Capítulo dedicado a: Crismontaneponte y Ximena93[...]
—Hey...— se escucha un pequeño susurro, pero me niego a abrir los ojos—. Despierta— vuelve el susurro y gruño.
Abro los ojos y doy gracias por no haberlos dejado cerrados.
—¿Llegamos?— pregunto reincorporándome en el asiento.
Él sonríe sin mostrar sus dientes e imito su acción.
—¿Todo terminó?
—Creo que... Si— suelta con un suspiro, unas bolsas bajo sus ojos son la prueba de que no ha dormido bien estos días y no lo culpo.
Últimamente no hemos tenido descanso gracias a los problema que ocasionó Luke.
—¿Qué pasará con el Dēceptōris?— pregunto bajándome del auto.
—Debe volver a donde pertenece— responde Tony.
Puedo ver en los rostros de mis tres acompañantes el cansancio hasta los dedos de los pies, tal vez no es mi culpa, pero algo me hace sentir culpable. Caminamos hasta un helicóptero que nos esperaba a unos metros de donde dejamos el auto, subimos y este despegó sin problemas.
—¿Están bien?— pregunta Fury extendiéndonos unas bebidas que ni idea de que son, pero a estas alturas tomaré cualquier cosa que me den, todos asentimos y dejo caer mi cabeza en el hombro de Steve.
—No volverás a dormir ¿o si?— cuestiona con diversión y me enderezo en el asiento.
Tomo su rostro entre mis manos y lo acomodo sobre mis piernas.
—Creo que es tú turno— digo y él ríe.
Mantengo mi vista fija en su rostro, sus ojos, siendo cubiertos por sus párpados, sus labios ligeramente rosa, su mandíbula relajada y cabello despeinado.
—Ustedes... Son... Lindos, juntos— comenta Banner y le regalo una sonrisa despegando mis ojos del rostro adormilado de Steve.
Supongo que si.
[...]
—Hey... Despierta— lo llamo de la misma forma que él a mi, pero no obtengo respuesta de su parte.
El viaje se me hizo corto y entretenido por los chistes y frases irónicas de Tony, aunque la mayor parte del tiempo la pasé revisando la herida en mu muñeca, o lo que quedaba de ella.
Es decir, nada. La herida había sanado completamente y algo en mi era diferente, no me sentía igual, pero tampoco me atrevía a mencionarlo, al menos no por ahora. Lo mismo pasaba con mi pierna, ya no veía necesario seguir usando la bota— que por cierto, estaba un poco dañada—, no sentía dolor en el tobillo, ningún tipo de molestia en realidad.
—Despertar a Steve es un proceso, al parecer sus...— se detiene un momento—. ¿Cuántos años Jarvis?— pregunta y ruedo los ojos.
-70 años señor.
—70 años de sueño helado no le bastaron— termina y río.
Acaricio su cabello con detenimiento detallando el característico rubio casi dorado. Puedo sentir a alguien acercarse, pero no levanto mi vista, la mantengo fija en Steve que descansa plácidamente sobre mis piernas.
Se ve sumamente pacífico.
Steve despierta de golpe y miro mal al causante de tal escándalo. Tony había sonado una de esas bocinas que entre más pequeños más fuerte suenan, muy cerca de Steve aturdiéndolo tanto a él como a mi.
—¿Enserio Tony? ¿Enserio?— cuestiono y se encoge de hombros.
Steve parece confundido y desorientado ante la situación. Fury baja de primero y luego nosotros lo seguimos, Steve mantiene su mano, cuya palma suda de una forma inusual, aferrada a la mía, como si estuviera asustado.
—Buen trabajo Vengadores, en especial tú, señorita Woods.
—Gracias señor.
Fury pasa la mirada por los hombres y luego asiente. Entramos a lo que es la sala de operaciones de la nave y la observé por unos segundos antes de que tres pares de brazos me rodearan por completo separándome de Steve.
—Hola... los extrañé— suelto mientras trato de rodear a los tres cuerpos que me abrazan.
—Nosotros también— dice Jane y río.
Cuando nos separamos me tomo unos segundos para recuperar el aire y asegurarme de que mis amigos estén completos, bonitos y gorditos.
—¿Has cuidado a mis chicas Pittsburg?— pregunto con diversión.
—Como a unas reinas— responde con una sonrisa bastante amplia y mis amigas lo golpean juguetonamente.
—¿Dónde están mis padres?— pregunto con el ceño fruncido—. Olvídenlo— digo haciendo una mueca ya que los veo caminar muy animadamente en mi dirección.
—¡Papá, mamá!
Acorto la distancia entre ambos casi que de un brinco y los envuelvo en mis brazos con fuerza. Mamá empezó a llorar y entonces nos separamos, papá seca sus lágrimas y luego empezamos a reír.
—Tienes muchas cosas que contarnos, ¿vamos a la habitación?— propone Emily y asiento con una sonrisa.
Busco a Steve con la mirada, pero no lo veo sino hasta que giro sobre mis talones.
—¿Si?— inquiere mi mamá y asiento de nuevo.
—Los alcanzo en un minuto— digo y todos se van con una sonrisa.
Me giro de nuevo hacia Steve que esta recostado de una pared.
—¿Qué tienes?
—Nada... ¿Por qué?
—Estás... raro y distante desde que llegamos. Sobretodo desde que mis amigos aparecieron.
Mis manos se sujetan de un arnés que suele usar sobre su traje del Capitán América y que sostiene el escudo en su espalda.
—No quisiera que... Repentinamente todos ellos quisieran alejarte de mi para que vivas una vida... Más tranquila.
—Eso no va a pasar— digo alejándome un poco, lo miro con incredibilidad y suelta un suspiro.
Sus manos van a mi cintura y me atraen a él con un tirón, río por el tacto cálido de sus manos y él muestra una sonrisa divertida.
—¿Cosquillas?
—Demasiadas— llevo mis manos hasta su nuca y él se inclina buscando mis labios.
Es lindo poder darnos cariño de vez en cuando, aunque posiblemente todo el mundo nos este viendo.
—Ya...— trato de pararlo entre risas, pero él sigue intentando acercarse, le sigo el beso unos segundos más y luego me separo completamente.
—¿Vienes?— pregunto y niega la cabeza con mueca de cansancio, deja caer su cuerpo contra la pared y se cruza de brazos.
Giro sobre mis talones y me encamino hacia la habitación en la que me pueden estar esperando mis padres y amigos.
—Vuelve a jugar Pac Man— le digo al chico que había descubierto la otra vez.
El chico me mira confundido y vuelve la vista al monitor. Unos brazos rodean mis hombros a unos pocos metros de mi destino.
—Cambié de opinión— susurra en mi oído y siento mi piel erizarse.
Deposita un beso en mi mejilla y entrelaza su mano con la mía al estar junto a mi.
Mi corazón bombea de forma pesada y en mi estómago siendo murciélagos revoloteando de un lado al otro. Por alguna razón me siento nerviosa, siento que algo es diferente.
¿Un nuevo aire de seguridad quizás?
¿El Dēceptōris?
—Todo esta bien ahora... ¿Cierto?— pregunto antes de abrir la puerta.
No obtengo una respuesta inmediata por lo que alzo la vista en busca de sus ojos.
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El Capitán América y Tú ©
FanfictionBrooke Woods, una escritora común y amante de la historia recibe una llamada: el dueño de una de las mayores editoriales del mundo quiere hacerle una entrevista. Poco a poco se ve dentro del agitado mundo de los héroes da inicio una profunda investi...