Memories

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— ¡Sunghoonie! — Sunoo fue a recibirlo con un abrazo, rodeando su cuello con firmeza, el menor lo abrazó por la cintura con una sonrisa—. Hoy hicimos manualidades, mira, mira, te he hecho un regalo.

— Oh, ¿En serio? — Sunghoon sonrió enternecido, mientras Sunoo le entregaba una bolsa de papel que tenía dibujado unas cuantas cosas lindas, como flores, corazones y caritas felices, acompañados de stickers adorables— ¿También decoraste la bolsa? — Sunoo asintió con orgullo, al ver que había dentro se encontró un atrapasueños, de color blanco y menta, los hilos de lana se entrecruzanban en esos dos tonos, un par de adornos los acompañaban, pequeñas bolitas de varios colores, y colgaban unas plumas fantasía de los mismos tonos que la lana.

— Es blanco y menta porque el blanco es tu color y el menta es el mío— dijo el mayor, muy orgulloso de lo que había hecho—. La chica que nos lo enseñó dice que ayudan a atrapar las pesadillas, las bolitas en el centro simbolizan los malos sueños, y el agujero en el medio es por donde pasan los buenos, lo hice muy chiquito para que ninguna pesadilla pudiera entrar.

>> Y las plumas son para que los sueños caigan suavemente, hay que ponerlo sobre la cama para que funcione.

— Es muy bonito, bebé — Sunghoon lo besó con suavidad, primero en los labios, luego en su frente—. Me gusta mucho, ¿Felix también hizo uno?

— Felix hizo una caja para guardar chocolates, así Min tiene que comprar muchos chocolates y él los puede comer.

Sunghoon soltó una carcajada, le dió toda la razón a Felix, ese chico si que era muy listo.

— Ddeonu-ssi, ¿Por qué no invitamos a tus amigos a comer a McDonald's? — ofreció Sunghoon, en su mente había ideado un plan, dónde sería más fácil dar la noticia con gente que Sunoo amara, así podría sentirse más acompañado.

— Pero sin payasos— dijo Felix.

— Ya no hay payasos en el McDonald's, Lixie, los sacaron — dijo Minho, en tono muy serio, que el pelinegro le dió gracia.

Fueron los cuatro hacia él McDonald's más cercano, Sunoo estaba hablando mucho, Sunghoon no estaba diciendo nada, Minho fue el primero en darse cuenta que algo estaba mal, pero intentó no preocuparse para no hacerlo peor.

Luego de pedir se sentaron en una mesa apartada, dónde podían comer en paz, Sunghoon intentó ser sutil para hablar.

— Sunnie — ese apodo suave que casi nunca usaba hizo que el mayor lo mirara con atención— tengo algo importante que decirte— tomó su mano para entrelazar sus dedos —. El otro día me llamó tu padre... Encontraron a los que te lastimaron — Sunoo pareció no entender al principio, pero las lágrimas llegaron a sus ojitos y comenzó a parpadear rápido —. Ellos lastimaron a otras personas también, y te necesitan para que no vuelvan a lastimar a nadie más.

Sunghoon hablaba lentamente para poder pensar bien en las palabras, al mirar a sus amigos, Minho estaba asustado por la noticia, y Felix estaba intentando entender, por más que su expresión no lo notara y seguía serio, sus ojitos estaban perdidos.

— ¿H-hay más como yo? — preguntó, una pregunta algo extraña, y más para ser lo primero que decía al respecto.

— Hay... Dos personas más, Sunoo — dijo Sunghoon—. Pero ellos no están en condiciones para hablar, lo siento mucho pero tú eres el único que podría ayudarlos.

— ¿Puedo verlos?

— Sunoo, no lo sé— Sunghoon suspiró, su pequeño estaba llevando el tema a un lado que él no había practicado hablar—. Pero lo que quiero pedirte es que, puedas acompañarme a la comisaría, ellos te harán preguntas para hablar de lo ocurrido, lo usarán en el juicio, necesitan tu testimonio para que puedas ayudarlos.

Sunoo tenía un puchero confundido, quizás no había entendido nada.

Sunoo había tenido regresiones, por más que Sunghoon creía que había mejorado, a veces su mente funcionaba como la de un niño, podía ser en algo adorable como distraerse con caricaturas o en alguna juguetería, o quizás cuando quería explicarle algo muy serio también, no podía controlar cuando eso pasaba.

— ¿Me entiendes? — preguntó el pelinegro, que sentía que se le acaba la paciencia, pero no era el momento de tener un cambio de ánimo debido a su malestar, así que estaba poniendo todo su esfuerzo en estar tranquilo—. Solo tienes que ir con unos policías, y hablarles de todo lo que recuerdes, ¿Bien?

— P-pero yo no recuerdo nada... No me acuerdo de nada, Sunghoon— murmuró Sunoo, negando levemente, tenía lágrimas en sus ojitos.

"Mierda, esto es más difícil de lo que esperaba" pensó Sunghoon, volviendo a suspirar, con su mano libre frotó su rostro con frustración.

— Ddeonu, quizás puedas recordar algo, por más mínimo que sea — dijo Minho, intentando ayudar al ver al pelinegro —. Quizás no lo recuerdes ahora pero los policías te harán preguntas y quizás en ese momento te acuerdes y puedas responder— dijo, con un increíble tono paternal.

— Min dice que está bien no saber algo — se metió Felix —, así que está bien si no te acuerdas también, puedes decir "No lo sé" y está bien, pero si es importante puedes intentarlo y quizás ayudes aunque sea un poco.

— Exacto, no pasa nada si no te acuerdas, pero puedes intentarlo — dijo el pelirrojo, con una de esas sonrisas que te hacían sonreír al verlas.

Sunghoon sonrió levemente, asintió, tono un sorbo de su gaseosa para despejar su garganta del nudo que se había formado.

— Gracias... — murmuró, volvió su vista a Sunoo, que estaba al borde le llanto, limpió sus lágrimas con cuidado—. Puedes intentarlo, eso ayudaría a muchas personas, Sunoo-ssi.

Sunoo asintió como respuesta, lo iba a hacer, Sunghoon sonrió con orgullo y dejó un beso en su frente, el mayor se abrazó a él.

— Pero quiero conocer a los otros — murmuró.

— Veré que puedo hacer, Sunoo, no sé quiénes son — dijo el pelinegro—. Pero ellos están mal, Sunoo, siguen muy lastimados, no creo que puedas ser su amigo o algo, ¿Recuerdas como estabas antes? — Sunoo se tomó un momento para recordar, asintió—Bueno... Ellos están así.

Sunoo guardó silencio un momento, parecía que estaba pensando al respecto, y Sunghoon sintió que había dicho algo malo.

— Quiero conocerlos — repitió, sin decir nada más, Sunghoon asintió sin más, e intentó que siguiera comiendo las nuggets de pollo que había pedido, pero no hubo caso, de todas formas las guardó para llevar a casa, Sunoo estaba muy sensible por la noticia, y lo resolvió pegandose a él como un bebé koala todo el día.