No había logrado conciliar el sueño. Me quité un auricular. La noche parecía estar tranquila, nada extraño.
Me puse de pie. La luz que nos ofrecía la luna llena, permitía iluminar mi habitación.
Me acerqué a la ventana. Una cortina de neblina decoraba el patio delantero del hotel. Fije mi visión en Saddie, que vestía un delicado vestido blanco hasta por debajo de la rodilla. Su pelo completamente suelto, bailaba hasta llegar a su cintura. Danzaba dando pequeños saltos y giros sobre sus pasos. Extendía los brazos y miraba hacia el cielo. Cabe destacar que estaba descalza. Las plantas de sus pies tocaban la humedad de los adoquines de la entrada.
Luego de tanto girar se detuvo. Volteó su cabeza sobre su hombro hacía mí. Encontramos nuestras miradas y ladeó una torcida sonrisa. Sus ojos parecían más grises, casi blancos.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo y me dejé caer al piso cuando la puerta se abrió y se cerró en un golpe que resonó en toda la casa.
—Corre, corre muñeca. Corre en la noche y en el día. Corre, corre muñeca. Corre o te atraparían. Corre, corre muñeca... —una dulce voz se escuchaba cantar, en algún rincón sombrío. Donde la luz de la luna no llegaba a tocar. Tomé lo primero que encontré sobre la mesa de luz.
— ¡Ven! —Grité poniéndome de pie—. No te tengo miedo —mentí. El alma estaba a punto de escaparse de mi cuerpo.
—Corre, corre muñeca. Corre en la noche y en el día... —continuó cantando. Los pasos avanzaban hacia mí.
— ¡Vete! ¡No es gracioso! ¡Vete o te mataré!
De pronto sentí como corrió. No pude ver su rostro pero vi un pequeño cuerpo frente a mí. Tomó mi pierna haciéndome caer. Golpeé mi cabeza contra la esquina de la mesa.
Me arrastró rápidamente hacia el placar. Me aferré a la cama, como si mi vida dependía de ellos. De hecho, lo hacía.
Di una patada a lo que sea que me tenía agarrada y logré zafarme. Forcejeé con la puerta hasta lograr abrirla.
Salí al pasillo. Completamente oscuro. Nadie había parecido escuchar mis gritos, ni los golpes, ni esa terrorífica canción.
Corrí, no sabía hacia dónde. Intenté dar con alguna habitación pero todas las puertas estaban cerradas.
—Corre, corre muñeca... —la voz me seguía por detrás.
— ¡Ayuda! ¡Socorro! —grité subiendo las escaleras a un tercer piso.
No entendía que clase de hotel era. Qué clase de gente era la que vivía aquí. Que cosas habitaban en este lugar. Pero debía huir y sabía qué hacía arriba no era el camino correcto, pero no tenía opción alguna.
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El Hotel [+18] - Jeon Jungkook
Fanfiction¿Qué oscuros y retorcidos secretos hay dentro del Hotel Prixüm? ¿Quién es realmente Jeon Jungkook? ¿Qué pensamientos recorren su mente oscura y siniestra? Bienvenidos al Hotel, donde las sombras pasean por la noche. Donde dormir puede ser peligroso...