El Capitán América y Tú ©

Capitulo 23

Lo que se transmitía en la televisión frente a mis ojos jamás lo había visto, ni siquiera en las películas. De un lado de la avenida se encontraba un grupo de hombres y mujeres, estaban cubiertos de pies a cabeza, tenían una banda azul en el brazo derecho y estaban protegidos por un gran muro de unos cuatro metros. Frente a ellos del otro lado de la avenida se encontraba otro grupo igual, sólo que tenían una banda dorada. Y entre ambas bandos se encontraban un grupo de civiles con caras cubiertas, amarrados con cadenas.

Conozco esos colores, los que tenían en los brazos. El azul y el dorado. Cuando el azul y el dorado se enfrentan es porque algo anda mal, es una forma de huelga de los Mērchinatōris, una escena de tal magnitud sería transmitida públicamente por todo el país y quizás hacia otros países.

Necesitaban apoyo de otras logias.

Ambos bandos se pusieron de pie y con armas en las manos apuntaron hacia arriba y dispararon tres veces, luego bajaron las armas y apuntaron al bando contrario. Pasaron unos pocos segundos para que se abriera el fuego entre ambos bandos.

Ahogué un grito y lleve ambas manos a mi boca. Ninguno de los civiles cayó, pero no puedo decir lo mismo de los vidrios y ventanas alrededor, todo se volvía trizas y pobre del que se le ocurriera atravesar el lugar.

—... El Capitán América y Iron Man hacen acto de presencia en la escena... ¿Qué sería de nuestras vidas sin nuestro súper soldado?...— dijo la reportera y rodé los ojos, ese tipo de comentarios me caen mal.

—¿Adónde vas?— pregunto al notar que esta cerrando los documentos.

—Quiero tener una mejor visión de esa escena— respondió y suspiré.

Observé la pantalla un par de segundos más y dos civiles habían caído. Sino actúan rápido morirán.

—Iré contigo— dije y dejé las cosas sobre el escritorio.

Salimos del laboratorio y nos encontramos con Fury.

—¿Adónde se dirigen?— preguntó con su tono autoritario.

—Iremos a la primera— respondí antes que Banner.

—No quiero sonar ofensivo, pero ¿Qué podría hacer una chica indefensa como usted allá?— habló y mi sangre empezó a hervir.

—Conozco esos colores, el azul y el dorado. Los usan como una etiqueta en su brazo derecho— dije y Banner frunció el ceño.

—Yo también los conozco, el azul particularmente en mi favorito— inquirió Fury.

—Los Mērchinatōris los usan para pedir ayuda a otras logias, es una especie de huelga o ceremonia pública— expliqué tratando de calmarme.

—¿Qué te hace creer que descubrirás algo más allá?

—Una corazonada— respondí con diversión y lo esquivé.

No sé si Banner me seguía o no, pero no me iba a detener, no luego de haberme enfrentado a Fury. Su mirada es realmente intimidante.
Seguí mi recorrido hacia la salida y busqué la puerta hacia el estacionamiento.

—¿Sabes conducir?— preguntó una voz detrás de mi y giré sobre mis talones.

—Puedo aprender— respondí con una sonrisa y me entregó las llaves de un auto no muy seguro.

Perfecto.

[...]

—¡Tiene que dejarnos pasar!— exigí de nuevo, pero el policía se negó de nuevo.