⁰⁷⁹

124 21 1
                                    

Luego de que sus amigos se vayan y Sunghoon quedara solo otra vez, pasó dos horas en silencio, una enfermera vino a retirarle el suero y preguntar cómo estaban sus antebrazos, si le dolían o si le molestaban las vendas, a lo que Sunghoon negó

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Luego de que sus amigos se vayan y Sunghoon quedara solo otra vez, pasó dos horas en silencio, una enfermera vino a retirarle el suero y preguntar cómo estaban sus antebrazos, si le dolían o si le molestaban las vendas, a lo que Sunghoon negó.

La mujer se fue sin responder si él tendría el alta o no.

Luego de volver a estar un rato en soledad, la puerta se abrió de nuevo, y esta vez entró la persona más linda del mundo, con una sonrisa tierna en sus labios y con una caja de cupcakes en sus manos.

— Ddeonu.

— Hola — el Pelirosa le sonrió de forma encantadora, amaba su sonrisa, sus abultadas mejillas y esos esponjosos labios y aquellos pliegues que se formaban en sus ojitos que hacía su mirada desaparecer, el Pelirosa se acercó a él, dejando la caja en la camilla, Sunghoon esperaba un abrazo o algo de su parte, pero su sonrisa se hizo triste de golpe en cuanto tomó su mano.

— ¿Qué pasa? — preguntó el castaño, tenía ganas de llorar, otra vez.

— Sunghoonie... Estuve pensando y... Creo que le hago mucho daño a los demás.

— Sunoo, tu no-

— Déjame terminar, por favor — el Pelirosa estaba bastante serio algo que no era muy común en el mayor, ya que siempre era muy expresivo—. Ahora fue a Felix... Pero... Llevo mucho tiempo haciéndote sentir mal, ¿En serio quieres a alguien que te hace mal, como yo?

— Sunoo tú no haces mal a nadie.

— Tú no estarías así de no ser por mi... — murmuró Sunoo, tenía un puchero en sus labios y el ceño fruncido, estaba intentando no llorar.

— Sunoo, yo soy muy feliz contigo, me haces feliz, no sé por qué dices que haces mal — Sunoo señaló a la camilla del hospital, y luego al suero, y luego a él—. No es tu culpa, tú no me hiciste esto... No tienes la culpa de las cosas que pasaron porque tú también eres unas víctima, Sunoo, ¿Entiendes a lo que me refiero? No intentas lastimar a nadie... No eres malo, no haces esto a propósito... A veces las cosas me afectan demás pero eso es porque no sé manejarlas... Pero eso tampoco es tu culpa.

Sunoo frotó sus ojitos Sunghoon no sabía si estaba llorando o no, el rubio se mantenía alejado de él.

— Sunoo, ¿Estás llorando?

— ¿Nunca pensaste en terminar conmigo? — cuestionó el mayor—. Y sé sincero... ¿No sería más fácil para ti irte de una vez?

Sunghoon no tenía palabras.

— Debes estar bromeando si crees que irme sería más fácil para mí, Sunoo, es imposible para mí irme.

— Pero podrías si quisieras, alguna vez lo pensaste, ¿No? Di la verdad... — sus ojitos brillantes lo miraron —. Si te ibas ya no ibas a tener que verme, no tendrías que sufrir, no tendrías que... Soportar mis pesadillas, ni mis ataques de pánico ni-

— Sunoo.

— Ni mis estúpidos miedos, ni el que sea un inútil que no puede trabajar ni salir de su departamento de tres ambientes...

— Sunoo...

— Y tampoco tendrías que llevarme a una comisaría a declarar por milésima vez y consolarme cada vez que lloro, y... Hacer todo lo que haces por mi.

— Lindo— Sunghoon se acercó a él para tomar sus manos, Sunoo estaba llorando y temblando —. Nunca he pensado en irme, en ningún momento, ni siquiera el primer día que volví a verte y no sabías quien era. No pienso irme ahora tampoco, no es una opción para mí.

— ¿Por qué? No me digas que de verdad, en ningún momento en todos estos años no lo pensaste...

Sunghoon negó.

— Pensé muchas cosas en este tiempo, Sunoo... Pensé en inventar una máquina del tiempo, pensé en... Dormir para siempre cuando soñaba contigo— murmuró —. Pensé en dejar de existir... Pero nunca pensé en dejarte e irme, porque no podría vivir sabiendo que al menos no... Al menos no había intentado ayudarte.

>> Fue difícil para mí ver a todos tus amigos irse, y no volver... Odié a cada persona que se fue de tu vida y no regresó, y me odiaria a mí mismo si te hacía lo mismo.

>> Tus padres siempre dijeron que yo quedé a tu cargo porque tú me habías elegido — Sunghoon sonrió levemente, aquel comentario siempre lo hacía sonreír— ¿Cómo podría dejarte? Siempre que me mirabas al menos por medio segundo, aún si estuvieras asustado, en pleno ataque de pánico, luego de una pesadilla... Siempre me miras igual, con esos ojos, así— el Pelinegro lo señaló, estaba haciendo aquella mirada de nuevo—. Me miras con ojitos que me dicen "Por favor no te vayas"— Sunoo asintió, sonriendo un poco, en verdad, era lo que le pedía con su mente—. La primera vez que me miraste luego de eso... Me miraste así, y lo seguiste haciendo, una y otra vez... ¿Cómo podría decirte que no?

— Pero... Tú, ¿Quieres quedarte? ¿O solo lo haces porque yo quiero que lo hagas? ¿Qué quieres tú?

Sunghoon no sabía desde cuándo aquellas dudas estaban atormentando al mayor, dejo mimos en su cabello pelirosa.

— Yo te quiero a tí, Sunoo... Por eso me quedo, porque te quiero, y no podría irme, porque te quiero.

— ¿Entonces no quieres terminar conmigo?

— ¿Quien te dijo eso? ¿De dónde lo sacaste?

Sunoo se encogió de hombros, sus manitos fueron a limpiar sus mejillas de las lágrimas que intentaba disimular.

— Sunoo creo que sí realmente amas a alguien, estás con esa persona en las buenas y en las malas— explicó Sunghoon—. Parece que nuestra historia de amor siempre son más malas que buenas, bebé, pero aún así... Yo te amo mucho.

— Yo también te amo— respondió el pelirosa muy bajito.

— Lo sé, mi amor.

>> También creo que sí puedo amarte aún a pesar de las cosas malas... Significa que cuando todo esté bien te voy a amar aún más.

— E-eres un cursi.

— Kim Sunoo, a veces me encantaría que te callaras un poco.

Sunoo rio, Sunghoon también, el mayor finalmente fue a abrazarlo como tanto estaba esperando, apretando el cuerpecito de su novio con firmeza y felicidad.

Sunoo rio, Sunghoon también, el mayor finalmente fue a abrazarlo como tanto estaba esperando, apretando el cuerpecito de su novio con firmeza y felicidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora