Habían pasado ya dos semanas desde la sepultura de su madre, con ello se culmina un mes más en el que Jieun había llegado al palacio. El invierno hacía cada vez más su acto de presencia obligando a cada habitante del reino de jade a usar prendas más gruesas para protegerse del frío, sin mencionar los pequeños copos de nieve que empezaban a aparecer sobre los tejados luego de cada noche.
Taehyung que solía disfrutar de los largos inviernos, bebía una taza de té en compañía de sus sirvientas que reían junto a él debido a la gracia que les causaba las historias que ellas mismas contaban. Se sentía extraño ante la sensación de calidez que las jóvenes le causaban, no sabía si era debido a que ellas tenían casi la misma edad que él o porque de alguna manera siempre quiso ser como ellas, libre.
—Su alteza me gusta el cambio que tuvo, desde que murió su madre lo veo más feliz —expresó una de las jóvenes con tal felicidad que se vio contagiado por el sentimiento.
—¿En serio? —expresó con curiosidad.
—Si, diría que está más relajado, incluso nos invitó a beber el té con usted.
—¿Entonces antes era una mala persona? —Taehyung no estaba molesto, simplemente le quiso jugar una broma a sus sirvientas con su seriedad.
—No, me refiero a que antes era más serio y distante.
—Ya veo, entonces mañana ¿deberíamos ir de compras? —apenas dijo aquello, las jóvenes estallaron en chillidos de felicidad que le hicieron reír.
La realidad es que su madre nunca le dejó tener amigos, le decía que las amistades de juventud eran efímeras y que debido a ello no valía la pena gastar tiempo en esas banalidades. Taehyung al principio lo aceptó, pero conforme iba creciendo se sentía solo y ver cómo los demás se juntaban en grupos para ir a jugar o hacer alguna travesuras lo llenaba de celos porque él no podía hacer ese tipo de cosas.
Aún recuerda la primera amiga que hizo al regresar del internado. Era una mujer realmente hermosa y amable, sus ojos eran grandes y su rostro pequeño, su cabello le llegaba a la cintura y tenía ondas que con el viento se veían majestuosas. A pesar de la diferencia de edad ambos se veían a escondidas de sus padres para pasar el rato, se contaban muchas cosas y entre ellas los secretos de su corazón.
De todas las cosas que solían contarse, los temas de amor eran los que más abarcaban en sus charlas. Taehyung todavía recordaba cuando su amiga le contaba de un hombre con el cual soñaba casarse. Le contó que se conocían desde niños y que desde hacía cinco años mantenían una relación secreta pero que hace poco le propuso casarse. Lamentablemente nunca supo el nombre de aquel sujeto ya que su amiga se negaba a decírselo.
Fue la amistad más sincera que alguna vez tuvo.
Pero no duró mucho, debido a que un día, sin previo aviso recibió la noticia de que había muerto de forma desgarradora.
De pronto, un carraspeo interrumpió sus pensamientos. Su mirada se puso a un lado de la puerta de su habitación donde su esposo estaba parado con la mirada fija en él. De inmediato sus sirvientas se levantaron, la forma en la que se habían ido solo le causó gracia. Incluso en momentos donde estaban bajo su protección le tenían miedo a su esposo.
—¿Desde cuándo te codeas con la servidumbre? —le dijo el alfa.
—Desde que el conde Park dejó de venir al palacio —respondió sin más.
—Sigo sin entender porque discutieron.
—No discutimos, solo se que él se sintió incómodo ante algo que le dije, nada serio.
—Si tu lo dices —Jungkook le restó importancia al tema, sabía que su omega lo solucionaría a su manera. En cambio se le dió por sentarse a compartir una taza de té con él, adoro que su omega le entendiera y que le sirviera el té. A veces olvidaba que Taehyung había sido entrenado por su madre para servirle y este sumisión —En fin, venía a preguntarte si querías pasear conmigo por el reino.
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The King Weakness - KookV
FanfictionEn un gran reino habitado por alfas y omegas existían dos bellos príncipes que se amaban con locura. Las familias al ver su amor y una oportunidad de unión democrática entre ambas familias decidieron casarse y así convertirlos en los reyes de la nac...