La tensión se puede sentir en el ambiente, nadie se mueve, todos parecemos estar hipnotizados por tal sorpresa que nos ha dado al aparecerse por aquí.Tony estira su brazo apuntando a Luke y se puede escuchar el pequeño zumbido que se origina antes de que se dispare el arma en la palma de la armadura. Justo cuando el arma estuvo por dispararse Steve se pone entre Tony y Luke, causando que Tony desvíe su mano rápidamente y dispare al suelo.
—Interesante...— murmura Luke viéndome con una sonrisa maliciosa y que a mi parecer es de lunático.
Steve se aparta y con su brazo hace a un lado a Tony, quien a regañadientes también se aparta. Luke amplía su sonrisa y da dos pasos, se detiene a la altura de Steve y se inclina un poco hacia él.
Me guiña un ojo por encima del hombro de Steve y luego susurra algo breve en su oído. Cuando se aleja se podría notar a kilómetros el cambio de estado del rubio. En cosa de mili-segundos toma a Luke del cuello y lo estrella contra el suelo, mantiene su agarre firme y prepara su puño a la altura de su cabeza, listo para impactar en el rostro de Luke.
Inconscientemente había dado un salto hacia atrás por la reacción de Steve y Banner se coloca frente a mi en forma de protección.
—Ah claro, si yo le hago daño está mal, pero si tú lo haces nadie se opone— masculla Tony con ironía, se acerca y se coloca frente a Steve apuntando a Luke.
Steve aprieta y relaja su puño, estoy segura de que no sabe si hacerlo o no.
—No lo hagas Steve— digo pasando a Banner y caminando hacia él a paso lento.
Steve me mira sobre por su hombro con indecisión. Al llegar tras a él coloco mi mano en su espalda con delicadeza, puedo sentir sus músculos tiesos como una roca.
—¡Atrévete súper soldado! ¡Tu puedes, dame tu mejor golpe!— exige Luke.
—Eres un loco desquiciado— susurro y ejerzo un poco de presión en su hombro, suelta un suspiro y sacude su cabeza un par de veces.
—Vamos, anda con tu novia. Yo me encargo— dice Tony señalándome con la cabeza.
Deja el cuello de Luke y se aleja dejando a Tony a cargo de la situación. Steve se vuelve hacia mi y toma mis antebrazos alejándome de Luke, traslada sus manos hasta las mías y las lleva a su boca depositando un corto beso en cada una. Lo miro con una sonrisa y me inclino para besar su mejilla.
Banner hace una llamada para que vengan y se lleven a Luke a un lugar seguro para nosotros. Esperamos alrededor de quince minutos hasta que Fury llega com un equipo de seguridad.
—Llévenselo de aquí— ordena Fury y dos agentes levantan a Luke del suelo quien se encontraba en vuelto en una especie de manta que se supone debería aislar el fuego en caso que decida ponerse violento.
—Caballeros...— dice Natasha. Pasa la mirada por cada uno, asiente y ellos le responden—. Brooke— pronuncia y se repite la acción que con los hombres.
—Bien... Ya esperamos demasiado ¿no creen?— habla Tony y vuelve a abrir la barrera de energía que según Luke se llama Bashaous.
O al menos a eso creo que se refería cuando dijo que habíamos dado con Bashaous.
Al entrar todo era oscuro, era increíble. Del lado de afuera se podía apreciar una simple calle ciega y ahora al cruzar ese manto todo era diferente. Como una especie de nuevo universo. Con un pie adentro y uno afuera podía sentir una oleada de aire frío recorrer todo mi cuerpo.
Con un poco de dudas metí mi otro pie y me mantuve al nivel de Steve. Recorro con la mirada el lugar y todo empieza a aclararse. Ya no es un simple hoyo negro, todo empieza a tomar forma como de una especie de edificio. Como una estructura con fines científicos, todo era blanco y con uno más que otro detalle azul y rojo. Nos adentramos un poco más y personas aparecen, pero no se mueven, están como paralizadas.
—¿Dónde se supone que estamos?— pregunta Banner observando a lo largo del techo.
Una fuerte corriente de aire me golpea y me giro bruscamente llamando la atención de los hombres que me acompañan.
—Esto siempre pasa en las películas.
—¿Tienes el recipiente con el fragmento?— pregunta Steve y Tony nos lo muestra.
—Úsalo para abrir de nuevo— dice y Tony se acerca a la zona por la que habíamos entrado.
Extiende el fragmento, pero no sucede nada.
—Tenemos dos opciones: a) Quedarnos aquí como unos idiotas y b) Dar un paseo a ver que descubrimos— suelta llevando sus labios hacia adentro y suelto un suspiro.
—B— elijo y sonríe complacido.
—¿Qué le pasó a estas personas?— pregunta Steve mientras examinábamos los cuerpos tiesos de los que parecen ser doctores, científicos o investigadores.
—Parecen estar bajo un trance...— murmura Banner y Tony muy sutilmente echa al piso uno de los cuerpos.
Al caer la cabeza de este se separa del cuello haciendo que pegue un grito.
—O simplemente son señuelos— dice Tony encogiéndose de hombros.
Avanzamos un poco más adentro y toda la escenografía cambió. Ahora nos encontrábamos en una habitación oscura sin señales de puertas o algo parecido, sólo un cuarto oscuro.
—Esta es la parte en la que nos separamos y el negro o el chino muere primero— susurra Tony doblando sus labios inclinándose un poco hacia mi.
—Aquí no hay negros ni chinos— dice Banner y pasa saliva con dificultad.
Sigo la dirección de su mirada y paro en una esquina oscura.
—¿Qué diablos es eso?— pregunto con un hilo de voz y retrocedo un paso, pero Steve me toma fuerte del brazo evitando que continúe.
Unos grandes ojos verdes nos miraban fijamente, sin pestañear o mostrar algún tipo de movimiento. Simplemente estaban ahí, observándonos con malicia.
—No tengo idea, pero no parece ser amigable— responde Steve.
—¿Podrías decir algo que no sepa?— cuestiona Tony.
—Va a atacar.
—¿Qué?
—¡Qué va a atacar! ¡Dispérsense!— grita Steve.
Tony cierra la mascará en su rostro y se aleja con Banner. En vista de que no podía correr por la estorbosa bota, Steve me carga en su espalda llevándome a uno de los costados de la habitación. La gran bestia había quedado expuesta a la luz y era horripilante, parecía una especie de parásito gigante.
Sin nada que cubra su piel, se podían ver sus enormes dientes y su larga lengua en busca de algo que comer. No tenía ojos, al parecer lo que creíamos haber visto no eran más que un par luces adheridas a una especie de banda metálica alrededor de su musculoso pecho.
—Tenemos que...— me quedo callada porque así me lo indica Steve.
La bestia gira su gran cabeza de un lado al otro en busca de algo que le diga nuestra ubicación. Steve me baja muy lentamente de su espalda dejándome a un costado, me sujeta por la cintura, su nariz roza mi oreja y mi piel reacciona ante su tacto.
—Esta ciega, pero su oído es mas agudo de lo que te puedes imaginar—susurra en un tono casi imperceptible, incluso para mi.
Me toma unos segundos terminar de captar la idea de lo que me había dicho, asiento lentamente y me enfoco en la bestia.
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El Capitán América y Tú ©
FanfictionBrooke Woods, una escritora común y amante de la historia recibe una llamada: el dueño de una de las mayores editoriales del mundo quiere hacerle una entrevista. Poco a poco se ve dentro del agitado mundo de los héroes da inicio una profunda investi...