19. CIELO

276 24 0
                                    

   Me pareció extraña la forma en que nada había salido como yo lo esperaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   Me pareció extraña la forma en que nada había salido como yo lo esperaba. Me imaginaba un Yoongi que me golpearía y torturaría, como solía hacerlo cada vez que venía aquí.
   Sin embargo nos pidió que nos retiremos. Tomé de la mano a Angela y caminamos hacía la puerta, dispuestos a alejarnos tan rápido como pudiéramos, de allí. Pero solo era cuestión de tiempo para que Min levantara nuevamente su voz.
   — ¡Alto! —ambos volteamos. Él estaba de pie junto a la mesa—. Ella se quedará por unos minutos.
   El corazón se me aceleró. Sabía que traer a Angela no era buena idea. Los matones comenzaron a acercarse. Yo me puse delante de ella como si pudiera evitar que la tocaran.
   — ¡No! Me quedaré yo en su lugar.
   — ¡Claro que no! Eso sería asqueroso —Min se echó a reir.
   —No, por favor. Jungkook haz algo —Angela suplicó con desesperación.
   —Yoongi, haré lo que pidas. Por favor.
   — ¡Sáquenlo de aquí! —ordenó. Los matones me tomaron con fuerza y me empujaron fuera de la sala. Angela gritó suplicando mi ayuda. La puerta se cerró ante mí.
   Golpeé desesperadamente mientras escuchaba las suplicas de Angela.
   — ¡No! ¡Por favor, no! ¡Aléjate! ¡Jungkook!
Debía encontrar una maldita forma de ingresar. Solo eran ella y Yoongi allí dentro. Quien sabe que cosas intentaría hacer con Angela.
   Recorrí el pasillo. Busque algo con el cual poderlo atacar. Encontré un sable colgado en la pared. No tenía suficiente filo pero serviría para un golpe fuerte en la cabeza.
   Caminé intentando descubrir alguna puerta que diera con la de la Sala Azul. Mi desesperación iba en aumento mientras pasaban los minutos. Cada vez era peor.
   —Oye —escuché un susurro—. Tú, oye —volteé sobre mi hombro. Aquella joven que nos abrió la puerta—. Por aquí, ven.
   Corrí hacía ella. Ingresé a una pequeña habitación oscura. Una luz débil permitía verle la cara.
   —Iré a llevarle estas copas de vino. Una tiene un calmante. Tan solo tendrás un minuto para huir lejos de aquí sin que se enteren. Abriré la puerta de la Sala y solo corre. Sube al auto y por nada te detengas. ¿De acuerdo? —asentí ante sus indicaciones.
   Espere frente a la puerta. Escuché una copa quebrarse en el piso. Supuse que había funcionado la bebida.
   La joven apareció frente a mí abriendo la puerta. Angela estaba en el piso. La falda de su vestido estaba rota en un tajo. Ambas mangas rotas dejando ver sus hombros. Respiraba agitadamente mientras lloraba.
   — ¡Angela! —corrí hacía ella. Levanto su mirada y me abrazó con fuerza. Vi a Yoongi sentado en el sillón. Completamente adormecido. Fijó su mirada en nosotros pero el calmante le impedía moverse— ¡Hijo de puta! —intenté correr hacía él. Quería asesinarlo. Pero la joven me freno tomándome del brazo.
   — ¡Váyanse! ¡Ahora! No tendrás suficiente tiempo. En cuanto se recupere querrá ir detrás de ti.
   — ¿Y tú?
   —No puedo escapar de aquí. Me matará de todas formas.
   — ¡No! No podemos dejar que eso pase —Angela me tomó de la mano—. Llevémosla.
   —No, los pondré en peligro.
   —No te dejaremos aquí. Corre.
Angela la tomó del brazo y la jaló. La joven soltó la bandeja y huyo.
   — ¡Por aquí no, nos atraparan! ¡Hay otra salida por este pasillo!
Corrimos rodeando la mansión. Saltamos un alambrado. El Roll Royce nos esperaba en la carretera.
   — ¡Arranca! —ordené, dando un portazo al auto.
El chofer aceleró. Dos autos comenzaron a seguirnos. Tal vez fueron dos kilómetros y medio, cuando finalmente se rindieron.

   Nos alejamos del pueblo. Incluso de mi hotel.
   — ¿Cuál es tu nombre? —inquirió Angela.
   —Cielo.
   — ¿Cómo acabaste allí?
   —Yoongi me encontró en un prostíbulo. Me ofreció una mejor vida en su mansión. Al principio así fue. Era tratada como una reina. Pero todo cambio, solo fue un engaño.
   —Eso es terrible.
   —Te dejaremos en un hotel, Cielo. Ten —le entregué suficiente dinero—. Uno de los mios te verá mañana para ver que haremos contigo y como podremos ayudarte.
   —Gracias, señor Jeon.
El Roll Royce estacionó frente a un viejo hotel. Completamente normal y fuera de toda sospecha. Cielo bajo agradeciéndonos y se adentró desapareciendo.






El Hotel [+18] - Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora