El Hotel [+18] - Jeon Jungkook

16. VERDAD O RETO

   Baje a la sala. Era algo tarde pero no podía conciliar el sueño.
Al parecer nadie podía. Los demás miembros del hotel se encontraban reunidos en una ronda junto al fuego.
   —Jefe, que sorpresa —Jimin fue irónico.
   —No podía dormir.
   —Únetenos, estamos jugando —Juana dio palmadas en el hueco que quedaba a su lado en el sofá. Obedecí.
   —Bien, tú turno Tae. ¿Verdad o reto?
   —Verdad —liberó el humo de su boca.
   — ¿Has participado de un trio?
   —Claro que sí —ladeó una sonrisa—. No hay nada más satisfactorio. ¿De quién es el turno? ¿Qué tal tú, Jungkook? ¿Verdad o reto? —me acomodé en mi asiento. No solía jugar a este tipo de juegos. Revelar información privada sobre mi vida, no era algo que me agrade.
   —Verdad —accedí.
   — ¿Con cuantas has cogido en el último mes?
   —No lo diré —negué.
   —Vamos, no te sientas intimidado. Te conocemos.
   —Es algo privado.
   — ¡Oh, vamos, Jungkook! —Saddie chilló—. ¿Acaso, te incomoda que porcelana, lo sepa? —imaginé que porcelana le decían a Angela. Siempre parecía una niña inocente, a comparación de Saddie y Juana.
   —No.
   —Entonces responde.
   —Supongo que siete —sentí la mirada de Angela sobre mí. Todos vitorearon ante mi confesión.
   —Te toca preguntar —informó Jimin—. Elige a quien.
   —Ya no quiero jugar. Mejor pregunta tú. Es aburrido.
—Tú eres aburrido. Bien, a ver si alguien se anima a cumplir un reto —Jimin observó el rostro de todos—. Porcelana, ¿verdad o reto? —Angela dudo por unos segundos. Sonrió irguiendo su pecho.
   —Reto.
   —Uh, que valiente —Jimin se frotó las manos—. Bien, déjame pensar... ¡Lo tengo! Te reto a besar... —Angela parecía preparada, hasta que la sorpresa llegó a su rostro tras decir el nombre de la persona—. Juana.
   — ¿Juana?
   —Si —asintió Jimin—. ¿No me digas que nunca has besado a una mujer? Es igual que besar a un chico.
   —Yo... pues...
   —Si no quieres besarla, entonces bebé vodka, porcelana —hizo énfasis en su apodo.
Angela se puso de pie. Tomó de la mano a Juana y se pararon frente a frente. Observé con atención cada movimiento de ella.
   Sonreían mientras se acercaban poco a poco. Jugaban con caricias en el pelo y rostro. Dejé caer mi espalda sobre el respaldo del sofá. Coloqué mi tobillo sobre mi rodilla y me dispuse a ver el espectáculo.
   Angela tomó de la cintura a Juana y la embistió con un apasionado beso. Juana acarició la mejilla de su nueva amiga. Se besaban con pasión, saboreaban sus bocas entre sonrisas y jugueteo de lengua.
   No fui consciente de mi erección hasta que bajé la mirada. Crucé mis piernas para intentar ocultarla.
   No podía apartar mi vista de los labios de Angela, los cuales eran mordidos y atrapados por los de Juana. La forma en la que ella besaba y acariciaba a la castaña. Tan solo me hacía pensar en  querer ser yo quien mordiera sus labios y recorriera su cuello con mi lengua.
   Finalmente se separaron. Intenté calmar la erección pensando en otra cosa.
   —Bueno, será mejor que vayamos a dormir —sugerí.
   —Te espero en la habitación —bromeó Juana.
   —Allí estaré —Angela le respondió con una sonrisa pícara.
   —Mira, Angela. No eres como imaginaba —Jimin caminó por su lado.
   —No conoces absolutamente nada de mí —Angela paso frente a mí alejándose, no sin antes dedicarme una mirada intimidante—. Buenas noches, señor Jeon —susurró.
   Un escalofrió me recorrió. Una necesidad desbordante de correr detrás de ella y hacerla mía. Penetrarla hasta sentir que ese calor que quema el cuerpo. Sentir su intimidad, sus besos, su respiración.
   La atracción comenzaba a ser incontrolable.