Dazai

2.1K 123 427
                                    

¿Cuál es el nombre de mamá?

Dormir con Chuuya me había hecho tanta falta, que la primera noche que dormimos juntos caí dormido de golpe. Esa noche juntamos las camas para volverla una grande, estuvimos un rato abrazados mirando al techo mientras hablábamos cosas pero recuerdo que no pude escuchar todo lo que dijo porque, antes de que me diera cuenta, ya me encontraba profundamente dormido.

Pero lamentablemente las pesadillas no se fueron.

Me desperté cerca de las dos de la mañana, estaba gritando, incluso me costó un poco reconocer que Chuuya era la persona a mi lado. Él se despertó al mismo tiempo que yo, abrazándome mientras me repetía una y otra vez que solo era un sueño y que nada era real.

Mi respiración temblaba mientras me recargaba contra él, aferrandome a él con fuerza, cerrando mis ojos mientras sentía como las lágrimas seguían recorriendo mis mejillas.

-Tranquilo... -susurraba meciendose de delante hacia atrás -. Todo está bien, cariño. Todo está bien... Aquí estoy...

-Lamento haberte despertado... -hablé con voz temblorosa, sintiendo como poco a poco dejaba de llorar -. No era mi intención...

-Hey -dijo sonriente, acunando mi rostro en sus manos para pegar su frente a la mía -. No te preocupes, cielo. De verdad... Te prometí que estaría contigo en todos los que pudiera, ¿No?

Dicho eso, me dejó un beso en la frente. Al sentir sus labios, cerré mis ojos, sintiendo una nueva lágrima salir, la cual cayó por mi barbilla.

Odio las pesadillas, pero tengo que reconocer que este ataque de pánico fue menos intenso que en la casa. Aquí solo lloré pero no fue tanto tiempo. Eso es un progreso.

-¿Puedo saber con qué sueñas? -había una dulce sonrisa dibujada en su rostro, además de que seguía acunando mi rostro

-Sueño con él... -susurré desviando la mirada -. Cada noche aparece de nuevo en mis sueños...

Al escuchar eso, me abrazó con fuerza, acariciando mi cabello y recargandose contra mi cabeza, soltando un suspiro leve. Lo único que pude hacer fue cerrar mis ojos mientras me abrazaba a él con más fuerza.

-No volverá -dijo por fin, acariciando mi mejilla -. Nunca volverá a tocarte

-¿Cómo saberlo? -mi voz se escucha a tan perdida que hasta yo me sorprendí un poco -. No sé cuánto tiempo estará... Ni tampoco sé si me vaya a buscar...

-Si lo hace, yo mismo le rompo la cara y me aseguraré de que no vuelva a ponerte ni un dedo encima -se escuchaba molesto, muy molesto, pero su abrazo no se volvió diferente; seguía siendo el mismo abrazo cálido -. No dejaré que te haga daño nunca más... Además, aquí no podrá tocarte. Este es el lugar más seguro del mundo

-Ese hombre me da miedo... -susurré por fin, sintiendo mis manos frías -. Me da mucho miedo

-Lo sé... No es algo que se vaya a ir de un día a otro, pero te prometo que no te dejaré solo -al decir eso, sentí un beso en mi cabello, mismo que me hizo sonreír a pesar de la tristeza -. Siempre te voy a cuidar.

No supe exactamente qué responder, lo único que se me ocurrió fue asentir. Asentir lentamente mientras me pegaba a él, sintiendo nuevas lágrimas recorrer mi rostro.

Le tengo más miedo a Kazuka del que pensé, me aterra tanto ese sujeto, pero aquí estoy, estoy con Chuuya. Mientras esté con él, no puede hacerme daño. Se fue y no volverá, bo volverá en mucho tiempo...

Acomodamos las almohadas de manera que Chuuya estuviera recargado en ellas como si fuese el respaldo de una silla, mientras que yo estaba abrazado a él, recargandome en su pecho mientras escuchaba su corazón. Sentía como poco a poco el miedo se iba mientras él me cantaba Yellow y me dejaba cariños en el cabello, los cuales poco a poco se fueron haciendo más lentos, al igual que su respiración. Cuando menos me di cuenta, sus movimientos se habían detenido. Alcé el rostro para verlo, viendo sus ojitos cerrados, su rostro relajado, una muy sutil sonrisa en sus labios. Se veía realmente lindo.

Mi estúpido compañero -SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora