The King Weakness - KookV

Capítulo 11

Tae-hyung fue el primero en despertar, tras la lujuriosa noche anterior logró abrir sus ojos lentamente, estaba tratando de acostumbrarse a la luz que provenía de la ventana, se sintió fastidiado, debido a lo ansioso que estaba anoche se olvidó cerrar las cortinas y ahora tenía que soportar la fastidiosa luz solar atormentando sus ojos. Trató de levantarse pero sintió el brazo de Jungkook rodeando su cintura, el alfa dormía con el pecho contra el colchón y su brazo estirado rodeando su cintura, estando en esa posición pudo apreciar la marca de una quemadura que tenía, era la forma de la luna, cuando quiso tocarla de forma inmediata apartó su mano y suspiro cansado. Con mucho cuidado empezó a levantar el brazo de su esposo, tenía muchas cosas que hacer.

Con sutileza retiró las mantas que lo cubrían y se levantó de su cama, se puso la bata y fue hacia el baño principal. Lo esencial era darse un baño tibio para relajar sus articulaciones, odiaba que Jungkook fuera tan brusco pero no podía evitarlo, así era él y aunque luchará por cambiarlo simplemente no iba a lograrlo.

Abrió la puerta del baño, entonces se  dio cuenta que la señora Oh se encontraba dentro de este aplicando esencias en el agua caliente; no podía creer lo útil que era la señora Oh. Le dió los buenos días a la mujer y simplemente se metió en la tina, la anciana como siempre le ayudaba a bañarse, masajeando su cuerpo con la presión precisa, siempre le agradeció a la señora Oh lo atenta que era con él, siempre estando para él cuando estaba en apuros.

Al llegar la hora de vestirse regresó a su habitación, está vez le dijo a su dama de compañía que no era necesario que lo acompañara a arreglarse, su esposo estaba en la habitación y sería verdaderamente incómodo que la anciana viera al rey en su completa desnudez. Cuando ingresó a su habitación esperaba que Jungkook siguiera dormido por lo exhausto que terminó anoche, pero grata fue la sorpresa de que no fue así. El alfa se encontraba despierto, sentado sobre la cama aun desnudo.

—Creí que planeabas dormir un poco más —comentó el omega sacando sus prendas del armario.

—¿Vas a salir? —Taehyung rió, su esposo seguía medio dormido. 

Entonces se preguntó cómo es que un hombre de treinta años se podía ver tan tierno al despertar. Con los ojos casi cerrados por el sueño, los labios levemente resecos y el cabello revuelto, para Tae-hyung, la eterna ternura de Jungkook siempre será un misterio.

—Tengo cosas que hacer.

—¿Son tan importantes como para que dejes a tu esposo solo?

—Si —respondió —Deberías ir a bañarte, tú también tienes trabajo que hacer ¿Que va a decir la corte cuando se enteren que tienen un rey flojo?

—No puedo salir, mi celo empieza en unas horas y no me puedo arriesgar a calmarme con cualquiera, la corte me entenderá.

—Entonces quédate aquí, yo iré a hacer mis deberes —el omega sonrió al escuchar bufar a Jungkook, este siempre se molestaba cuando salía y lo dejaba solo todo el día, a veces sentía que estaba casado con un niño y no con un hombre  —No te preocupes, llegaré a tiempo para ayudarte ¿Si? Ahora ayúdame a vestirme.

Jungkook se levantó de la cama con pereza, dejando ver su completa desnudes a su omega que simplemente sonrió con gracia. Ambos estaban acostumbrados a ver la desnudes del otro, cuatro años de casados sirvieron de mucho para tener la confianza que hasta una pareja que pasó cincuenta años juntos no tenían.

El alfa luego de ponerse una bata se acercó hasta su omega para ayudarle con el cierre de su vestido, admitió que se sintió un poco extraño ya que siempre era el que le quitaba la ropa. Le ayudó a ponerse las joyas e incluso los zapatos. En ese momento recordó cuando perdieron a su bebé, Tae-hyung estaba tan deprimido que no era capaz de hacer algo solo, así que se empeñó en cuidarlo durante el tiempo en el que su omega lo necesito; le ayudo a bañarse, vestirse y comer, lo último fue lo más difícil ya que Tae-hyung no tenía ganas de hacerlo, siempre tiraba la bandeja de comida por estar molesto o simplemente fingía estar dormido. Por suerte ahora, después de una lucha interminable, vivían en completa armonía.