Abrazos que abarcan cidudades.

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Cariño, estoy ya en el avión. Llegaremos sobre las 13:30 o 14:00h. Cuando estés en el aeropuerto me dices dónde estás y vamos nosotras para allí.
Me quedan horas para tenerte de nuevo entre mis brazos. ¡Te quiero!

Le escribí a Olga antes de que el avión despegara. Como era un viaje largo, iba preparada. Me puse mis auriculares y cogí la tablet, busqué las películas que había descargado y me puse una al azar.
Como era de esperar, me quedé dormida. No me dio tiempo a ver mucho más.

Quedaba media hora para que aterrizáramos. Yo estaba ya un poco harta de estar metida en el avión, necesitaba estirar las piernas. Por el contrario, mi hermana seguía durmiendo como si no hubiese un mañana, y mi madre estaba enfrascada en un libro que había decidido coger para este vuelo.

- Cariño, ahora cuando bajemos llamo a la tita y que venga a por tu hermana y por mi.- Me dijo mi madre.
- No mamá, no llames a nadie. Olga debe de estar esperando que lleguemos al aeropuerto.- Le dije yo.
- Quieres mucho a esa chica ¿verdad?.- Me preguntó.
- Asi es mamá, estoy totalmente enamorada de ella. Tú sabes que yo estas fechas de Navidad y demás dejaron de gustarme hace años. Desde lo de papá. Pero es que ella ha venido y poquito a poco, casi sin querer, ha hecho que vuelva a tener esa cosita por estas fechas. Llevo pensando tiempo en decirle que se quede en casa a vivir. Para siempre.- Le dije muerta de vergüenza a mamá.
- Como me alegro escucharte decir eso Alexia. Esa niña es un sol, me gusta mucho para ti. Desde que estás con ella sonríes mucho más, y tienes un brilli yo especial en la cara. - Me dijo mi madre guiñándome un ojo.

Sabía perfectamente a lo que se refería. Menuda vergüenza me dio en ese momento.

Nada más salir, ahí estaba esperando mi chica. En cuanto me vio, me sonrió como es normal en ella.
- ¡Bienvenida a Barcelona cariño!- me dijo abrazándome Olga.
- Mm.. por fin! No te haces una idea de lo que necesitaba este abrazo, de verdad.- le dije dándole un beso tímido.

Cuando nos separamos, se fue para saludar a mi madre y mi hermana. Ayudó a mi madre con la maleta, aunque esta le repitiera por activa y pasiva que no era necesario. Menudas dos cabezotas se habían juntado.

- ¿Te importa conducir tu? Estoy cansada del viaje.- Le dije a Olga.
- No te preocupes cariño, por hoy te lo paso.- Me dijo sacándome la lengua.

Pusimos rumbo a casa de mi madre, no había mucho tráfico por lo que tardamos poco en llegar.
Me bajé para ayudarlas a coger las maletas y despedirme de ellas.

- Olga, a esta la tengo ya muy vista, pero tú pásate cuando quieras por aquí y organizamos una comida ¿vale? Así charlamos un poquito.- Le dijo mi madre.
- Dalo por hecho Eli, yo te avisamos y venimos para comer un finde que tengamos más tiempo.- Le contestó Olga mientras le daba dos besos.
- Cuñi, ya te llamo y nos tomamos un café o unas copitas.- Me dijo Alba.
- ¡Espero tu llamada cuñi!.- Le contestó contenta Olga.

Nos despedimos y pusimos rumbo para casa.

-Me encanta la relación que tienes con mi madre y mi hermana. Son súper importantes para mi, y tú has sabido aceptar eso cariño.- Le dije a Olga.
- Sé que son importantes para ti, para mi lo son también vida.- Me contestó Olga.

Llegamos a casa, guardamos el coche en el garaje y subimos por el ascensor.

- Pagaría ahora mismo por una ducha calentita y una siesta con muchos mimitos.- Dije mirando a Olga.
- Mientras te duchas, yo preparo algo de comida. Comemos, me pongo ropa más cómoda y nos echamos esa siesta que tanto deseas juntitas en la cama. ¿Qué te parece?.- me preguntó Olga.
- Pues me parece un planazo la verdad.- Dije besándola.

Y como dijimos, yo me metí a duchar mientras ella preparaba la comida. Terminamos, ella fue a cambiarse y yo me puse a recoger y lavar los platos.
Al terminar, me estaba esperando ya en la cama.

- Qué ganas tenia de esto.- Le dije a Olga.
- ¿Qué pasa, que allí no te han dejado dormir la siesta o que?.- Me dijo riéndose.
- Si que me han dejado, pero no era en mi cama contigo dentro y con tan poquita ropa.- Le dije mientras la acercaba a mi.
- Cariño, es que no sé si te acuerdas pero te dije que iba a secuestrarte. Y a mi favor diré que tú me dejaste.- Me dijo siguiéndome el juego.
- Y así será cariño, pero primero necesito recargar las pilas para poder estar a la altura. Voy a compensarte por todos estos días que te he dejado sola.- Le dije.
- Odio que me pongas cachonda solo con hablarme, tendrás que hacerte cargo de esto Putellas.- Me dijo mientras me besaba.
- Y lo haré cariño, y lo haré. Tú déjalo en mis manos.- Le dije yo.

Y seguimos besándonos aunque los besos cada vez eran más calmados. Estar con ella me hacía tanto bien y me producía tanta paz que me quedaba dormida de momento.

Como era ya habitual en nosotras, Olga se echó en mi pecho y mis manos fueron directas a su culo.
Y así es como empezaba lo que venía siendo el mejor recibimiento del mundo.
Durmiendo entre sus brazos.

"Tiene abrazos que abarcan ciudades"

1790km. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora