Capítulo 3

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Una joven de cabellos castaños oscuros caminaba animadamente por los caminos del jardín del palacio de su alteza real, eran tan bonitos que se sentía celosa de la vida del esposo del rey. Parecía tan simple, beber té hasta saciarse y simplemente sonreír para todos, era una tarea tan sencilla que hasta ella misma podría hacerlo.

El rey le había dicho que tendría que estar sola hasta que consiga sirvientas especialmente para ella, hasta ese momento tendría que conformarse con que le atienda cualquier sirviente de ambos palacios. Además así podría vagar por cualquier lugar sin ser reprendida usando la vaga excusa de que no sabía las reglas del lugar.

Ese día el sol le sonreía, sus rayos se reflejaban en su oscuro cabello y hacía que su piel se viera más linda. Cuando se miraba al espejo sentía remordimiento por opacar al resto de sus compañeras, claro, no fue su culpa el haber nacido bonita, y tal como le dijo la madame: «solo tuviste suerte». Ji-eun se repetía cada palabra cada día de su vida y cuando logró convertirse en la concubina del rey lo confirmó, era una omega con mucha suerte.

Siguió caminando admirando las flores y en su recorrido pudo escuchar la combinación perfecta de dos risas. Eran dulces y se escuchaban refinadas, era una combinación perfecta para una sinfonía de una canción. Su curiosidad hizo que fuera tras el origen de dichas risas. Si estaba yendo por un camino prohibido no le importaría, tenía la protección de su alfa.

Camino y camino hasta encontrarse con su alteza real y su acompañante, ambos eran tan hermosos que se sentía celosa. Sin dudarlo se acercó hasta ellos y sin importarles las miradas de advertencia de las criadas se paró frente a Tae-hyung y se reverencio ante el.

—¡Su alteza! —dijo animadamente.

—¿Qué haces aquí? —preguntó el omega sintiendo irritación al ver a la mujer que le estaba robando a su esposo.

A la vista de Ji-eun Tae-hyung solo sostenía una taza delicadamente evitando mirarla, sabía que el omega sentía cierto resentimiento hacía ella por convertirse en el nuevo centro de atención de su majestad pero trataría de que eso cambiase.

—Estaba caminando y los encontré, vine a saludarlos y a preguntar si puedo acompañarlos.

—¿Quién es ella? —preguntó Jimin viendo confundido a la joven.

—Lee Ji-eun, la amante de Jung-kook —respondió fastidiado.

El conde Park sabía que Jung-kook consiguió una amante atractiva y debido a ello creó expectativas demasiado altas que lo decepcionaron. Si, la omega era atractiva, pero no lo suficiente como para ser presumida. Incluso había escuchado a algunos guardias decir que la belleza de la amante del rey era irreal, que parecía un ángel caído del cielo. Puras patrañas.

A comparación de su amigo, la joven era insuficiente, no había comparación y no podía creer que aquello que tenía en frente vestida con un vestido de seda rosa era la competencia para Tae-hyung. Aún así sonrió lo más amable que pudo y le devolvió el saludo a la omega.

—Eres bonita —halago el omega —Pero no tanto como su alteza, a su lado eres poca cosa —sin más que decir apartó la mirada de la joven para ponerla en su taza y aunque no la vio, sabía de la existencia de la sonrisa de Tae-hyung, hacerlo sentir superior era su trabajo.

—Siéntate —le dijo Tae-hyung a Ji-eun —Señora Oh, por favor sirvale una taza de té.

La omega emocionada se sentó junto a Tae-hyung a la espera que la anciana le sirviera el té. Aunque no solía crear resentimientos, lo que le había dicho el conde Park le molestó, decirle que no era suficientemente hermosa como para ser la concubina del rey la molestaba pero debía guardarse el sentimiento si quería… en pocas palabras "sobrevivir" dentro de la realeza.

The King Weakness - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora