Capítulo 8

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El cuerpo del general Min dolía como si hubiera salido de una batalla hostil, tal vez el omega casi no lo había tocado pero aún así la fuerza de sus ataques con la espada fueron demasiado grotescas y violentas que sus músculos se tensaban por cada golpe que recibía. Le costaba tanto moverse que cambiarse de ropa se le hacía una tortura.

Debido a la vergüenza que le dejó tal humillación, no tuvo cara de entrar al palacio y hacer pedido de una habitación para poder cambiarse a algo más apropiado para su regreso a casa. Estaba tan avergonzado que huyó a los establos del palacio donde se empezó a cambiar de ropa.

Por cada movimiento que hacía suspiraba y se quejaba de dolor, su piel aún no tomaba un color violeta pero sabía que en cualquier momento lo haría por el adormecimiento que sentía en ciertas zonas de su cuerpo. Con dificultad se puso su camisa a medias, el dolor era incesante, no pudo alzar uno de sus brazos para ponerse la manga de la camisa por lo que se quejo soltando una pequeña maldición.

—¿Necesita ayuda? —Esa voz, aquella que por semanas lo había estado acosando resonó en sus paredes auditivas como eco.

—No —respondió fríamente, tratando de ahuyentar al omega.

—¿Seguro? Por lo que veo te cuesta moverte.

—Conde Park —Llamo, utilizando ese tono demandante de voz —Sí le dije que no necesito ayuda, es porque no la necesito, ahora por favor retírese, no quiero que se causen malos entendidos.

—Que terco eres —luego de esas palabras, el general fue girado bruscamente, haciendo lucir su torso semidesnudo a un omega necesitado de afecto. 

Ni su fría mirada ni su duro tono de voz lograron evitar que las manos del omega sujetarán su camisa para lograr vestirlo, fue inesperado la verdad, porque el seductor conde Park lo único que había intentado desde que se conocieron en persona era desvestirlo y no importaba las innumerables veces que lo rechazó, el omega siempre regresaba con la intención de ser tomado por él.

—¿Por qué lo hace? —preguntó Yoongi, sintiendo como Jimin abotonaba su camisa.

—¿Hacer que?

—Intentar seducirme —respondió —De todos los alfas ¿Por qué yo?

—No lo sé, tal vez eres demasiado atractivo.

Jimin hablaba sin mirarlo, estaba más empeñado en terminar de vestirlo que en tener una vana conversación con él, y la verdad es que lo entendía. Un joven recién divorciado después de un matrimonio de cinco años con un hombre que nunca amo, lo entendía muy bien, entendía que quería vivir experiencias que nunca pudo vivir, pero, ¿Por con él? Después de estar con tantos alfas, ¿Por qué él? Era una duda que lo carcomía día y noche desde que el omega se le insinuó.

Min Yoongi también había estado casado, a pesar de haber tenido una relación de años con su trabajo, logró casarse con la mujer que amara hasta el día de su muerte. Una bella omega de ojos claros que lo enamoró con su risa, aún recuerda cuando la conoció. El recién había sido nombrado general del ejército del reino de jade cuando de la nada una audaz mujer salió de la oficina de inscripciones maldiciendo al encargado por creer que sería la cocinera y no la jefa al mando del armamento oficial del ejército. Fue gracioso verla con una prominente vena en su frente pero no negaría que sí le causó un poco de miedo.

Cuando su dulce esposa falleció, todo el reino y sus alrededores creyeron que empezaría a vivir una vida lasciva para intentar superar el dolor de su pérdida, pero no, todo resultó diferente. Min Yoongi se obsesionó con su trabajo, empezó a presionar más a sus soldados para que lleguen a la perfección, por cada batalla perdida obligaba a sus soldados entrenar aún más horas. El no era malo, solo no sabía cómo superar su dolor. Por lo qué, tras la inesperada visita de Jung-kook a la frontera, no le quedó de otra más que tener una sería charla con el Rey, charla que terminó con un incesante llanto de su parte.

The King Weakness - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora