Capítulo 1

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—¿Una concubina? —preguntó el omega interesado en lo que decía la anciana  parada al lado suyo.

—Si, su majestad decidió traer a una omega y convertirla en su concubina —le dijo su dama de compañía, la señora Oh

El omega se mostró un tanto sorprendido con la noticia, en cuatro años de matrimonio su alfa en ningún momento mostró interés en conseguir una concubina. Desde que se casaron, su alfa se había dedicado únicamente a él y a cuidar el reino con paciencia y afecto pero tal parece que llegar a los treinta le estaba afectando de mala manera.

Con delicadeza dejó su taza de té sobre la mesa  y suspiró un poco afectado, una concubina, después de todo no era tan malo, él seguiría siendo el esposo del rey. Pero ya no sería el único en la vida de su majestad y al no tener hijos aún había la posibilidad de que el próximo en ascender al trono sea un mestizo, entonces debía preocuparse.

—Supongo que… deberíamos darle la bienvenida.

—Alteza…

—Está bien —dijo tratando de sonar lo más animado que podía —En algún momento debía pasar —sonrió con nostalgia —Señora Oh prepareme el baño, la cena de hoy será diferente.

—Si, mi señor —la mujer se retiró de la habitación junto a las demás sirvientas para cumplir el pedido del omega.

—Una concubina…—dijo preocupado.

El castaño se levantó y se dirigió hacía la ventana. Hace mucho que no solía pararse frente a ella a admirar las rosas del jardín, sin embargo, está vez no lo hacía, aunque no estaba del todo triste, estaba más preocupado que eso. Había un carruaje afuera del palacio lo que podría indicar que su majestad había regresado, por un momento el omega dudo si su esposo lo hacía por sus treinta o por si ya no era suficiente para él. Recordarse que era el esposo del rey ya no le sería suficiente para tranquilizarse.

El omega se preguntó cómo sería la concubina de su esposo, si sería bonita, si sería capaz de cumplir con cada uno de los caprichos que solía tener el alfa. Tal vez por no poder cumplir con los pedidos del rey aquella omega se terminaba escapando por no soportar a su esposo y es que el alfa solía ser una persona muy complicada de tratar. Su apariencia dominante solía intimidar a muchos y tal vez por ello nadie era capaz de contradecirlo aún así esté equivocado.

Puso sus manos en el marco de la ventana y pensó que tal vez su palacio era lo más parecido a una prisión, no había una terraza donde tomar el té, si quería hacerlo tenía que salir afuera y a veces solía ser tedioso. Se preguntó si su esposo dejaría de pasar su celo con él para pasarlo con ella, si las tardes de cartas serían canceladas por querer jugar con ella o si… sería reemplazado. El omega en ese preciso momento se llenó de tantas inseguridades que no sabía cómo lidiar, necesitaba compañía.

—¡Tae-hyung! —el nombrado volteo sorpresivamente hacía donde estaba parado su amigo, la puerta de su habitación había  sido abierta con tal violencia y apuro que se preguntó si no se había roto. Todo su alrededor tenía su atención menos el chico de cabellos rubios que se acercaba a  él peligrosamente —¡¿Cómo es eso que Jung-kook tendrá una concubina?!

—Conde Lee —nombró el omega apartando la mirada por tan impropia cercanía del chico.

—Es Park, ya me divorcié —le dijo.

Entonces el conde se separó de su amigo y fue a sentarse al sofá junto a las tentadoras galletas que reposaban delicadamente sobre un plato de porcelana finalmente colocado sobre una mesa cubierta de terciopelo rojo. Tae-hyung al verlo creyó que alguien escuchaba sus pensamientos.

—¿No te molesta que Jung-kook haya conseguido una concubina? Cuando Taemin dijo que traería una lo amenacé con el divorcio y aún así lo hizo y…

The King Weakness - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora