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Durmieron con sus cuerpos desnudos abrazados el uno al otro, todo a pedido de Sunoo, por más que se habían bañado, e incluso cambiado las sábanas que se habían manchado un poco, el pelirosa quería sentir la calidez de su piel contra la suya, y ref...

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Durmieron con sus cuerpos desnudos abrazados el uno al otro, todo a pedido de Sunoo, por más que se habían bañado, e incluso cambiado las sábanas que se habían manchado un poco, el pelirosa quería sentir la calidez de su piel contra la suya, y refugiarse en él durante toda la noche.

Las caricias del menor contra su abdomen le causaban cosquillas, y había algo en los músculos de Sunghoon contra su cuerpo, el modo en que sus brazos se marcaban mientras rodeaban su cintura de forma protectiva, y en su espalda notaba los rasguños que había hecho la noche anterior, pero a Sunghoon estaban lejos de dolerles, por el contrario, sonrió ampliamente cuando los sintió arder.

— La pasé muy bien anoche— confesó Sunoo —. Deberíamos intentarlo más seguido.

El pelinegro soltó una carcajada, y miró las mejillas rojas del mayor con ternura.

— Ya estás entrando en mucha confianza, Ddeonu.

— Bueno si quieres no— Sunoo hizo un puchero exagerado, y el pelinegro negó para tomar sus mejillas y atraer su rostro para besarlo.

— ¿Sabes qué es mejor que una noche de sexo? — preguntó el menor, Sunoo negó—. Comer después, vamos a desayunar— dijo, separandose de golpe de él y colocándose ropa.

— ¿Cuántas veces has tenido sexo como para decir eso? — Sunoo sonaba ofendido, y lo miró cruzando de brazos y con un puchero enojado.

— Más veces de las que podría contar, bebé.

— ¡Sunghoon! — se quejó.

— ¿Qué? No te molestes así, todas les veces fueron contigo aunque no te acuerdes.

Al terminar de ponerse la ropa volteó hacia el pelirosa, quien había permanecido en silencio, tenía una clara expresión de enojo.

— ¿Qué? ¿Estás enojado? — Sunoo asintió— ¿Y ahora qué te pasa, bebé?

Sunoo no respondió, así que Sunghoon se dedicó a pensar.

— ¿Es porque quieres más sexo?

Sunoo asintió levemente.

— Ay, Sunoo, dame un respiro, tenemos toda la vida para darle al amor por atrás — Sunghoon dejó un beso en su frente, la expresión tan rara que había usado hizo reír al mayor—. Vamos, voy a hacer chocolate caliente para los dos.

Pasaron el resto de la mañana y del día juntos, solo ellos dos en su cómodo departamento, sonriendo más que nunca a pesar de los tiernos berrinches del mayor, Sunghoon prometió volver a hacerlo dentro de poco, aún tenía algo de miedo de que pudiera hacerle mal, y prefería ir despacio antes de dedicarse veinticuatro horas a follar, de nuevo.

A demás de que su novio era muy lindo, y quería abrazarlo todo el día, no le interesaba demasiado el asunto, era algo que podía esperar para otro día, en una buena ocasión.

Sunoo dejó de molestar al respecto al rato, y le agradeció fácil mil veces aquel día, por todo.

Fue uno de los días más felices para ambos.

Fue uno de los días más felices para ambos

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