30. FANTASMAS DEL PASADO

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   Desperté en la madrugada

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   Desperté en la madrugada. Me encontraba sola en la habitación.
   Busque con la mirada al pelinegro que había dormido conmigo hace unas horas atrás. Lo encontré sentado en una esquina, en su sofá color vino. Tenía su mirada fija en mí.
   — ¿Jungkook? ¿Estás bien?
   —Si. Solo no podía dormir.
   — ¿Necesitas algo? —su mirada helaba mi piel.
   —No, preciosa. Duerme. Iré por agua —salió de la habitación.
   Me quede inmóvil. Pensando en todo lo que Juana me había dicho la tarde anterior. Escuché esos malditos pasos. Lara salió de la habitación detrás de él, no sin antes dirigirme una mirada de amenaza.

   Los rayos de sol entraban por la ventana. Baje a desayunar.
   —Buen día —saludé a quienes se encontraban en la mesa.
   —Buen día, porcelana —sonrió Jimin.
   — ¿Han visto a Jungkook?
   —No, de hecho creímos que estaba contigo en la habitación —Taehyung alzó una ceja.
   —En la madrugada salió de la habitación. No lo he vuelto a ver —me senté junto a Juana.
   —Tal vez ha ido al bosque con Lara —pensó Saddie revolviendo su café.
   — ¿Qué hace la policía aquí? —Jimin se puso de pie.
   Todos caminamos hacía la entrada. El oficial Namjoon bajo del auto con Jungkook, el cual estaba esposado. Jimin abrió la puerta.
   — ¿Oficial? ¿Jungkook?
   —Su amigo ha estado a un paso de ir a la cárcel —liberó las manos del pelinegro.
   — ¿Qué ha pasado?
   —Al parecer ha bebido más de la cuenta. Intentó ingresar a la casa de los Kim —Jungkook estaba ebrio. Apenas podía mantenerse en pie. No se atrevía a levantar la vista. Pensé en los Kim y lo primero que se me vino a la mente fue "Kim Seokjin". Tal vez buscaba a asesinarlo.
   —Demonios, Jungkook —Taehyung lo tomó del brazo.
   —Suéltame —se soltó.
   —Esta será solo una advertencia. La próxima vez que lo vea cerca de la casa de los Kim, lo llevaré preso por un par de días.
   —Gracias, oficial —Saddie cerró la puerta.
   — ¿Qué has querido hacer? ¿Te has vuelto loco? —Jimin gritó.
   — ¿Cuándo hemos sido cuerdos, Jimin? —ladeó una sonrisa.
   — ¿Jungkook? —intenté acercarme. Apartó su mirada.
   — ¿Has querido matarlo? Debemos tener un plan, Jungkook. No podemos hacerlo de esta manera —Taehyung despeinó su cabellera con nerviosismo.
   — ¿Desde cuanto ustedes me dan ordenes? No he ido a matarlo. Solo pasaba por allí. Ya no me molesten, iré a descansar —dio un paso hacía las escaleras. Lo tomé del brazo para poder ayudarme. Me empujó —Déjame. No quiero estar con nadie.
   —Jungkook...
   —Déjalo, Angela. Es insoportable cuando esta así —Juana me apartó de él.
   — ¿Cuándo...? ¿Suele emborracharse?
   —Lo siento, Angela. Te lo advertí —gritó desde el tercer escalón—. No soy un príncipe azul. Dije que te rompería, porcelana —dio la espalda y se alejó.
   Sentí la angustia queriendo llenar mis ojos de lágrimas. Las miradas puestas en mí. Juana me guío hacia el jardín.
   —Ten, un poco de agua —se sentó a mi lado.
   —No quiero sermones, Juana —fije mi mirada en las montañas a lo lejos.
   —No pensaba hacerlo —me mantuve en silencio—. No me corresponde a mí contarte sobre el pasado de Jungkook. Solo puedo decirte que lo entiendo. Entiendo el porqué de su obsesión con los Kim. Porque se oculta detrás del alcohol. Porque teme amar y ser amado. Aun así, lo mejor que puedes hacer es huir.
   —Juana...
   —Nada de lo que hagas acabara con los fantasmas de su pasado. Con la oscuridad que lo rodea. Con la coraza que construyó para no volver a ser lastimado —volteó para ver el bosque—. Estoy segura que la salida es por allí, pero... ¿Quién ha sobrevivido al bosque, además de Jungkook?

   La noche llegó. Jungkook no había salido de la habitación. Decidí llevarle la cena.
Al abrir la puerta, Lara corrió hacia mí mostrando sus filosos dientes.
   — ¡Lara! Déjala entrar —la muñeca se detuvo. Giró para ver a Jungkook y se marchó. Cerré la puerta detrás de mí.
   —Creí que tal vez tenías hambre.
   —Angela, yo... —intentó ponerse de pie. Me acerqué primero. Me senté a su lado y acaricié su cabello.
   —No te preocupes, Jungkook.
   —No. Angela, no. Lo siento. Dije cosas horribles, te humille frente a los demás. Perdóname.
   —Olvídalo.
   —Este último tiempo todo se volvió más oscuro y frio. He estado enojado conmigo mismo, perdóname. Tú no tienes la culpa.
   —Jungkook —me incliné hacia él. Lo miré fijamente—. ¿Qué ha pasado en tu infancia? ¿Quién te ha hecho tanto daño?
   —No hablaré sobre eso ahora. Disfrutemos de la cena juntos y descansemos. Prometo que todo volverá a estar bien pronto. Solo perdóname —asentí. Besó mi frente.
   Sentía un peso en mi cuerpo. Un miedo. Desconfianza. Sé que algo pasaba y no eran solo sus fantasmas. Algo tramaba y presentía que nada saldría bien.

El Hotel [+18] - Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora