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Sunoo parecía no recordar nada de lo ocurrido esa noche, y Sunghoon no le contó lo sucedido, preferiría seguir igual que antes y no crear ninguna ilusión, para no romperlas

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Sunoo parecía no recordar nada de lo ocurrido esa noche, y Sunghoon no le contó lo sucedido, preferiría seguir igual que antes y no crear ninguna ilusión, para no romperlas.

Fue un par de semanas después del cumpleaños de Felix, y luego de una fuerte nevada, que Sunoo quiso salir al mundo exterior.

Durante una de sus sesiones con el grupo de apoyo, Felix y Sunoo habían arreglado para ir a un parque los cuatro, y tener una guerra de nieve, pero tenían que esperar a que una nevada les diera mucha nieve.

De ese forma, y luego de una gran nevada, Sunoo fue por primera vez a un parque, pero no para tener una cita con Sunghoon, como había prometido mil veces.

- Lo siento, lo siento, lo siento- murmuró él pelirosa cuando Sunghoon le hizo pucheros, mientras tomaba sus mejillas y dejaba unos cuantos besitos en su rostro.

- Prometiste que ibas a ir conmigo- murmuró él pelinegro, en un tono infantil, imitando al mayor, mientras escondía su risa.

- Lo prometo, sí, es una promesa, e iremos muy muy pronto, sí - el pelirosa hablaba rápido y asentía constantemente, nervioso -. Iré a un parque contigo a tomar helado... ¡Mañana! Prometo que será mañana.

Sunghoon no pudo evitar reír con ternura, se sintió mal por hacerle sentir tan culpable, lo abrazó con firmeza contra sí.

- Oh, mí Sunoo, tranquilo, no estoy triste... De todas formas, sí iré a un parque contigo, ¿No? Es lo mismo, con Minho y Lixie o sin ellos, solo me importa que estés tú ahí - murmuró, dejó un pequeño beso en sus labios -. Te amo mucho, Ddeonu.

- Yo te amo más - Sunoo apretó su cintura con fuerza-. Y no me gusta que me hagas pucheros, porque me hace sentir triste.

- ¿Pucheros así? - Sunghoon hizo uno - ¿No te gustan mis pucheros?

- ¡Sunghoonie~~! ¡Basta!

El pelinegro no puede evitar reír a carcajadas, como amaba molestar al mayor, con todo su corazón, incluso, podría decir que amaba molestarlo casi tanto como lo amaba a él.

Se encontraron en el parque más cercano a su departamento, apenas a unos pocos minutos de distancia, era bastante amplio, y en ese día, estaba cubierto de nieve, completamente blanco, el cielo aún tenía un tono gris, y Minho y Felix los estaban esperando.

- ¡Sunnie!

- ¡Lixie!

Los dos menores fueron corriendo a encontrarse, para abrazarse con fuerza, soltando un quejido por el choque de sus cuerpos, para luego reír con alegría.

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