Mi estúpido compañero -Soukoku

Chuuya

Ya quiero volver a verlo

Muy bien, Chuuya, solo dile que Dazai es tu novio y que esa chica de la que le hablabas no existe. Vamos, tú puedes, es fácil, claro que sí, no pasará nada malo... Ah, maldita sea, estoy nervioso.

Mañana en la tarde Paul se irá a casa de Ryu para irse en la noche a Tokyo, su avión sale pasado mañana a medio día. Tengo que decirle hoy sí o sí porque mañana estará completamente apurado y no me hará caso, pero estoy tan nervioso que siento que voy a vomitar. ¿Cómo lo tomará? Quiero decir, ¿Se enojará? ¿Me gritará? ¿Va a decirme que no me quiere ver? ¿Lo tomará bien? ... No lo sé, estoy tan terriblementr nervioso que no puedo ni siquiera pensar con claridad.

Le pedí que nos fuéramos juntos a montar después de desayunar y que estuviéramos un rato solos. Le expliqué a la abuela que tenía pensado hacer y solo se limitó a decir "suerte", y luego me dijo que me dejaría comida guardada. ¿Tanto pensaba que nos tardaríamos?

Ah, Dios mío, muero de nervios.

Estaba ya en el establo con Hook, acariciandolo mientras esperaba a Paul. Le conté mi discurso unas 3 veces, pero solo se me quedaba viendo. Podría decirse que Hook aprueba mi discurso y a Dazai.

En eso, escuché como llegó Paul, traiga una camisa de botones abierta, un sombrero color negro y... ¿Una playera roja con dos pies blancos pintados?

-¿Por qué rayos traes eso puesto? -pregunté mientras le acomodaba la silla a Hook

-¿Qué? ¿No te gustan tus pies? Eran adorables cuando tenías 5 años -al decir eso, hizo puchero sacando un poco el labio y ladeando la cabeza

Agh, ¿Por qué se pone eso precisamente hoy? Idiota, ¿No ves que me aterra que hoy me dejes de querer igual?

Esa camisa se la regalé en el primer festival del día del padre en dónde hice algo. Falté al primero que tuve en preescolar porque coincidió con que mamá falleció, así que no le hice nada a mi papá y, en el segundo, ya vivía con Paul. Él ya estaba de vacaciones porque en la universidad, por razones que desconozco, tienen más vacaciones que los demás, así que ahí estuvo, haciendo las competencias conmigo y, aunque yo tenía 5 años y no quería hablar, me cargó a caballito para correr, hicimos carreras de costal, llevamos entre los dos un huevo con una cuchara y, al terminar la competencia, la maestra me dió una camisa que tenía mis pies pintados, misma que hicimos dos días antes, y decía Te amo, papá.

Recuerdo que Paul la usaba seguido porque le pareció muy tierno que se la diera, al igual que cada regalo del día del padre. ¡Pero siempre que se la ponía lo hacía para molestarme porque decía que tenía los pies demasiado pequeños y lo está haciendo de nuevo!

Ya. Tranquilo, Chuuya, respira. Te estás poniendo demasiado nervioso.

Llegamos a ese río en dónde dejamos pastar a las vacas cuando las trae Sora, conocemos muy bien este lugar y es muy tranquilo. Si me grita, nadie escuchará ni me verán llorar, así que todo está bien, es algo que quedará entre nosotros pase lo que pase.

-¿Te sientes bien? -preguntó Paul en cuanto nos sentamos debajo del árbol -Parece que quieres vomitar, ¿Tienes fiebre?

Se veía realmente preocupado, pero en realidad no tenía fiebre, tenía miedo. Todo lo que hemos hecho en estos días comenzó a pasar por mi cabeza, sobretodo el como nos quedamos dormidos anoche, como nos abrazamos como hace años, como me cuidó dormido hasta que ya no pudo más, como vimos juntos el video de mamá; no quiero perder eso, pero tengo que decirle de Dazai porque no quiero tenerlo oculto, así que... Vamos, Chuuya, tú puedes...