Capítulo 26

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A la mañana siguiente Jungkook estaba sentado en su oficina pensando. No había logrado conciliar el sueño en toda la noche y no debido a alguna preocupación, si no, a que se encontraba animado debido a la gran satisfacción que sentía al haber logrado poner a su esposo celoso. Durante mucho tiempo había intentado poner celoso a su omega, intento de todo, desde dejarse coquetear por omegas de familias nobles e incluso haber dicho que quería tener su propio harem, nada de lo que hacía funcionaba, las reacciones de Tae-hyung ante todos sus actuares eran indiferentes, como si no le importaran en lo absoluto lo que hiciera con su vida. Pero ahora, luego de mucho tiempo lo consiguió y todo gracias a un simple comentario sobre a qué edad había perdido su virginidad.

Suspiro y seguido de aquello dejó ir una pequeña risa. A los pocos segundos entró su secretaria con una enorme pila de documentos que tendría que leer y firmar lo que le llevaría todo el día y aunque en un día cualquiera aquello le causaría gran molestia, hoy no era el caso.

—Majestad, los de siempre —dijo dejando la pila de papeles sobre la mesa— El duque Kim estará aquí en un par de horas, ¿Quiere que prepare la sala de conferencias? —Jungkook había olvidado ese detalle.

El día después de aquella noche de confesiones había tomado la decisión  de enviarle una carta a su cuñado, no estaba contento con el omega ni con el mismo por haberle permitido seguir siendo su amigo cuando hizo tantas cosas que causó que Tae-hyung no pudiera ser el mismo.

Estaba resentido.

—No, no te agotes en algo insignificante —Jungkook dio un vistazo a los papeles de la mesa, el silencio duró poco a comparación de otros días cuando su secretaria venía a dejarle sus deberes —Ga-young —llamó el alfa.

—Dígame majestad.

—Si fueras mi esposa y te dijera que me desharé de mi concubina ¿que harías?

—Dependiendo —dijo siguiéndole el juego al rey y Jungkook la miro —Si nuestro matrimonio fuera arreglado no me importaría que tuviera una concubina porque no hay amor pero si nos casamos con amor supongo que me sentiría aliviada que eche a su concubina.

—¿Dong-min tiene una amante? —pregunto.

—Porque pregunta.

—Porque hablas como si tuvieras mucha experiencia en ello.

—Con Dong-min estamos teniendo algunos problemas pero nada grave, solo que no tenemos mucho tiempo para vernos, es todo.

—Si te quieres divorciar avísame, no te lo negaré, no puedo condenarte a que sigas viviendo con alguien que no amas —Jungkook no conocía el sentimiento de  casarse con alguien que apenas conocía, pero desde su perspectiva, viendo con sus propios ojos como Gayoung vivía su matrimonio supuso que no era tan malo después de todo. Al principio sintió  cierta culpa porque la omega no tuvo mucho tiempo de convivencia con Dong-min, pero también estaba el hecho de que se tomó el tiempo de preguntarle a Gayoung si estaba de acuerdo con casarse con Dong-min y no le pregunto una sola vez, se lo preguntó varias veces, incluso la noche antes de su boda. Por lo que verla inquieta cada vez que le preguntaba sobre su relación con su esposo le generaba dudas sobre la decisión que tomó en aquel entonces —Puedes retirarte —le dijo y la omega hizo caso.

Jungkook no lo sabía y probablemente nunca lo sabrá pero cuando Gayoung abandonó su oficina dejó escapar todo el aire que había acumulado. Recordó lo que pasó ayer, su esposo llegando en la noche, su caminar tambaleante y las marcas en su cuello que vio cuando se fue a dormir, no olía a alcohol por lo que supuso que fue a parar a la casa de su amante luego de que despertó del golpe que le dió. Pero también se preguntó qué había pasado con In Yeop, que pasó luego de que dejó su casa.

En ese instante su mente viajó al pasado, al día en el que Su Majestad le dijo que tendría que casarse. Recuerda que esa mañana regresaba de desayunar con In Yeop, ese día había sido diferente al resto, ese día ambos hicieron la promesa de estar juntos para siempre sin la necesidad de decirse un “te amo” o un “te quiero”, simplemente se dijeron “estemos juntos para siempre” mientras se sostenían las manos. Su felicidad duró poco cuando el rey la citó en su oficina, dónde su padre y un hombre vestido de guardia la esperaban; cuando recibió la noticia de su compromiso no supo qué hacer y aunque el rey le preguntó si realmente quería casarse con Dong-min, ella sin importarle sus propios sentimientos le dijo que si una y otra vez.

Ella aún recuerda la mirada de In Yeop cuando le dijo que se casaría, sabía que estaba siendo egoísta y que probablemente él la odiaba en secreto pero ya era tarde, si decidía divorciarse el único que viviría tranquilo era Dong-min.

—No, si yo no puedo estar con la persona que amo, tu tampoco Lee Dong-min.

Entonces, tan pronto cómo dijo esas palabras, sin importarle en lo más mínimo sus deberes tomó la insensata decisión de escaparse del palacio para ir a la casa de un hombre que mentía con descaro. Hwang In Yeop.

Cuando el alfa le abrió la puerta, lo primero que sintió fue un aroma fuerte que se la hacía conocido por su evidente rechazo hacia él, era similar al de Dong-min lo que lo hacía peor de soportar.

—Preciosa ¿Qué te trae-?

—Porque estás desnudo —le dijo al verlo con una bata que ya conocía, era negra por fuera pero roja por dentro, era de una seda de lujo y lo sabía a la perfección porque ella se lo había obsequiado por su cumpleaños.

—Voy a bañarme —le respondió en tono relajado.

—Mentiroso —la chica empujó al alfa y entró a la casa —Tienes a alguien aquí, lo se.

—Porque crees eso.

—Estás desnudo, con el cabello desordenado y con un horrible aroma.

—Por esa razón voy a bañarme.

—Si claro —la chica empezó a buscar en todos lados, In Yeop solo la observaba desde la entrada de su casa. Sin ningún apuro cerró la puerta y la siguió hasta su habitación y se apoyó al lado de la puerta con los brazos cruzados mientras veía como la joven buscaba hasta debajo su cama.

—¿Te cansaste? Preciosa, no sé porqué estás así pero no tienes que dudar de mí —le dijo tomándole las manos cuando se acercó decepcionada.

—Lo siento, es solo que...estoy muy estresada últimamente.

—Descuida, sabes que nunca te traicionaria —In yeop la abrazó y fue entonces que vio hacia su ropero y sonrió, dentro de este se encontraba una persona que apretaba los puños de la rabia.

The King Weakness - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora