Paul

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Siempre será mi hermanito

La parte que más odio de los viajes internacionales es la diferencia de horario. Sales de un país con un horario y llegas a otro con uno diferente. ¿Que quiero decir? Bueno, salí de Francia a las 10 de la mañana, llegué a Tokyo a la 11 de la tarde de Francia, que son las 6 de la mañana en Japón y, por todo el revuelo de salir del aeropuerto, cambiar de las monedas y buscar un autobús a Yokohama, llegué a la ciudad a eso de las 9 de la mañana.

Ah... Sinceramente esa es la parte que más detesto. Pero bueno, no he visto al enano en casi un año, es un sacrificio que tenía que hacer sí o sí. Me pregunto si habrá crecido o como estará. Espero de verdad que haya sido un buen año para él.

Llegué a la casa donde Chuuya y yo nos quedaríamos unos días antes de ir a casa con la abuela. Honestamente tenía la idea de ir directamente a casa de la abuela pero... Llevo 15 horas sentado, ni en broma me aguantaba las 10 horas de camino. Y no pienso mentirles, moría de sueño, para mí eran las 2 de la mañana, pero me citaron en la escuela a las 11, si me dormía no estaría a tiempo y lo cierto es que ya tenía ganas de ver al enano.

Después de desayunar algo, me fui a la escuela. Fui en autobús, recordando como me iba cuándo estudiaba ahí. Eran muchos recuerdos los que tenía en esa escuela, ciertamente una parte de mí no quería ir. Ah... Han pasado demasiadas cosas desde que dejé de estudiar ahí, aunque sé que era lo mejor que podía ofrecerle a Chuuya.

Volver a entrar por la entrada principal y saludar al guardia me trajo muchos recuerdos, aunque la escuela ya estaba completamente vacía. ¿Y como no? Ya todos los niños se habían ido a sus casas, no tenían ya nada que hacer ahí, aunque, para mi sorpresa, se escuchaba un balón de basquetbol a lo lejos.

Sin más, me dirigí a la recepción, en dónde estaba la señorita que nos recibió a Chuuya y a mí hace unos meses, hablando de una manera un tanto melosa con el profesor de Chuuya, el que me mandaba sus boletas por correo.

-Buenos días -dije con voz amable -. Soy Paul Verlaine, el hermano de Chuuya

-Una gusto conocerlo en persona, soy Sakunosuke Oda -dijo el profesor, estrechándome la mano -. Ella es la señorita Ozaki, pero creo creo que ya la conoce.

-Si, ya tengo el placer

No quería sonar cortante, solo que realmente me moría de sueño y quería terminar con eso cuánto antes, ver a mi hermano, ir a dormir unas 5 horas y luego ponerme al día con él de todo.

-Antes de firmar las boletas, ambos quisiéramos hablar con usted -dijo la señorita Ozaki, haciendo que cerrara mis ojos -. No tardaremos demasiado. Oda, ¿Puedes llevarlo a mi oficina? Le pediré a Fukuzawa que cuide la recepción por mí.

El pelirrojo me hizo un gesto para que lo siguiera y comenzamos a caminar por el pasillo, haciendo que muchos recuerdos regresaran. Lo cierto es que en 14 años no habían cambiado el color de la pintura ni la decoración, aunque se veía todo en buen estado.

Llegamos al segundo piso, lugar donde podía ver a la perfección la cancha. Mi curiosidad por ver quiénes jugaban en un día donde ya no había clases no terminó, por lo que me asomé, abriendo la ventana, llevándome la sorpresa de mi vida.

-Tanizaki, muévete -gritó Chuuya -. Bloquea a Kunikida

-Chuuya, estoy libre -le gritó un chico de cabello blanco, quien bloqueaba a otro chico pelirrojo

Mi estúpido compañero -SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora