Olga se había empeñado en que teníamos que adornar la casa para estas fechas.
Para mi la Navidad dejó de tener sentido cuando murió mi padre. Desde entonces ha sido una fecha sin más.
Me tuvo toda una tarde correteando el centro para buscar el árbol y los correspondientes adornos.- Venga cariño, que ahora cuando lleguemos tenemos que ponernos a decorar.- Me dijo Olga.
- ¿No te apetece mejor que cojamos algo de cena y nos sentemos tranquilamente en el sofá viendo una serie? Ya adornamos mañana la casa, con más calma.- Le dije.
- Pero jo, yo quería adornarla pronto para poder echarnos una foto juntas que mi madre no para de pedirme fotos nuestras. Que por cierto, sigue esperando que quedemos con ellos.- Me dijo Olga.
- Tengo una idea, mañana por la tarde en cuanto llegue nos ponemos a adornar la casa, y por la noche los invitas a cenar aquí. Pedimos algo de cena del restaurante que te gusta.- Le dije a Olga.
-Mm... bueno, vale. Voy a escribirle a ver qué tal les viene mañana. Pero si ellos no pueden venir, adornamos la casa de todos modos!- Me dijo señalándome con el dedo.
- ¡A sus órdenes mi sargento!- Le dije en modo burla.Cuando me giré, se vino en busca de mi y me dio una palmada en el culo. Le encantaba hacerme eso.
Al final conseguí salirme con la mía, mañana pondríamos todos los adornos que habíamos comprado hoy. Además, así me daría tiempo a comprar dos pijamas navideños iguales.
Antes de ir para casa pasamos por el restaurante d vicio. Nos llevamos la cena para comer en casa.
En cuanto llegamos, nos pusimos a cenar. Yo me encargué de recoger mientras Olga se duchaba. Como era de esperar, terminé antes que ella saliese de la ducha, así que con las mismas me fui directa para el baño. Por el camino iba quitándome ropa hasta quedarme solo con la ropa interior, la cual me quité cuando entré al cuarto de baño.- ¡Hola mi amor!- Le dije a Olga abrazándola por la espalda.
- Hola cariño. ¿Qué, aprovechando para ahorrar agua no?- Me dijo riendo.
- Por supuesto, hay que mirar por el planeta. Yo lo hago por el bien común.- Le dije comenzando a darle pequeños besos por el cuello.
- No seré yo entonces quien se oponga a ello. me dijo mientras se giraba.Y como era de esperar, hicimos el amor en la ducha. Otra de tantas veces que ya había pasado esto, sobre todo por las mañanas.
Ambas terminamos exhaustas. Pero decidí mimar aún más a Olga.
- Dame la esponja cariño. ¿Está bien el agua a esta temperatura?- Le pregunté cuando comencé a echarle agua.
- Si, así está perfecta.- Me dijo Olga.Y tras esto, eché agua por todo su cuerpo para después enjabonarlo con todo el cuidado posible.
Empecé por su espalda, su culito, y sus piernas. Le di la vuelta y subí por sus piernas, centro, pecho, hasta terminar dejando un beso en su boca.
Volví a coger la alcachofa para quitarle toda la espuma. Yo me enjaboné y quité la espuma súper rápido.- Espera aquí, voy a salir a por los albornoces.-Le dije.
Primero salí yo y me puse mi albornoz. Cogí el suyo y se lo puse con todo el amor del mundo. Nos secamos entre risas, le cepillé el pelo y después se lo sequé con el secador.
- Ya está cariño. ¡Estas preciosa!- Le dije embobada.
- Menuda suerte he tenido contigo, de verdad que si.- Me dijo Olga dándome un pequeño beso.Ella se fue para la habitación mientras yo terminaba de secarme y peinarme el pelo.
Cuando llegué a la habitación, Olga me estaba esperando en la cama.
Como todas las noches, ella cogía su libro que tenía en la mesita y leía algo antes de dormir. Yo por el contrario, le dedicaba un poco de tiempo a mis redes sociales.- Cariño, creo que voy a dormir hoy ya. Estoy súper cansada.- Le dije a Olga.
- Espera, que guardo el libro y apago la luz para no molestarte.- Me dijo apurada.
- No seas boba, sabes que no me molesta la luz. Quédate leyendo todo el tiempo que quieras cariño.- Le dije.
- Vale, aun que no tardaré mucho en irme a dormir yo también. Me dijo.
- Buenas noches mi vida, que duermas bien.- Le dije mientras le daba un beso.
- Buenas noches cariño, descansa.- Me devolvió el beso.Estaba acomodándome para dormirme cuando de repente Olga me abrazó.
- ¡Te quiero muchísimo Alexia!.- Me dijo.
-¡Y yo mi vida, y yo!- Le dije.Y ahora si, me fui a dormir con una sonrisa de oreja a oreja.

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1790km.
RomanceMi vida se basaba en fútbol, fútbol, fútbol y más fútbol, hasta que una lesión me hizo parar y darme cuenta que había otras cosas.