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— Sunghoon

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— Sunghoon... — Sunoo se acercó a él por la espalda y abrazó su cintura, se paró de puntitas para dejar su mentón en el hombro del menor.

Acababa de despertarse de la siesta, Sunghoon estaba preparando algo de café antes de continuar con los bocetos de publicidad para su trabajo.

— ¿Si, lindo? — preguntó, dejó caer su cabeza hacia atrás para mirarlo, tenía los ojitos medios cerrados del sueño, y más mejillas hinchadas, haciéndolas ver más gorditas y hermosas.

— Te amo.

— Yo también te amo — respondió el pelinegro, sonrió ampliamente por aquellas palabras.

Sunoo le decía que lo amaba todos los días, según él, eran sus palabras favoritas, y obviamente, su chico favorito las merecía escuchar todo el tiempo, así no se las olvidaría nunca.

Sunghoon no podía estar más feliz al respecto.

— Sunghoonie, quiero estar contigo mucho mucho tiempo — murmuró Sunoo en una voz cariñosa e infantil, mientras frotaba su nariz en el cuello del pelinegro.

— ¿Cuanto es "mucho mucho tiempo", Ddeonu?

— Toda la vida... — respondió con seguridad— Cien años, no lo sé... Solo quiero estar contigo para siempre, lo que sea que eso dure.

Sunghoon sonrió y se ruborizó bastante, volvió a incorporarse para girar su cuerpo y quedar de frente con el más bajo, quien se acurrucó en su pecho, dejó besos y caricias sobre su cabello, mientras Sunoo lo abrazaba por la cintura, sus manos habían quedado debajo de la tela de la remera del menor, sintiendo su calidad y suave piel, dándole un cosquilleo y unos pensamientos impuros al pelinegro, pero los ignoró para no intentar nada que pudiera lastimar al chico dueño de su corazón.

— Toda la vida ... Eso suena muy lindo, Ddeonu — dijo Sunghoon en un tono suave, a Sunoo le gustó mucho esa vibración en el pecho del menor al hablar y sonrió— ¿Hay alguna razón especial por la que te despertaste así de mimoso, mi amor?

— Tuve otro sueño — comentó—. Estábamos nosotros dos juntos y me preguntaste si algún día quisiera casarme.

Sunghoon asintió, lo recordaba, fue una de sus primeras citas, que tuvieron poco después de conocerse por primera vez, estaban en un parque durante la medianoche viendo la luna llena y las estrellas, y estaban cerca de cumplir un año de novios.

Su relación había comenzado a distancia, y en cuanto se encontraron en persona aprovechaban para verse diario, tener muchas citas y disfrutar del contacto con el otro.

— Recuerdo esa noche también, Sunoo... Que yo sepa, dijiste que no creías mucho en el matrimonio — dijo Sunghoon, recordaba esa respuesta claramente porque le había dolido un poco, y se le había quedado grabado en la mente.

El viejo Sunoo no creía en el matrimonio porque no veía ninguna ventaja sobre este, no aumentaba el amor, ni la felicidad, no cambiaba nada de la relación, muchas veces solo aumentaba los problemas, y solía decir que "la primera causa del divorcio es el matrimonio".

El viejo Sunghoon moría un poco de desilusión cuando el mayor decía esas cosas, pero en parte, tenía su punto, además, Sunoo nunca había negado pasar el resto de su vida con él, como novios, como su pareja, o lo que sea, pero no ponía ninguna presión al respecto sobre casarse, lo dejaba ser y lo amaba de todas formas.

— No creía, no sé por qué... Pero ahora sí creo, porque sé que puedo amar a una persona para siempre, y sé que quiero estar todos mis días contigo... Igual que has hecho todo este tiempo — Dijo Sunoo, con toda la seguridad del mundo.

Sunghoon sonrió con ternura.

— Y en secreto... En ese momento pensé que si algún día me casaba, sería contigo, sólo me casaría con mi Sunghoonie.

Awww, Ddeonu... Eso es muy tierno — Sunghoon lo abrazó de forma apretada, haciendo que soltara un quejido y una risita —. Yo también me casaría solo con mi Ddeonu.

El mayor tomó sus mejillas y juntó sus narices, frotando estas con cariño.

— Prometo que me voy a quedar contigo toda la vida.

Sunghoon sentía que explotaba de amor por dentro.

— Prometelo tú también, Sunghoonie — exigió Sunoo.

— Prometo que estaré contigo toda mi vida, Ddeonu.

— Prometo que estaré contigo toda mi vida, Ddeonu

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