Dazai

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Yo también te amo, enano

-Cierra la puerta, por favor

Al escuchar esas palabras, me puse realmente nervioso. La psicóloga parecía ser buena persona, pero sinceramente me seguía sintiendo extraño, incómodo. Sabía que era algo bueno, pero... Tenía miedo... Mucho miedo...

Hice lo que me pidió y me quedé parado ahí, frente a la puerta, mirando a la doctora desde mi posición, quien acomodaba unos papeles en la mesa. En eso, alzó la vista y me sonrió amablemente.

-Puedes sentarte con confianza -dijo mientras señalaba la silla -. No muerde, te lo aseguro

Intenté sonreír ante lo que dijo, pero la verdad no pude hacerlo, solo asentí. Me quedé quieto unos segundos mientras la miraba. Realmente parecía buena persona.

Chuuya... Por favor, ven conmigo...

Me abracé a la chaqueta y me senté frente al escritorio, intentando no alterarme ni parecer nervioso mientras me sentaba en la silla.

La doctora me sonrió amable, dejando de lado todas las cosas y mirándome, centrando su atención en mí.

Por favor, mire a los papeles, se lo agradecería mucho...

-Oda me dijo que es tu primera vez en terapia -asentí lentamente mientras me aferraba a la chaqueta -. ¿Cómo te llamas?

-Dazai... Osamu Dazai... -dije mientras bajaba la mirada -. Tengo 16...

-Bueno, Dazai, mi nombre es Haruno -respondió animada -. Oda me ha contado de ti, sé que eres excéntrico, divertido, que hablas mucho; sé que a veces te quedas dormido y llegas tarde a clase, te gusta mirar el cielo y amas el cangrejo, ¿Me equivoco? -negué lentamente

Odasaku... ¿Que tanto le contaste de mí a esta mujer?

-Me dijo que eres su amigo y que te trate lo mejor posible también, te prometo que eso haré pero tenemos que trabajar juntos -dijo aún amable.

Quise alzar la vista, pero aún tenía algo de miedo. No me sentía listo aún, pero ella hablaba como si nada, como si le sonriera y la mirara a los ojos.

-¿Tienes un animal favorito?

-Me gustan los gatos... -susurré

-¿En serio? A mí también, tengo uno, se llama Bello mi, ¿Quieres verlo?

Admito que... La manera en qué lo preguntó me pareció realmente tierna, incluso quise reír por escucharla, pero algo me detuvo. Solo asentí lentamente sin alzar la vista.

No dijo nada, solo escuché como se levantó de la silla y dió unos pasos, mismos que me pusieron algo nerviosos, pero no se acercó a mí, sino que hacia una dirección de la habitación. Escuché una pequeña rejilla y luego los pasos se acercaron.

Me tensé un poco al escuchar los tacones cada vez más cerca, sintiendo como mi respiración comenzaba a acelerarse y mis manos se tensaban.

No, no, no, por favor; controlate. Puedes hacerlo. Hazlo por Chuuya, puedes hacerlo...

-¿Quieres tocarlo? -preguntó una voz amable junto a mí

Ni siquiera escuché cuando dejó de caminar. Miré de golpe a mi lado, viendo a la señorita Haruno agachada con un gato blanco con manchas naranjas y cafés en sus brazos. Asentí lentamente ante su pregunta, estirando el brazo. El gato comenzó a ronronear mientras le acariciaba detrás de las orejas, haciendo que sonriera un poco.

Poco a poco, mi respiración volvió a la normalidad, viendo como el gato se comenzaba a acurrucar en mi mano y seguía ronroneando. La señorita Haruno sonrió y colocó al gato en mis piernas, quedándose de pie a mi lado.

Mi estúpido compañero -SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora