que estaba siendo vigilado constantemente. Tenía que actuar rápido.
Recordó los cadáveres a los pies de las escaleras y se lanzó sobre ellos. Sus armas no eran la gran cosa, por lo que decidió quedarse con su escopeta, pero sí logró ubicar algo para cambiar las tornas del enfrentamiento: una granada de fragmentación.
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DESTELLO DE ALMAS : UN ALMA LIBRE LIBRO 1
SpiritualFantasía contemporánea - Aventura - Comedia - Romance LGTB - Emotiva - Épica - Original Una noche de trabajo como cualquier otra, mientras transitaba en la ruta junto a su mejor amigo, Ricardo vive una experiencia mística que le cambiará la vida cóm...