Esa voz...

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Me dolía la cabeza horrores.

Oh no

Me intento levantar rápido de la cama pero unos grandes brazos lo impiden. Giro sobre mi misma encontrándome el rostro senero del castaño, respira suavemente. Tiene todo el pelo revuelto y los labios hinchados.

Es precioso.

Mierda.

Los aparto y corro al baño, el dolor de barriga hace que eche todo el alcohol ingerido ayer. Me lavo los dientes y me lavo la cara, me doy cuenta que estoy solamente con una camiseta por encima.

Aprovecho para ducharme, salgo con una toalla en vuelta y muevo el hombro a Pedri.

Nunca había dormido con un hombre.

- Tienes que irte - le digo, gruñe y abre los ojos poco a poco. Una vez abiertos frunce el ceño, confundido. Debe de estar tan sorprendido como yo.
Se incorpora en la cama al momento.

- Mierda - gruñe. - ¿Qué hora es? - le señalo el reloj de la pared que marcan las dos de la tarde. - Llego tarde, mi hermano me va a matar.- se levanta rápido, me pongo roja cuando lo veo desnudo y me doy la vuelta rápidamente.

Aprovecho para meterme en el baño y cambiarme. Me pongo una camiseta grande blanca y unos pantalones de deporte de algodón que me llegan por encima de las rodillas.

Salgo llevándome la sorpresa de que aun sigue aquí.

- Quería despedirme, nunca me quedo a dormir y no se como actuar - se encoge de hombros. Le sonrío tímida y se nota la incomodidad en el ambiente.

- Bueno pues nos vemos - Asiente y se acerca a la puerta, lo acompaño.

- Adiós- se despide y se va. Cierro la puerta y me apoyo en ella hasta que me arrastro hasta el suelo.

No vuelvo a beber.

Revivo la noche de ayer brevemente en mi cabeza. Nunca me había sentido así con alguien, he tenido muchas noches así de fiesta pero con ninguno he tenido la conexión que he tenido con él.

Suspiro y me dispongo a cambiar las sábanas, aprovecho a poner la lavadora ya que estamos en fin de semana mientras llamo a mi mejor amiga para contarle lo sucedido.

Nos pasamos el domingo de resaca en su apartamento mirando anatomía de grey.

Lunes

Vuelvo de correr y me hago el desayuno, miro el reloj son las 8 de la mañana tengo que ducharme para ir al trabajo. Hoy me toca de mañana.

La jornada va fluida sin ningún percance con los niños que acuden a clínica, en el descanso salgo al establecimiento de confianza de al lado a tomar el café de media mañana.

Es una especie de restaurante abierto con vibras muy familiares y hogareñas. Estoy enamorada de este lugar y los dos señores que lo llevan son muy agradables. Muy de la isla.

Me siento esperando a mi café, le doy los buenos días mientras le pido lo de siempre.

- Que vale bro, que eres el mejor - escucho una voz, esa voz. Tengo un escalofrío por todo wl cuerpo. Intento agachar la mirada en el móvil.

Que vergüenza.

Por otro lado tenía bastante curiosidad de verle de nuevo.

- Pedro por favor llévale este café a la mesa 3

No no no no no

Levanto la mirada cuando lo noto cerca y a Pedri se le resvala el cafe de las manos, encima de mi.

Lugar seguro | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora