28. QUIERO SER TUYA [+18]

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   Namjoon se había acercado mientras Jungkook buscaba algo para beber

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   Namjoon se había acercado mientras Jungkook buscaba algo para beber.
Pretendía hacerme algunas preguntas. Preguntas a las cuales no tenía respuesta porque no recordaba con claridad mi pasado.
   Volvió a ofrecerme su ayuda. Esta vez lo dudé. He estado planeando huir por mucho tiempo, pero ahora me replanteaba si realmente quería alejarme de esta vida. De ese hotel. De Jungkook.
   Comenzaba a sentirme atrapada de un bucle. No podía descifrar si tenía miedo. Si me aterraba estar rodeada de esa gente. O a la vez me traía seguridad y un tipo de placer.
   Si era normal sentir atracción por alguien que me podría matar si quisiera. Que era vengativo y trabajaba de quitarles la vida a las personas. Pero que también me hacía sentir protegida y amada, como una reina.
   Namjoon se alejó al no tener la respuesta que quería, pero insistió en que volvería pronto.
Jungkook apareció detrás de él. Apoyó las copas de gin y tomó mi abrigo.
   — ¿Vamos? Creo que ya no hay nada para hacer aquí.
   —Pues, vamos.
Me colocó mi tapado y tomó mi mano entrelazando nuestros dedos.

   Manejó despacio. La carretera oscura. La nieve continuaba cayendo. El silencio, el cual no era incómodo.
   La hora había avanzado. Las luces en el hotel estaban apagadas. Todos dormían.
   Subimos las escaleras. Dispuestos a irnos cada uno a su habitación para dormir. Aunque prefería volver a dormir con él.
   La tensión era notoria. Una energía extraña nos envolvía. Ninguno quería dormir.
   —Bueno, fue una buena noche —apoyó su espalda en la pared.
   —Creo que sí. Tú te divertiste con tu maldito vibrador —llevó su mano al bolsillo. Sentí la vibración en mi intimidad. Junté mis piernas en un reflejo—. Jungkook, ya no estamos en la fiesta —me quejé.
   —Lo sé —se acercó. Nuevamente otra vibración. Jadeé. Sabía que intentaba hacer.
   — ¿Y por qué lo aprietas?
   —Porque aún quiero divertirme... contigo —me jaló de la cintura. Choqué con su cuerpo.
   Me besó. No se apartó ni un segundo. Caminó guiándome hacía su habitación. Cerró la puerta con llave. Tiro nuestros tapados al piso.
   Me levantó tomándome en sus brazos. Rodeé su cintura con mis piernas. Me recostó sobre su cama.
   Desprendió los botones de su camisa para poder quitársela. Su dorso completamente desnudo sobre mí. Los tatuajes de su brazo. Su abdomen perfectamente marcado. Las venas de sus brazos marcándose mientras sostenía el peso de su cuerpo en ellos.
   Devoró mi cuello como si fuera un animal. Curve mi espalda al sentir sus labios sobre mis pezones. Su lengua jugaba con uno de ellos. Mordí mi labio inferior.
   Nuevamente llevó su mano al bolsillo. Saco el pequeño control y apretó un botón. El vibrador se movía dentro de mí generando un placer nuevo. Moví mis caderas sintiendo mi intimidad mojarse.
   —Te haré mía, Angela —me quitó el vestido—. Esta noche... —dio pequeños besos desde mi cuello hasta mi abdomen—... Te haré mía —apartó la braga y dio pequeños besos en mis muslos. Me retiro el vibrador que aún estaba funcionado. Lo apoyó delicadamente sobre mi clítoris. Di un brinco al sentir la vibración en esa zona.
   Lo dejo a un costado. Abrió mis piernas con sus manos. Levantó la mirada para encontrarse con mis ojos. Llenos de placer y deseo porque lo hiciera. Ladeó una sonrisa y cerró sus ojos.
   Llevó su lengua a mi vagina. Arqueé mi espalda al sentirlo. Subía y bajaba envolviéndome en un calor intenso y placer inexplicable. Mordió uno de mis labios y volvió a subir con sus besos hasta llegar a mi boca.
   Tomé su rostro besándolo con pasión. Giré su cuerpo quedando yo sobre él.
   Hice el mismo recorrido con mis labios, mientras mis manos desabrochaban su pantalón. Él ayudo a quitárselo. Tomé en mis manos su miembro, erecto.
   Lo liberé mientras lo masturbaba. Jungkook gemía con su voz ronca.
   —Hazlo, hermosa —susurró. Enredó mi pelo en un puño y guío mi cabeza. Abrí mi boca para introducir su pene. Saboreé su sabor mientras lo escuchaba maldecir mi nombre. Sonreí mientras imaginaba su rostro.
   Mi lengua jugaba con su miembro mientras él mordía su labio intentando ahogar los gemidos. Tragué el líquido que había soltado por la excitación y subí para encontrarme nuevamente con sus labios. El sudor y el placer nos envolvían por completo.
   —Quiero que seas mía, Angela.
   —Quiero ser tuya, Jungkook.
   Volvió a quedar sobre mí. Busco un preservativo en la mesa de luz y se lo colocó. Tomó uno de mis pechos en su mano mientras con la otra colocaba su pene en mi interior. Solté un gemido al sentirlo, finalmente, dentro de mí.
   Mordió mi pezón, jalé de su pelo. Beso mi pecho para calmar el ardor.
   Se movía lento, suave, con cuidado. Hasta estar completamente lubricada para poder moverse con más fuerza sin lastimarme.
   Abracé su cintura con mis piernas para sentir más placer. Jungkook se movía rápido. Gemíamos sobre nuestros besos.
   —Te amo, Angela —susurró en mis labios.
   —Te amo, Jungkook.
Nos podíamos ocultar los gritos. Las maldiciones. Los gemidos. Continuó moviéndose con fuerza hasta llegar al orgasmo juntos.
   Dejó caer el peso de su cuerpo sobre el mío. Reposo su cabeza sobre mi pecho desnudo.
Era suya. No quería serlo de nadie más. Simplemente de él.



El Hotel [+18] - Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora