1790km.

Des(conectadas)

- ¿Podemos hablar por favor? Necesito saber que fue lo de ayer.
- Si, hablemos Alexia porque te noto muy nerviosa.
- Pf joder, es que estoy muy nerviosa.
- No entiendo por qué estás nerviosa. Creo que ambas somos adultas y sabemos lo que puede haber.
- Justo por eso estoy nerviosa, porque tengo la sensación que voy a escuchar todo lo contrario a lo que quiero.
- Mira, te voy hablar claro. Me encantas Alexia, no creo que haga falta que te lo diga. Ya no solo físicamente, que también, pero cada vez que paso tiempo contigo voy descubriéndote y lo que descubro me gusta cada vez más. Te has preocupado por mi, me has cuidado, y todo casi sin conocerme.
- Y volvería hacerlo Olga. El primer día que te vi pensé que tenías las sonría más bonita del mundo, y no me equivocaba. Me haces reír, y sin quererlo, me has sacado de mi pozo. Me gusta pasar tiempo contigo, me gusta descubrirte, me gusta cuidarte. Me gustas Olga, me gustas muchísimo.

Sin saber por qué, estábamos una frente a la otra cogidas de las manos. Al terminar de hablé yo, nos besamos.
Era un beso con sabor a estoy aquí contigo, que es justo donde quiero estar.

- ¿Así que te gusto mucho eh? Me preguntó Olga con un poco de vacile.
- No te confundas, dije muchísimo no mucho.😛
Estuvimos un rato más hablando. Vi que Olga se levantó y empezó a recoger sus cosas.

- ¿Dónde vas? ¿Te tienes que ir? Le pregunté a Olga.
- Tendría que irme a casa, no quiero molestarte ni que te canses de mi.
- ¡No digas tonterías Olga! Por favor, quédate todo el finde aquí conmigo. Hoy sábado tengo el día libre podemos quedarnos aquí en casa, o hacer lo que quieras. Mañana tengo partido, me gustaría verte en las gradas, se lo puedes decir a quien quieras para que te acompañe.
- Vale, me quedo. En verdad estaba deseando que me dijeras que me quedase. Y con respecto a lo del partido, solo iré con la condición que me dediques todos y cada uno de los goles que marques.
- Así, claro que si. Tú sin meterme presión ni nada. Jajaj dalo por hecho guapa!

Pasamos la mañana juntas, Olga estuvo haciendo algo de trabajo que tenía que preparar, y mientras yo preparaba la comida.
He de decir que no sólo se me daba bien el fútbol, también me apasionaba la cocina.

Comimos, seguimos hablando de todo y de nada.
De un momento a otro comenzó a llover, habíamos dicho de ir a dar un paseo pero con este tiempo..
- ¿Sofá, peli y mantita? Me preguntó Olga.
- Creo que está en el top 10 de mis planes favoritos.

Preparamos palomitas y algunos refrescos. Yo no podía excederme mucho, pero un poco si me lo podía permitir.
Me senté en el sofá, y sin pensárselo dos veces, Olga se hizo hueco entre mis piernas y se acomodó ahí, quedando apoyada en mi pecho.
Así pasamos la tarde, vimos varias películas y cada vez los gestos de cariño entre ambas eran más seguidos.
Estaba total y perdidamente enamorándome de Olga.