33. EL INICIO pt.2

179 17 0
                                    

   Los años pasaron

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   Los años pasaron. Crecí siendo uno de los mejores discípulos de Yoongi. Jimin, Taehyung y Saddie se habían convertido en mi familia.
   Lara había cobrado vida dentro de la muñeca, Saddie era una de las mejores brujas. Al principio me atemorizaba todo esto de los pactos y sectas, pero me acostumbré a vivir de esta manera.
   Yoongi no salía de su despacho desde hace días. Trabajaba en algo. Nadie sabía en que.
   —Iremos de casería. ¿Quieres venir? —Taehyung cargó su escopeta.
   — ¿Aquí hay animales?
   —No precisamente —Saddie ladeó una sonrisa.
   —Entiendo —sonreí—. Bien, vamos.
   —Hoy no saldrán —la voz de Yoongi se hizo presente. Bajo las escaleras—. Tengo un trabajo para ustedes.
   —Es nuestro día libre, Yoongi —Jimin se quejó. A pesar de vivir todos los días aquí, Yoongi se encargaba de que tengamos una educación. Contrataba a los mejores maestros. Teníamos días de entrenamiento con armas. Días de práctica y los miércoles eran los días libres, donde podíamos hacer lo que queríamos.
   —Pues hoy no será así. Deben averiguar sobre una persona.
   —Bien, vamos chicos. Tal vez regresemos a tiempo para ir a cazar —ordené. Yoongi me tomo del brazo cuando pase por al lado.
   —Tú no, Jungkook.
   — ¿Por qué?
   —Debemos hablar antes. Vayan chicos, el auto los espera.
Las miradas puestas en mí. Todos se fueron. Yoongi me llevo a su despacho.
Se sentó en su enorme asiento detrás del escritorio. Me senté frente a él.
   —Lo que diré no es nada sencillo.
   — ¿Qué sucede?
   —Sabemos dónde está tu hermana mayor.
   — ¿Qué? —me puse de pie.
   —Los chicos han ido a buscarla. Al parecer tus padres la vendieron a un tal señor Kim. Dueño de una red de trata infantil.
   — ¿Por qué no me has dejado ir? —grité furioso.
   —Porque aún te falta mucho por aprender. No puedes dejar que tus sentimientos te dominen. Como ahora.
   —Pero... es mi hermana. He pensado en ella por años.
   —Pero no puedes ir. Los chicos la encontraran y mataran a Kim.
   — ¡Yo debía matarlo, Yoongi! ¡Yo quería cortar su maldita cabeza!
   —Tranquilízate, Jungkook. Tendrás tu oportunidad de matar a más personas.
Salí del despacho lleno de ira. Quería vengarme yo mismo. Me senté en las escaleras principales.
   —Necesito hacerlo yo mismo. Yo quiero matarlo. Lara, debes ayudarme —la muñeca giró su cabeza—. ¿Sabes donde están? —asintió. Verifiqué que Yoongi no estuviera mirando. Tomé las llaves de uno de los autos y escape. Estaba seguro que esto me traería grandes consecuencias, pero se trataba de mi hermana.
   Llegamos a un viejo pub. El auto de Jimin estaba estacionado a media cuadra. Baje y entre corriendo. Un grupo de adolescentes estaban amontonadas en un rincón, temblando y sollozando.
   Jimin, Taehyung y Saddie apuntaban con sus armas a ese tal Kim. No podía ver su rostro con facilidad, lo tenía cubierto por un tul que caía de su sobrero.
   — ¡Eunji! ¡Eunji! ¿Dónde estas? —grité. Mis tres amigos voltearon.
Kim tomó a Eunji en sus brazos y disparo en su cabeza. El corazón se me destrozó por completo al verla caer sin vida. Me odié como nunca.
   — ¡Jungkook! —escuché la voz de Yoongi detrás de mí. Todo se volvió borroso. Lo último que vi fue a Taehyung perseguir a Kim. Saddie corrió hacia el cuerpo de Eunji. Jimin y Yoongi se acercaron a mí.

   Los años pasaron. Me volví una persona fría. Aprendí a controlar mis pensamientos. Recordaba siempre la muerte de Eunji, por mi culpa. Había aprendido más de la cuenta como ser buen líder. Asesinar y hacer justicia.
   Cumplí 24 y Yoongi decidió que era hora de formar mi secta aparte. Encontró un viejo castillo, el cuál transformó en una especie de hotel para nosotros.
   La oscuridad y las sombras nos siguieron hasta allí. Mi visión de la vida cambió.
   Formamos un pacto nuevo con quienes habitábamos el hotel. Todos teníamos un pecado en común desde nuestra infancia. La muerte. No hay peor pecado que provocar una muerte. Corromper el alma de la forma más cruel.
   Creamos un libro. Las personas que llegaban al hotel lo firmaban. Desconocían el detrás de esa función. Si no cometían tal pecado antes de marcharse, Lara y las sombras se encargaban de desaparecerlos.
   La gente dejó de acercarse. Hasta que llegó Juana. Una más de nosotros.
Huía tras cometer el pecado. Buscaba un refugio. Se lo dimos. Aprendió y se convirtió en una más de nosotros.
   Aquí nadie era diferente. Nadie era más pecado que otro. Todos éramos iguales. Todos buscamos la justicia para nuestras vidas. ¿Acaso eso estaba mal? 

El Hotel [+18] - Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora