Capítulo 36

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Parte 2, Capítulo 1

Desde que la coronaron como reina, Jeon Ha Joon había, de cierta manera, abusado de su poder, en especial después de haber dado a luz a su único hijo, el aquel entonces príncipe heredero Jeon Hyun Seung que luego de tomar el trono se cambió de nombre a Jungkook en honor a su padre.

Desde niña supo que estaba destinada a grandes cosas, en cuanto vio a la madre de su difunto esposo dar un paseo por el reino supo que no quería ser como ella, quería ser ella. Entonces hizo un plan para llegar a la corona. Aunque Ha Joon nació dentro de una familia pudiente sabía que no podría llamar la atención del príncipe heredero fácilmente, por lo que hizo que su padre gastara mucho dinero para que tuviera la misma educación que los de la realeza.

Sin embargo, cuando se dispuso a conocer al príncipe se enteró que se había comprometido con una joven del reino vecino. Su ira fue tanta que estuvo a punto de cortarse el cabello, se negó a comer durante días y tal vez hubiera muerto si su padre no le hubiera dicho que el príncipe buscaría concubinas luego de casarse, al principio se enojó pero luego de analizarlo vio una oportunidad en ello.

Y así fue como un año después de la boda Ha Joon llegó al palacio y en poco tiempo se convirtió en la amante favorita del príncipe heredero.

El tiempo pasó rápido, la primavera había llegado y su necesidad por asumir el trono se hizo cada vez más obsesiva a tal punto de que cuando la princesa heredera anunció su embarazo hizo todo lo posible para permanecer cercana a ella y en cuanto lo logró le quitó su más grande posesión, su hijo. No fue difícil, en realidad fue demasiado sencillo, solo tuvo que usar una sirvienta para ponerle veneno en el té la noche en que el príncipe heredero pasaría la noche con ella.

Fue cruel, pero necesario. 

Desde ese día el príncipe heredero la visitaba cada noche y al saber que lo tenía comiendo de su mano le preguntó si le gustaría tenerla como reina y fue cuando él le dijo que si su esposa llegara a morir haría todo lo posible para darle el mundo entero si se lo pedía.

Tan solo una semana después la princesa heredera apareció muerta en el lago. El médico que revisó su cuerpo dijo que se había suicidado al no soportar perder tantos bebés. El palacio entero entró en luto luego de ello, sin embargo, Ha Joon solo disfruto de aquel trágico suceso bebiendo vino de arroz mientras bailaba dentro de sus aposentos.

A los seis meses de la muerte de la princesa heredera, anunció su embarazo al príncipe y este sin dudarlo le pidió matrimonio, pues dentro unos días lo iban nombrar rey por la enfermedad que impedía que su padre se pudiera levantar de su cama. Y así, el príncipe que albergaba el nombre de Jung-sik, se convirtió en rey y un mes después la coronaron reina. Fue el día más feliz de su vida, por fin había logrado lo que tanto anhelaba.

Sin embargo con el paso del tiempo todo empezó a desmoronarse, ya qje una de las concubinas de su esposo empezó a recibir demasiada atención por parte de este, el temor de perder todo lo que tenía la llevó a enterrar una daga en su pecho sin importarle que estuviera embarazada. Limpió la sangre de su rostro y fue a la habitación de su hijo para contarle una historia para dormir, ese acto lo repitió con cada omega que recibía demasiada atención por parte del rey.

Y es que su esposo solía ser demasiado sentimental, tenía un corazón frágil y muy enamoradizo. Temía a qué se enamorara de una concubina y le quitará todo para dárselo a ella a cambio de un poco de su atención. A él le gustaban los omegas jóvenes que emanan inocencia y un encanto peculiar de feminidad, le gustaba que estuviera limpios y bien vestidos, perfumados con aromas dulces y con poco maquillaje, disfrutaba de una piel suave y sin vello corporal  pero sobre todo, amaba a lo omegas débiles que necesitaban ser protegidos y obviamente Ha Joon sabía cuidarse sola, por eso se encargó de eliminar a cada omega que se volvió un peligro a su posición. 

Sin embargo, siempre hubo un omega del cuál nunca pudo deshacerse, su cuñado. Tan solo dos años después de que Ha Joon se convirtiera en reina, su cuñado se casó con el general del reino y meses después dió a luz a su hijo.

Tanto Jungkook como ese niño crecieron juntos, recibieron la misma educación y trato por parte de todos en el palacio. Pero no fue hasta que llegaron a la adolescencia que empezó a temer por el puesto de su hijo. Era evidente que Jungkook resultaba ser más juguetón e inquieto, solía saltarse muchas de sus clases para ir a jugar con los aprendices de eunucos, sabía que eso molestaba al rey pero no creyó que fuera para tanto, no hasta que Jungkook le contó cómo su padre le amenazó con quitarle la sucesión al trono si no se comportaba.

El tiempo pasó y aunque Jungkook logró mejorar su comportamiento siendo felicitado por sus maestros la preferencia del rey a su sobrino no cambiaba. Ha Joon temiendo cada día más a perderlo todo decidió comprometer a su hijo en cuanto cumplió la mayoría de edad, lamentablemente nada salió como quería por lo que optó en deshacerse del hijo de su cuñada.

Pero a pesar de mantener un gran ingenio, no se dió cuenta que el karma llegó a su casa oculto detrás de un bonito rostro. Debió suponerlo en cuanto lo vio. Cuando conoció a Taehyung quedó impresionada por su nivel de educación, la forma tan educada en la que la saludo, su forma refinada de hablar e incluso su risa delicada, todo le recordaba a ella y tal vez por eso creyó que podría tenerlo bajo control.

Que equivocada estaba.

—¿Podemos hablar? —la presencia de su yerno interrumpió su camino. No negaría que se sorprendió, tenía el cofre lleno de cartas en las manos de su dama de su dama de compañía.

—No tengo tiempo, hoy es la audiencia con la corte real —le respondió, sin embargo no se movió.

—No tomará mucho tiempo, se lo aseguro

Estaba tan cegada con el poder y con deseo de tener todo bajo su control que no sintió ese deja vu con las palabras de Tae-hyung. Se preguntó cómo es que era posible que haya olvidado que ella también le dijo las mismas palabras a la primera esposa de su difunto esposo, si lo hubiera presentido tal vez no hubiera pasado nada.

Si tan solo hubiera sido un poco más audaz Taehyung nunca hubiera logrado clavarle esa daga en el pecho. El omega tenía la misma sonrisa que tenía ella cuando mató a la princesa heredera, sabía que él sentía el mismo placer que sintió ella en su momento.

—No debió meterse conmigo.

En el instante que Taehyung retiró la daga de su pecho y vio cómo su rostro se manchaba con su sangre las puertas se abrieron, de forma instantánea el cabello de su yerno se movió con el viento incitandolo a levantar la mirada, lamentablemente no llegó a escuchar la voz de su hijo por última vez.

—Que hiciste.

The King Weakness - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora