24. COMPLETAMENTE NUEVO

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   La fogata de la chimenea iluminaba un pequeño sector de la sala

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   La fogata de la chimenea iluminaba un pequeño sector de la sala. Me senté cerca del fuego y me serví un poco del whisky de Taehyung. Lara estaba de pie junto a mí.
   Disfrutaba de la soledad y el silencio cuando todos se dormían. Me permitía pensar y meditar con tranquilidad. Últimamente no lo lograba. Cada vez que cerraba mis ojos, la imagen de Angela aparecía en mi mente.
   Su perfume se penetraba en mi nariz, como si la tuviera frente a mi. Recordaba el tacto de su piel. Sus besos. Su intimidad. Sus gemidos. Su mirada. Me tenía envuelto en su encanto.    Lograba hacerme desearla y querer cuidarla. Sentir algo que jamás había sentido. No entendía bien que era, pero me gustaba y al mismo tiempo me asustaba.
   Di un sorbo a la bebida y de pronto la vi bajando de la escalera. Lara desapareció entre las sombras. Estaba seguro de que no le gustaba la presencia de Angela, pero agradecía que no le haga daño.
   La castaña se sobresaltó al notar mi presencia.
   — ¡Mierda, Jungkook! —se llevó sus manos a su pecho.
   —Lo lamento, ¿te asuste?
   — ¿Tú que crees? ¿Qué haces aquí? —cubrió aún más su cuerpo con la bata.
   —No puedo dormir —levanté el vaso con whisky—. ¿Tú por qué bajaste? Hace frio, deberías estar en tu cama.
   —Tampoco puedo dormir. Iré por algo de leche tibia —procedió a avanzar.
   —Bebé whisky conmigo. Es mejor que la leche, te lo aseguro —lo dudó por unos segundos. Finalmente se sentó frente a mí en el otro sofá. Le serví un vaso.
   — ¿Desde cuando eres dueño de este hotel? —interrogó.
   —Hace unos cinco años. Yoongi me lo dio.
   — ¿Conoces hace mucho a Yoongi?
   —Desde que soy un niño.
   — ¿Y tus padres?
   —Eres muy curiosa, porcelana —sonreí.
   — ¿Tú también? —alzó una ceja.
   —Te queda bonito ese apodo. Porcelana, es delicado y bonito. Como tú —relamí mis labios.
   — ¿Crees que soy bonita?
   —Si.
   —Pero pretendes romperme como a la porcelana. Un solo golpe bastaría.
   —Te cuidaría como a la porcelana. Pero no lo negaré. Te rompería, por eso pretendo tenerte lejos —Angela se puso de pie. Caminó hacia mí.
   — ¿Por qué?
   —No hagas esto, Angela —me paré quedando frente a ella. Alzó su mentón—. Ve a dormir.
   —No tengo sueño. Quiero saber porque quieres tenerme lejos.
   —Bien, iré a dormir yo —intenté apartarme pero tomó mi brazo.
   —Está bien, Jungkook. Si eso quieres. Me tendrás lejos —caminó. Furiosa. Decepcionada. La tomé por la cintura y la pegué a mi cuerpo.
   —Quiero romperte. Pero mientras te hago mía, Angela. Quiero que grites mi nombre y me ruegues que me detenga. Quiero penetrarte. Suave y lento, pero también duro y rápido. Quiero cuidarte pero también lastimarte, porque eso me genera placer. Quiero hacerte mía, Angela. Solamente mía. Quiero besar cada parte de tu cuerpo. Tus pechos, tu intimidad, cada maldito rincón —Angela relamió sus labios—. Pero sé que también puedo romper tu corazón y no quiero hacerlo. No quiero hacerte sufrir. No sé amar. No soy bueno en esto. No quiero hacerte daño, Angela. Por eso eres como la porcelana.
   —No sabes nada de mí, Jungkook...
   —Te deseo, Angela. Te deseo como a nadie. Te quiero y no puedo evitar tenerte lejos de mí —acaricia su mejilla.
   —También te deseo, Jungkook.
   —No quiero herirte...
   —No lo harás. Sé que no lo harás...
   — ¿Pero y si no logro saber amarte?
   —Yo te ayudaré —sonrió—. Solo déjate llevar.
Apreté su cuerpo contra el mío y la besé. La bese de una forma que no lo había hecho antes. Con calma. Saboreándola lentamente. Con paciencia y cariño. Entre sonrisas y susurros.
   Algo completamente para mí.







El Hotel [+18] - Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora