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- Feliz cumpleaños, Fefi~ - canturreo Minho, mientras dejaba el pastel de cumpleaños, decorado con los colores del arcoiris y un par de velas, frente al cumpleañero, sentado en la cabecera de la mesa con una sonrisa llena de alegría, y un gorro de...

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- Feliz cumpleaños, Fefi~ - canturreo Minho, mientras dejaba el pastel de cumpleaños, decorado con los colores del arcoiris y un par de velas, frente al cumpleañero, sentado en la cabecera de la mesa con una sonrisa llena de alegría, y un gorro de cumpleaños que el pelirrojo le había dado, porque le quedaba adorable.

- ¡Pide un deseo, un deseo! - dijo Sunoo, en una voz más aguda de lo normal.

Los dos se habían pasado gran parte de la fiesta jugando, comiendo dulces y escuchando música, así que estaban más energéticos y emocionados de lo normal.

Felix cerró sus ojitos con fuerza y pidió su deseo:

- Deseo que Minnie me quiera como Ddeonu quiere a Hoonie.

Minho abrió sus ojos de más, su sonrisa se borró para dejar una gran expresión de sorpresa, Sunghoon se cubrió el rostro para reír, y Felix terminó de apagar las velas, para recibir los aplausos de Sunoo.

- Muy bien, Fefi - dijo el Pelirosa -. Pero tienes que pedir el deseo en tu mente, sino no se hará realidad.

- Oh, ¿Por qué no me dijiste eso antes, Ddeonu? - Felix frunció el ceño, molesto -. Minho, enciende las velas de nuevo, tengo que pedir mi deseo.

- Eso no se puede- dijo Sunoo, negando -. El deseo sólo se pide una vez, la primera vez, no puedes repetirlo.

- ¿Y quién lo dice? - Felix se cruzó de brazos, molesto.

- No lo digo yo, es así- puchereo Sunoo -. Ahora tienes que esperar un año para pedirlo de nuevo.

- Espere mucho para pedir un deseo, no se vale - se quejó-. Hyung, enciende las velas.

Minho sólo estaba en shock, sus manos temblaban y sus mejillas estaban muy rojas, Sunghoon intentaba ahogar su risa para disimular.

- Felix, ¿Cómo es eso de que te quiera como Sunoo a Sunghoon? - preguntó el pelirrojo, con una voz temblorosa por el pánico, hasta tuvo que sentarse para intentar calmarse.

- Ddeonu me contó lo que siente cuando está junto a Hoonie - dijo Felix -. Yo siento lo mismo cuando estoy contigo.

Minho estaba hecho un tomate, casi podía ver cómo temblaba.

- Sunnie y Hoonie duermen juntos, como nosotros... Se abrazan mucho, como nosotros, Hoonie lo cuida como tú me cuidas a mí, y Sunnie siempre le cuenta todo, como yo a ti - Felix tenía la mirada baja, con algo de vergüenza, o nervios-. Sunnie siempre dice que ama mucho a su novio, que cuando lo mira siente cosquillas y sus mejillas se ponen rojas y calentitas... También que es el único que puede hacerlo sentir tranquilo luego de una pesadilla y que siempre que lo abraza es como... Esa sensación de cuando te abrigas con una manta gruesa en invierno.

>> Sunnie siente lo mismo por Hoonie que lo que siento cuando estoy contigo, hacemos lo mismo... Tu y yo somos iguales a ellos, porque yo siento eso también.

Minho estaba sin palabras, tenía los ojitos cargados en lágrimas, a Felix le costaba mucho comprender sus sentimientos, puesto que por su autismo no podía entender sus emociones, muchas veces tampoco la de las demás, aunque eso no significaba que él pudiera sentir tales cosas.

Sunoo le había explicado cómo se sentía amar, en las pequeñas acciones como los abrazos y las palabras bonitas, y en sensaciones como las mariposas, la tranquilidad y la calidez.

- ¿Desde hace cuanto que te sientes así, Fefi?

- No sé - se encogió de hombros-. Mucho tiempo, casi desde que te conocí... O un poco después, quizás un año o dos luego de vivir contigo, Hyung, cuando comenzaste a ser bueno conmigo.

Minho lo había cuidado muchísimo desde que había llegado a casa, por más que al principio fue difícil para los dos por la depresión de aquel joven de quince años, que le rompió el corazón al mayor, quizás porque él sabía lo que se sentía ser dejado de lado, y también sabía lo que era ser maltratado.

Había vivido en casas de acojida casi toda su vida, no todas fueron buenas, la última era de la familia Lee, que luego de dos años de tenerlo viviendo allí, y luego de cumplir los diecisiete años, decidieron adoptarlo, porque ya no tenía esperanzas de que alguien quisiera a un joven tan grande.

Minho se sentía sólo, y Felix también, por eso coincidieron tan bien juntos y pudieron ser compañeros, para tener de el uno al otro y no estar solos.

- Yo también me siento así, Fefi - confesó Jake -. Te quiero mucho, ¿Sabes?

- Lo sé - Fefi sonrió con timidez-. Yo también te quiero mucho, Minnie.

- Ven aquí, mi pequeño- el pelirrojo abrió sus brazos hacia él y el cumpleañero fue hacia ellos para abrazarlo con fuerza, y sonreír enormemente, bajo la mirada llena de ternura de la pareja.

- Ven aquí, mi pequeño- el pelirrojo abrió sus brazos hacia él y el cumpleañero fue hacia ellos para abrazarlo con fuerza, y sonreír enormemente, bajo la mirada llena de ternura de la pareja

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