El Capitán América y Tú ©

Capitulo 42

Capitulo dedicado a: aleeejandraaa y marinaucedo

[...]

—¿Por qué sus ojos cambiaron?—pregunta Steve del lado de afuera de la habitación.

—Tengo una hipótesis para eso, pero, más me preocupa esto— la voz de Banner se detiene y se escucha un roce de metales y vidrio, puede ser que le esté mostrando algún frasco, pero ¿de qué?

—¿Es azul?— pregunta Steve.

Frunzo el ceño y me pongo de pie, para un par de pasos después recargar mi oreja en la puerta.

—No toda, sólo algunas partes. Lo interesante aquí es que sus glóbulos blancos disminuyeron y los faltantes fueron sustituidos por, los que parecen, glóbulos azules.

—¿Cómo le afectará esto a ella?

—No lo notará.

—Me refiero a su anatomía, su sistema inmune.

—Aún no tengo una respuesta para eso, pero con un par de exámenes...

La puerta se desliza haciéndome caer al suelo. Maldigo para mis adentros y me pongo de pie con ayuda de Steve.

—No deberías husmear en las conversaciones ajenas.

—Y ustedes no deberían hablar del bienestar de otra persona a sus espaldas— ataco y él no responde.

¡Punto para Brooke! El marcador va a:

Brooke: 6 y Steve: 10

Bien, eso es deprimente.

—El caso es...— dice Banner interrumpiendo nuestra lucha de miradas—. Que necesito hacerte unos exámenes y hacerle unas pruebas a el Dēceptōris para saber que clase de efectos puede causar en ti, además de ojos y uñas azules.

—Gracias— suelto con una sonrisa y asiente segundos antes de irse.

Alzo una ceja y miro a Steve de brazos cruzados.

—No me mires así— dice y mantengo mi postura—. No quería asustarte diciéndote que posiblemente desarrolles habilidades extraordinarias, además de que el azul de tus ojos y uñas podría volverse permanente.

—¿Qué se supone que hay de malo ahí?

—Que S.H.I.E.L.D querrá admitirte como agente, tendrías que dejar tu trabajo y arriesgar tu vida todos los días igual que yo— explica a la vez que tomaba mis manos y depositaba un par de besos.

Formar parte de S.H.I.E.L.D... Nunca se me había pasado esa posibilidad por la mente.
Tal vez porque antes no conocía a Steve Rogers...

—¿Has hablado con tu madre?— pregunta mientras caminamos por el pasillo.

—No, no la he visto. Creo que me está evitando.

—¿Y tus amigos?

—¿Por qué de repente estás interesando en lo que ocurre con mi familia?— pregunto con el ceño fruncido.

—Siempre estoy al pendiente de ti— dice con tono divertido.

Vuelvo la vista al camino y veo la sala de control, unos caminan de un lado al otro con papeles, bolígrafos... Y otros están sentados en las computadoras.

—Pronto volverás a tu departamento, todo será como antes.

—¿Qué tan antes?1—pregunto con ambas cejas levantadas, dando una pequeña mueca de diversión.