El día apenas había comenzado cuando los gemidos, jadeos y maldiciones se escuchaban dentro de la habitación del consorte del rey.
Taehyung que había recibido la solicitud de su esposo para pasar la noche juntos ahora ya hacía sobre el alfa moviendo su cadera de forma circular sobre la pelvis de Jungkook, los gruñidos del alfa causaban excitación en él. Aún seguía sin saber cómo es que había llegado a ese punto tan temprano en la mañana, la excitación lo había cegado al punto de que lo último que recordaba antes de estar en esa posición era haber despertado entre los brazos de su esposo y tras recibir algunos besos de este su cuerpo cedió y ahora estaba sobre él tratando de no lucirse tan vulnerable.
Su mente estaba perdida en la oscura mirada de su esposo, que a pesar de sentir como sus manos se deslizaban sobre sus muslos no podía evitar que solo su mirada causará un efecto electrizante sobre su cuerpo. Sus manos estaban sobre el pecho descubierto del alfa, su cabello desordenado y aunque aún estaba usando su pijama uno de los tirantes estaba caído, sus labios se mantenían entreabiertos con un ligero brillo que la saliva provocaba y sus mejillas estaban levemente sonrojadas, se sentía humillado al sentir tanta calor recorrer su cuerpo.
En cambio, Jungkook sentía que estaba en el paraíso al poder tener semejante imagen de su omega, poder tener el lujo de deslizar sus manos sobre sus muslos y con ello elevar un poco el camisón dejando su piel más al descubierto. Amaba la forma en la que apretaba su miembro cada vez que su cadera descendía y la forma en la que decía su nombre en medio de gemidos.
—Te amo —le dijo.
Taehyung se movía suavemente sobre Jungkook en lo que escuchaba sus dulces palabras, se le hacía encantador que en un momento tan excitante como este su esposo fuera capaz de decirle tan dulces palabras y aunque no podía responderle de la misma manera se lo demostraba de distintas formas.
—Tengamos un hijo —le dijo en medio de un jadeo.
—¿Y eso?
—Quiero darte un hijo, déjame darte un hijo, por favor.
Apenas Jungkook escuchó la súplica de su esposo levantó su torso dejando que su omega rodeara su cuello con sus brazos, verlo así, tan sensible, le cautivo de sobre manera. Mientras el omega seguía moviéndose sobre él, sin poder detenerse y ocultar el deseo que le tenía Jungkook acaricio su cadera y le ayudó a moverse un poco mejor, su mente, a la cual le faltaba lucidez sólo podía en la súplica de su omega. La forma en la que se lo había dicho, con una voz aguda y suplicante mientras su cuerpo se contrae, todo ello causó que Jungkook lo mirase con ilusión.
—¿Podrás soportarlo? ¿Podrás soportar intentarlo de nuevo? —le pregunto, sintiendo la forma tan cautivadora en la que su omega le apretaba cada vez más.
—Por favor —le volvió a suplicar, solo que está vez unió sus labios en un beso bastante desesperado.
Ante ello, Jungkook no lo soportó más y puso a Taehyung debajo suyo dejando las piernas de su omega alrededor de su cadera. Lo beso con pasión y empezó a recorrer su cuerpo con sus manos, deleitándose con las proporciones de su cuerpo. Sus muslos delgados, su cadera ancha y su delgada cintura, su mano terminó acariciando su pecho sintiendo uno de sus pezones a través de la delgada tela de su camisón.
Lo besó por última vez antes de salir de su interior, la mirada confundida de Tae-hyung no lo detuvo para acercarse a uno de los cajones y sacar un pequeño frasco de cristal que en algún momento el doctor Moon le había dado para mejorar la fertilidad tanto en su pareja como en él.
—¿Qué es eso? —le preguntó Taehyung al ver el frasco.
—Prepárate, porque a partir de hoy llevarás a mi hijo en tu vientre —Jungkook sin dudarlo llenó su boca con el contenido que albergaba aquel frasco de cristal. Se abalanzó sobre su omega para unir sus labios en un fogoso beso, Taehyung no sabría cómo describir el sabor de aquel liquido que su esposo le había compartido, era dulce pero a la vez ácido, le recordaba mucho a la vez que comió un panqué el día que supo de su primer embarazo.
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The King Weakness - KookV
FanfictionEn un gran reino habitado por alfas y omegas existían dos bellos príncipes que se amaban con locura. Las familias al ver su amor y una oportunidad de unión democrática entre ambas familias decidieron casarse y así convertirlos en los reyes de la nac...