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Felix estaba muy preocupado por los golpes que tenía Minho que por sí mismo, él no había sufrido daños, tal como le contó a él y a Sunoo rato después, cuando se reunieron en la habitación de hospital del Pelirosa, lo habían bajado del auto y le ha...

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Felix estaba muy preocupado por los golpes que tenía Minho que por sí mismo, él no había sufrido daños, tal como le contó a él y a Sunoo rato después, cuando se reunieron en la habitación de hospital del Pelirosa, lo habían bajado del auto y le habían colocado una bolsa en la cabeza, así que no podía ver nada, luego lo habían metido en el baúl del auto y habían arrancado a toda velocidad.

Ni siquiera habían atado sus manos, ni piernas, solo lo habían metido rápido y se habían ido, otra evidencia que la policía tomó para llegar a la conclusión de que todo había sido improvisado.

— ¿Tú estás bien, Ddeonu? — Felix parecía más preocupado por Sunoo que por sí mismo, en general, él no se preocupaba por si mismo.

— Si, Lixie, no es la primera vez que vengo aquí por esto... Estoy bien — dijo el Pelirosa, el mejor amigo estaba sentado a su lado sobre la camilla del hospital—. No sé cuánto tiempo me van a tener aquí, pero igual voy a esperar a que Sunghoon venga.

— Él está con Jongseong ahora, luego lo iré a ver y te cuento qué tal — dijo Minho, Sunoo sonrió y le agradeció.

Sunoo estaba tranquilo porque estaba con sus amigos y tenía a Felix, abrazándolo como un koala, pero estaba acostumbrado a que Sunghoon estuviera a su lado cada vez que terminaba en el hospital, que eran más veces de las que le gustaba.

Sus amigos le hicieron compañía todo el rato, incluso pidieron pollo frito para compartir, y Minho ofreció ir a comprar helado, pero ninguno de los dos lo dejó ir.

Sunoo no hizo muchas preguntas al respecto, porque no sabía cómo lo había afectado a Felix, él era bastante serio y era difícil leer por sus expresiones si estaba mal, o si seguía asustado, o si no le había afectado tanto; pero preguntó qué había pasado con aquellas personas.

— La policía se los llevó— respondió Felix—. Cuando me sacaron a mi del auto ellos ya estaban esposados... Luego me hicieron preguntas, pero no me habían hecho nada y me llevaron al hospital.

— Qué bien, Lix— Sunoo estaba genuinamente feliz de que su amigo no había pasado por lo mismo que él.

Sunoo no quería que nadie tuviera que vivir lo mismo que él.

Su charla fue interrumpida cuando tocaron la puerta, Minho fue a abrir, del otro lado había un joven pelinegro, acompañado de otro un poco más bajito que se escondía a su espalda.

— Hola, soy Choi Soobin, veníamos a ver a Sunoo, ¿Él está disponible?

— Oh, claro— el pelirrojo se volteó hacia Sunoo y Felix, muy acurrucados en la cama —. Sunoo, tienes visitas.

— ¡Soobin! ¡Hueningkai! Oh, vinieron... — el rostro de Sunoo se iluminó completamente, no esperaba que Hueningkai fuera capaz de salir—. Que lindo verlos aquí.

— Nos enteramos en las noticias que habían atrapado a un par más — dijo Soobin, acomodó una silla en un rincón alejado de los demás para Hueningkai, quien se sentó y se quedó tomando su mano con firmeza —. ¿Tú debes ser el chico que mencionaron, no? — preguntó el castaño de forma amable, mirando a Felix, quién estaba ignorando todo contacto visual pero asintió —. Es un alivio que estés bien.

— Sí, Lixie es mi mejor amigo— dijo Sunoo, abrazando al koala que tenía enganchado a si cintura—. Y él es Minho— señaló al pelirrojo, quien sonrió de forma amable, cosa que hizo que le doliera el rostro por los golpes —. Ellos son Soobin y Hueningkai, Hueningkai es como yo, también es mi amigo.

Minho y Soobin sonrieron apenas por aquellas palabras.

— Hueningkai me pidió venir porque te quería dar algo — lo incentivo el enfermero, el menor mostró una bolsa de plástico que llevaba consigo —. Dáselos, Kai.

El menor se levantó con cuidado, como si en su mente calculará cada pequeño movimiento se acercó a la camilla del Pelirosa para dejar la bolsa de plástico, Sunoo la tomó en cuanto el otro se apartó para no tener que tocarlo y ponerlo más nervioso de lo que se notaba, dentro había una bandeja de plástico que tenía seis cupcakes de chocolate con distintas decoraciones en crema.

— Oh, Kai... Muchas gracias— dijo el Pelirosa con agradecimiento—. Por favor, come unos con nosotros — le ofreció al menor, quien tomó uno con una sonrisa, seguido los demás presentes tomaron uno cada uno, el sobrante se lo iba a guardar a Sunghoon —. Gracias... Sunghoon solía traerme dulces cuando estaba en el hospital.

— Oh, ¿Dónde está él ahora?— preguntó Soobin.

Sunoo negó, sintiéndose triste por dentro, pero no quería demostrarlo.

— No... No lo sé... Estoy esperando a que regrese.

 Estoy esperando a que regrese

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