En el mismo cielo.

1.7K 74 2
                                        

Cuando salimos del campo, tenia un mensaje de Olga diciéndome que se había ido a comer con sus amigas.
Le dije a Mapi que me dejara cerca de casa y llegué echando un paseo. Me prepare algo rápido para comer y me eché en el sofá a descansar.

Recibí una llamada, era Olga.
- ¡Hola! Le dije.
- Cosita guapa, siento haberte robado el coche. Estas dijeron de ir a comer pero al final se nos ha alargado la cosa. Perdona.
- Anda, tranquila! He estado en casa descansando aunque sí que te he echado de menos.
- ¿Por qué no me has llamado? Me hubiese ido.
- Porque estabas con tus amigas, me gusta que pases tiempo con ellas.
- Bueno... te compensaré. ¿Te apetece que salgamos a cenar fuera hoy?
- Me apetece más la compañía, pero supongo que entra en el lote de ir a cenar contigo ¿no? Jajaja dime para qué hora quieres que esté preparada.
- Como sigo con tu coche, voy a casa a ducharme y en cuanto esté preparada me voy para tu casa. Y ya cuando termines pues nos vamos.
- Me parece perfecto guapa.
- Nos vemos en nada preciosa, un beso!
- Otro para tú cariño.

Estuve un poco más en el sofá hasta que decidí meterme en la ducha y empezar a vestirme.
De un momento a otro llegó Olga, y yo ya estaba terminando.

Dijimos de ir dando un paseo, pues el restaurante dónde reservó no estaba lejos de casa. Fuimos hablando y de un momento a otro nuestras manos se unieron. Nos miramos y sonreímos, continuamos así hasta que llegamos al restaurante.

La cena pasó sin ningún aspecto importante, dos personas enamorándose cada vez más la una de la otra.
De vuelta, Olga me dijo que se iría a su casa, ya que mañana a mediodía tendría que coger un tren dirección Madrid por temas de trabajo.

- Oye, ¿qué te pasa? Me preguntó Olga.
- No, nada. Tranquila, está todo bien.
- Venga, ahora la verdad. En cuanto te he dicho que me iría a casa te ha cambiado la cara.
- Pensaba que te ibas a quedar hoy conmigo también, me he acostumbrado a dormir contigo. Descanso mucho mejor cuando te tengo al lado.
- Que yo me tenga que ir a casa para preparar cosas, no significa que no te puedas venir a la mía, ¿no?

Y una vez más, volvió a sorprenderme. Como bien hablamos, hoy me iba yo a su casa. Me quedaría allí a dormir. Pero antes de ir, pasamos por mi casa para coger mis cosas del entreno de mañana, y mi coche. Me iría para el entreno directamente desde casa de Olga.

Llegamos a su casa y me la enseñó asi un poco por encima, era muy de su estilo. Gritaba Olga por todos lados.

- ¿Te apetece que veamos algo en la cama? Creo que si me quedo en el sofá me dormiré ahí.
- Me parece buena idea, yo hoy también estoy un poco cansada después del partido.

Como era costumbre, ella se echó en mi.
Mi mano actuaba sola ya, empecé con las cosquillitas y ella empezó a acariciarme los abdominales. Se ve que eran su perdición.
No sé cómo pasó, pero de un momento a otro empezamos a besarnos. Los besos cada vez estaban subiendo de intensidad, y las caricias cada vez eran menos inocentes.

Nos teníamos ganas, la tensión que había entre nosotras aumentaba cada vez más. Y como siguiésemos tal y como estábamos, íbamos a resolver esa tensión.

- ¿Estas segura? Le pregunté a Olga.
- Créeme que si, nunca he tenido tantas ganas de arañar unos abdominales. Me tienen loca lo siento, no puedo evitarlo.
- Puedo llegar a entenderte, me pasa igual con tu culo.
Y tras decirle esto, puse mis manos en mi culo y la apreté contra mi. Soltó un leve gemido, y supe que tras esto ya no habría vuelta atrás.
Hicimos el amor varías veces, acabamos agotadas pero felices.
De nuevo Olga me tenia en el mismo cielo, y que cielo!

1790km. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora