Mi suerte.

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Buenos días preciosa. Estoy en el avión de vuelta a Barcelona ya. Iba a llamarte, pero vi que era demasiado temprano. Si quieres que vaya a recogerte cuando vuelvas me avisas si? Sino, te espero en mi casa o me voy para la tuya.
Te quiero 🤍

Le dejé un whatsapp a Olga, me moría de ganas por verla. Estaba de camino a casa. En cuanto llegáramos al aeropuerto, nos llevarían hasta la ciudad deportiva y de ahí cogeríamos nuestros coches.
Una vez estuve montada en el coche, avisé a mi madre que iría para su casa para recoger a Nala. Mi perrita y hasta ahora salvavidas. Llevaba con ella 5 años, y había sido mi mejor compañera todos los días.

Llegué a casa y me puse a deshacer la maleta y poner la lavadora. Recogí también un poco la casa y me puse a preparar la comida. Con todo el trapicheo me había olvidado de mirar el móvil.
Tenía varios whatsapp de Olga.
El primero avisándome que me llamaría en cuanto llegase a la estación.
El Segundo era un enlace a un vídeo. Pinché en él y aparecía yo en la rueda de prensa después del partido en el que decía que el gol iba dedicado para alguien especial.
El tercer whatsapp se basaba en decirme que por qué no había visto esto ella antes. Que ahora tenía muchísimas más ganas de verme, y que le había encantado la definición que di. Le había gustado lo de alguien especial.

Le contesté con un par de caritas de vergüenza 😳😳😳
Y le mandé una foto en la que aparecíamos Nala y yo diciéndole que la estábamos esperando.

Media hora más tarde mi móvil estaba sonando, era Olga.
- Hola cariño.
- Hola guapa. ¿Has llegado ya? Le pregunté.
- Si. Bueno, aún no he bajado del tren, estoy llegando era por si podías pasarte a recogerme. Te he echado mucho de menos. Además, me muero de ganas de conocer a tu acompañante de 4 patitas.
- Por supuesto que si. Salgo ya de mi casa, te espero en el aparcamiento.
- Genial, nos vemos en nada preciosa.
- ¡Me muero por abrazarte!

Colgué la llamada y salí dirección al garaje para coger el coche. Como bien dijo Olga, esta vez llevaba a Nala para ir a recogerla.
Estaba esperando en el aparcamiento, y la vi. Venía con su característica sonrisa y sus ojos chinitos. Salí del coche disparada para abrazarla.

- Te he echado mucho de menos.
- Ya estoy aquí. Y pienso ser una lapita contigo. Me dijo Olga.
- Mira, te presento a mi bebé. Nala, esta es Olga.
- ¡Pero si es súper preciosa!

Me sorprendió Nala, normalmente no suele gustarle la gente nueva. En cambio con Olga no puso impedimento. Estaba súper encantada.
- Creo que le he gustado. - Me dijo Olga.
- Creo que casi tanto como a la dueña. - Le dije guiñándole el ojo.

Una vez dentro del coche, nos besamos. Un beso necesitado que demostraba lo de menos que nos habíamos echado.

Pusimos rumbo a mi casa, Olga pasaría lo que queda de tarde conmigo. Y la noche ya lo veríamos.

Le preparé algo de comer mientras se duchaba. Con el viaje no había podido comer, así que le preparé algo de merienda.
Al salir, la estaba esperando en el salón con todo preparado, y nada más verlo se vino corriendo en busca de mí para besarme.
- No supero la suerte que he tenido contigo al encontrarte.
- Yo sí que me alegro de haberte encontrado. Como dice la  canción de El Canto del Loco : "eres la suerte que me arropa del frío".
- Mi suerte.
- Te quiero.

Y volvimos a besarnos. Y cada vez había un poquito más de sentimientos por ambas partes. Y cada vez esto era más real.

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