¿Qué oscuros y retorcidos secretos hay dentro del Hotel Prixüm? ¿Quién es realmente Jeon Jungkook? ¿Qué pensamientos recorren su mente oscura y siniestra?
Bienvenidos al Hotel, donde las sombras pasean por la noche. Donde dormir puede ser peligroso...
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Había pensado en lo que Angela había comentado. Huir.
Ella, yo y los demás. Escapar de este hotel, de las sombras, de Yoongi y toda su gente. No sería fácil, pero podríamos intentarlo. La idea me ha dado vuelta en la cabeza durante toda la noche. Me senté frente a Seokjin, seguía durmiendo en su asiento. Me odié por un momento. Vi su rostro golpeado y me insulté por haberlo hecho. Toda mi vida fui un asesino. Me gustaba llamarlo justiciero, pero asesino en fin. No era lo que quería ser de grande cuando era un niño. De hecho quería ser abogado o doctor, no lo sé, cosas simples que sueña un pequeño. Había pensado formar una familia. Tener hijos y ser ese tipo de padre que tiene un auto familiar y sale de paseo los domingos al rio. Prepara un picnic y juega al futbol con los niños. Mientras la niña y su madre charlan de cosas que solo ellas entenderían. Sería la clase de esposo que llega del trabajo y se sienta con su mujer para hablar de cómo fue el día laboral. Prepararía la cena cada tanto para que ella descanse y la llevaría a cenar dos veces al mes. Sería el tipo de hombre que mi padre nunca fue. Crearía recuerdos que yo nunca tuve. Pero, ¿cómo podría alguien como yo, tener algo así? Angela tenía el mismo pasado oscuro, aunque no tan tétrico. Desde el momento en que la vi imagine toda mi vida a su lado.
La tarde avanzó. Jimin cuidaba de Seokjin. Los demás cuidaban que el oficial Namjoon no regrese. Subí a la habitación y me encontré con Angela. Acaba de salir de la ducha, la toalla rodeaba su cuerpo. Me acerqué para depositar un delicado beso en sus labios. — ¿Estas bien? —Angela, a pesar del corto tiempo juntos, conocía todo de mí. —He estado pensando en lo que me has dicho. — ¿Y? —No lo sé, Angela. No es tan fácil. —Sé que no es fácil, pero, ¿tienes otra idea? —De todas formas nos encontraran. Siempre lo hacen. —No si lo matamos —un escalofrió me recorrió. La forma en que Angela lo sugirió fue tan fría y distante. Tan segura de lo que decía. Sin titubeos. — ¿Matar a...? —A Yoongi, sí. —Puede ser una posibilidad. —Es una posibilidad —confirmó con una sonrisa. —Lo llamaré para verlo mañana. Idearemos un plan esta noche. La idea de matar a Yoongi era algo que había cruzado por mi mente un par de veces. No era sencillo. Hay mucha oscuridad a su alrededor. Mucha gente que lo protegía y de alguna forma siempre sabía de nuestros planes.
Terminamos de cenar. Lara se encargó de ir al sótano con Seokjin. El resto se reunió en el salón. Todos se sorprendieron al escuchar lo que planeábamos. Era arriesgado. Podíamos morir, absolutamente todos. De la manera más cruel. Pero nunca lo sabríamos si no lo intentábamos. — ¿Están de acuerdo? —Sí. Creo que es hora de que ese hijo de puta muera —Taehyung soltó el humo de su boca. — ¿Entonces será mañana? —Mañana por la mañana. Apenas salga el sol. De pronto la oscuridad reinó en el hotel. Las luces se apagaron. La puerta se abrió de un golpe. Ruidos extraños, estruendos. Todos buscaron las armas más cercanas que había para defenderse. La guerra parecía comenzar. — ¡Buenas noches!