10. CAMBIO DE PLANES

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   Han pasado dos semanas desde aquel Martes 13

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   Han pasado dos semanas desde aquel Martes 13.
Jungkook me había contado todo o casi todo. De que trabajaban Jimin y Tae. Quien o que era realmente Saddie. El pasado de Juana. Quienes eran las sombras, demonios, espectros que habitaban el hotel. Aunque se había ahorrado la información sobre sí mismo.
    Absolutamente todo me parecía terrorífico y retorcido, sin embargo opté por fingir que todo estaba bajo control. Intenté demostrar que todo era normal, tal y como para ellos lo era. Algo cotidiano.
    Estaba ideando un plan a escondidas. Huiría tan pronto como pueda de aquí. Correría hacia alguna comisaría. Mandaría a la cárcel a Jimin y Taehyung por sus crímenes. A Saddie la encerraría en un psiquiátrico. A Juana le recomendaría terapia y con Jungkook, bueno con él no sabría bien que hacer. Primero debería averiguar quién es realmente.
    Nos encontrábamos en la sala esperando el desayuno que Saddie preparaba. Juana leía un libro, como de costumbre. Taehyung y Jimin jugaban una interesante partida de ajedrez. Yo observaba el panorama con atención.
   —Esta noche será la gala, aquí —Jungkook ingresó al salón.
   — ¿Aquí? —Juana arqueó una ceja.
   —Si.
   —No tenemos suficiente tiempo para organizar el lugar. Hay que limpiarlo, guardar ciertas cosas, preparar la comida y beb...
   —Tranquila. Tengo todo solucionado —el pelinegro levantó el mentón—. Tú —se dirigió a mí—. Ven conmigo.
   Sentí todas las miradas en mi espalda mientras seguía a Jungkook.
   Nos dirigimos a su despacho. Amplia, fría y siniestra, acorde a él.
   —Toma asiento —obedecí—. Las galas son una especie de casería.
   — ¿Case...?
   —Si —cortó—. Viene gente de diferentes ciudades. Todos adinerados. Algunos han ganado su dinero justamente y otros no. Nos encargamos de eso.
   — ¿Por qué?
   —Llámalo una especie de justicia —ladeó una sonrisa—. Solemos encontrar a los que juegan sucio y acabamos con ellos. Si tú no estás preparada puedes quedarte en tu habitación.
   — ¿Por qué no lo estaría?
   —Pues porque seguramente los mataremos a sangre fría —colocó sus brazos sobre el escritorio.
   — ¿Acaso crees que yo no podría aguantar eso? —me eché hacía atrás. Jungkook arqueó una ceja—. Dime que debo hacer.

   Regresamos a la sala donde Juana, Saddie y Jimin ordenaban los cojines y quitaban el polvo de las cortinas.
   — ¿Jungkook te ha preguntado? —Juana se acercó.
   — ¿Qué cosa?
   —Si quieres ser su acompañante. Es algo típico de estas galas.
   —No, no me ha dicho —lo observe a lo lejos.
   —Tal vez más tarde lo haga. Todos debemos estar con alguien. Cada invitado viene con su pareja. Sería raro si no estamos como ellos.
   — ¿Tú con quien irás?
   —Se llama Hoseok, es un viejo amigo. Él vendrá más tarde, ahora será mejor terminar de ordenar.

   La noche había llegado. Las luces de la camarada de autos de veía desde mi ventana.
El vestido perfectamente planchado, sin una mínima arruga, estaba sobre mi cama. Aun vestía mi bata tras salir de la bañera.
   Una parte de mi esperaba la invitación de Jungkook, tal vez pronto golpearía la puerta y lo haría. No entendía el porqué de mis pensamientos. Ni siquiera me importaba. No lo había mirado con otra intención. Él solo era el dueño de este horrible lugar. Pero aquí estaba yo, sentada en una esquina de la cama mirando fijamente hacía la puerta.
   — ¡Angela, date prisa! Ya debemos bajar —escuché a Juana del otro lado.
   Me vestí y me maquille. El pelo suelto con un bonito broche a juego y ya está más que lista.
Bajamos hacía el comedor, el cual estaba lleno de gente con un aspecto y mirada extraña. Intenté evadirlos.
   —Bien, conocen el plan —Jungkook habló—. Jimin y Tae tienen la lista de los posibles criminales. Hablen con ellos. Sáquenles información. Ustedes —puso sus ojos en las tres mujeres—, sedúzcanlos si es necesario y llévenlos al bosque.
   — ¿Al bosque? —inquirí.
   —Si.
   —Jungkook, ella...
   —Lo sé.
Cada día todo parecía ser más extraño. Que sucedía en el bosque y porque yo no podía ingresar allí.
   —Bien, ya pueden ir a la sala.
Caminó con firmeza alejándose de nosotros. Juana se acercó a ese tal Hoseok que la esperaba fuera del comedor con una amplia y bonita sonrisa.
   Saddie tomó el brazo de Jimin y se alejaron. Yo aún esperaba la invitación de Jungkook que jamás llegaría.
   — ¿Estás sola? —Taehyung se encontraba detrás de mí.
   —Si.
   —Yo igual —nos mantuvimos en silencio—. Haré esto corto. ¿Quieres ser mi acompañante? —extendió su mano. Sus ojos clavados en los míos, tan penetrantes que asustaba. Lo dudé, no era mi tipo, mucho menos sabiendo las cosas horribles que hacía. Pero la tomé, me negaba a ser la única sin pareja.
   La sala completamente llena de gente. Tapados de piel. Anillos de diamantes. Zapatos importados. Vestidos de diseñador. Dinero, mucho dinero.
    Las luces se apagaron. Apreté con fuerza el brazo de Taehyung, él sonrió levantando el mentón.
   De pronto un reflector iluminó la escalera y los aplausos no tardaron en aparecer. Entonces lo vi y entendí porque su invitación nunca llegó.
   A su lado caminaba una mujer rubia, alta y delgada. Ojos oscuros y manipuladores, como los de él. Sus labios rojos y brillantes resaltaban entre su piel blanquecina. Jungkook la tomaba por la cintura apretándola contra su cuerpo, ella sonreía seduciendo a cualquiera que la mirara.
   La mirada de Jungkook recorrió todo el lugar hasta encontrarse conmigo y mi mano abrazando el brazo de Tae. Sentí la incomodidad, sin embargo Tae me jaló más hacía él, irguiendo su pecho.
   Jungkook frunció el ceño disimuladamente y apartó la vista.
   — ¡Bienvenidos, damas y caballeros! ¡Que comience la fiesta! 

El Hotel [+18] - Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora