Chuuya

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Un idiota al que me gusta abrazar

-Chuuya, pasa, por favor -dijo la señorita Ozaki desde su escritorio -. Ya casi termino

Se encontraba tecleando unas cosas en la computadora, parecía realmente concentrada.

Entré a su oficina y me senté en el sillón de siempre, mirando a mi al rededor, con ambas manos en los bolsillos. Espero que no note que no quiero sacarlas ni para quitarme la mochila.

-¿Como siguen tus manos? -preguntó, sin quitar la vista a la pantalla -. Escuché que te abriste los nudillos.

Maldira sea. Olvidé que ella siempre se entera de todo.

-Mejor, gracias... -respondí tímido 

-¿Hay algo que quieras contarme?

Permanecí callado, murando en cualquier dirección que no fuera en la que ella se encontraba. Había muchas cosas que contarle y realmente no sabía como comenzar. Ella suspiró con algo de pesadez y de sentó frente a mí, tomando la tetera para servir dos tazas de té.

-Entonces preguntaré directamente, ya que hoy no tienes muchas ganas de hablar -bromeó, mientras me acercaba la taza -. Dime, porqué golpeaste así ese saco de boxeo?

Tomé la taza tímidamente, pensando en cuantas posibilidades había de que se me cayera. Miré mi reflejo desde el té, pensando.

-Porque estaba enojado, triste, confundudo... -cerré los ojos y dejé la taza en la mesilla, para mirarla a ella después -. Akutagawa me contó que Dazai es huérfano y me dejó pensando demasiadas cosas.

Al oír eso, detuvo de golpe su sorbo de té, mirándome seriamente.

-¿Que cosas, exactamente?

-Que no es su culpa que me haya alejado... Pero tampoco mía -comencé a decir -. Y tampoco puedo pedirle que me diga todo lo que le pasa y todo lo que tiene porqué siente que no le importa a nadie, y también me sentí como un imbecil porqué me enojé con él por usar su mecanismo de defensa.

-¿Mecanismo de defensa? -asentí sin dudarlo -¿A qué te refieres?

-Es su manera de que no lo lastimen... -murmuré, mirando mis manos -. Todos tienen uno...

Pensé en mi mecanismo de defensa, en como golpeo cosas y parezco enojado muchas veces, y como no intento hacer amigos cuando llego a un nuevo lugar. Pensé en como mi mecanismo de defensa comenzó a irse por la borda al llegar a esta escuela y que a veces me da miedo pensar que dejé de lado mi mecanismo para terminar terriblemente lastimado. Pensé en que a veces me da miedo tener que irme de aquí y dejar a mis amigos, quedándome completamente solo de nuevo...

La señorita Ozaki solamente me miraba con esos ojos amables.

-¿Puedo hacerte una pregunta? -asentí rápidamente -. Vi que volvieron a estar juntos en el recreo, ¿Ya hablaron?

Asentí y le conté todo el espectáculo que montó Dazai, incluyendo el como se colgó de la ventana y tuve que lanzarme a agarrarlo. Aunque creo que debí omitir eso, ya que su mirada fue muy preocupada. También le conté lo que Dazai me dijo y como le presenté a Paul.

-Pensé que mi hermano me diría algo o me regañaría por tener a Dazai en mi habitación -dije, con una media sonrisa -. Pero solo me dijo que parece agradable y que se alegra qe que hayamos arreglado las cosas.

Ahora que lo pienso, desde que estoy en el internado Paul se ve menos enojado y más feliz conmigo. Recuerdo que siempre se disculpaba conmigo cuando nos mudabamos, sobretodo si veía que tenía a alguien con quien me llevaba bien. También se disculpaba cuando pasaba horas fuera de casa por el trabajo y yo me quedaba solo todo el día.

Mi estúpido compañero -SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora