El Capitán América y Tú ©

Capitulo 7

—Paul quítate— me quejé tratando de quitar a Paul de encima mío.

Me removí incómoda y se despertó. Rodó y quedó en la otra punta de la cama. Me senté y me restregué los ojos, me puse de pie y caminé hasta la cocina.

Noté que la puerta del departamento estaba entreabierta y la miré confundida ¿Habrá pasado toda la noche así?. Me acerqué y la abrí, como no vi a nadie la cerré y volví a la cocina a preparar algo para desayunar.

—"... Gracias Capitán América por ..."— apagué el televisor y fui a mi cuarto.

Me bañé, vestí, le di comida a Paul y salí a caminar un rato. Quiero recordar todo lo que pasó anoche pues fragmentos iban y venían a mi mente causándome escalofríos.

—Lo siento... No puedo.

—Ninguno de los dos recordará esto mañana.

—Nos vemos luego Luke.

Esa escena volvió a mi mente de golpe y entonces recordé todo, absolutamente todo. Cuando llegamos al club, los amigos de Luke, estábamos bailando, empezamos a tomar, nos fuimos del bar, James y Emily, Zack y Jane, Luke me dejó en mi departamento y el beso... ¿Por qué lo había echo? ¿Qué pasó por mi mente en ese momento que me separé de el?

—Hola amiguito— saludé a un Pitbull que se acercó a mi con una pelota en el hocico, la tomé y la lancé para que la buscara.

A los pocos minutos la trajo y busqué su placa.

—Ken...dall, supongo que eres chica— leí y la Pitbull dejó caer su larga lengua.

—¡Kendall!— escuché gritar y alcé la vista.

Era una chica como de 16 años y se acercada corriendo hacia nosotras.

—Hola, me llamo Emma ¿y tu?— se presentó y me tendió su mano.

—Brooke— dije y estreché su mano, haló a Kendall del collar y le entregué la pelota.

—Gracias Brooke— agradeció y se fue.

Volví al departamento y al entrar una corriente de aire frío recorrió mi espalda. Cerré la puerta y caminé hacia la cocina, una nueva ráfaga de aire cruzó por mi cuerpo y la piel se me erizó. Me volví hacia la ventana y estaba abierta, fruncí el ceño y me acerqué para cerrarla. Sentí un mano en mi cintura y ahogué un grito.

—¡Casi me matas de un susto!—grité tratando de calmar mi respiración.

—Lo siento, no quería asustarte— se disculpó y rodé los ojos.

—¿Qué haces aquí?— pregunté frunciendo el ceño.

—Brooke perdóname, no debí besarte y luego abandonarte sin darte explicaciones— dijo, negué con la cabeza y bajé la mirada hacia el piso.

—¿Qué quieres de mi?— preguntó y alcé la mirada.

Sus ojos parecían perder su brillo, sus labios secos y su rostro desgastado.

—¿Por qué viniste?— pregunté.

—Tienes que alejarte de ese chico Luke y de sus amigos, S.H.I.E.L.D le esta haciendo seguimiento, parece que no son tan... Normales— explicó y fruncí el ceño.

—¿Me has estado espiando?— pregunté, rodó los ojos desganadamente seguido de un suspiro.

—Órdenes de S.H.I.E.L.D, además tenía que asegurarme de que no te hiciera daño en caso de que fuera peligroso— dijo y mis mejillas se enrojecieron ligeramente.