Lugar seguro | Pedri González

Sentimientos

Luna
Hoy llueve en Tenerife, estoy sentada en la ventana de mi habitación donde tengo una especie de cojín. Estoy apoyada en el cristal con Dolerme de Rosalia de fondo sonando.

Estaba pensando en Pedri, no me podía sacar al canario de la cabeza, tenía claro que lo que sentía por él no era amistad, y era mucho más que atracción física, pero no estaba segura de si podría dejar todos los miedos atrás y abrirme a él, contarle las cosas que no me dejan dormir, mi infancia, la relación con mi madre y con la comida.

Como le explico que hay capítulos de mi vida que jamás cerré, sino que simplemente huí de ellos.

Sus ojos marrones, su forma de tocarme y su manera de hacerme sentir tan jodidamente bien.

FLASH BACK

Se estaba poniendo el sol en Tenerife, Pedri y yo estábamos metidos en el mar, yo tenía mis piernas alrededor de su cintura y él me abrazaba hacia él.

- Pepi esto es muy poco amistoso por tu parte.- le digo mirándole a los ojos. Este se sacude el agua del pelo y me regala una sonrisa burlona.

- La que está subida al otro y que no se despega no soy yo - me contesta vacilándome, ruedo los ojos y hago el amago de separarme pero el gruñe y me acerca a él.

- Que hace frío Luna, no te separes.- me abrazo a su cuello, dejándole un beso. Nos fijamos ambos en la puesta tan bonita de sol que nos está regalando esta playa. En donde llevamos viniendo todo el verano.

FIN DE FLASH BACK

Mi vida nunca ha sido estable ni mucho menos, pero sí que me regala cosas mágicas a veces, y Pedro González es una de ellas.

Le mande un mensaje a Bea si podía venir a hablar conmigo, me dijo que en 5 minutos bajaba. A los pocos sonó mi puerta y fui a abrirla, me trae una ensalada en un bol ya hecha y otra para ella.

- Qué día más horrible, y el súper estaba a rebosar de gente. Como llueve no tienen otra cosa que hacer.- se queja en alto, disimulo con una sonrisa y abro la ensalada. La aliño y la agito como una buena espectadora de Las Kardashian.

- Tengo la cabeza a mil Bea.- comienzo a hablar.

-¿Es por Pedri?- me pregunta directamente, asiento en respuesta, me mira atenta esperando a que continúe.

- Me gusta mucho Bea.- confieso, tiene una sonrisa en la cara para mi sorpresa.- ¡No sonrías! No es bueno.- murmuro lo último.

- Estaba esperando a que me lo confesaras ya Luna - me agarra la mano y me da un apretón.-¿Por qué no es bueno Luna? Os he visto juntos, a él lo tienes comiendo de tu mano, la manera  en la que te ve, siempre pendiente de ti. Luna apuesto lo que quieras que a él también le gustas mucho. - me apoyo en la encimera y pego mi cabeza en la misma, Bea me da una caricia en el pelo.

- Es que no tiene nada que ver Bea- prosigo- yo tengo una mochila muy grande como para meterme en su vida con ella, es futbolista, tiene una trayectoria que apunta a lo más alto y yo solo tengo problemas encima.Además, viene de una familia perfecta y yo...- le digo, con la voz bastante entrecortada.

- Esa familia te adora, su madre cada vez que vas a tomar el café se muere de alegría.- me interrumpe Bea.- Luna ¿es que no te das cuenta? Todo el mundo te adora y eres tú la que no para de mirarse al espejo y recordarte todo lo malo que tienes, todos los defectos que crees que hay y que no existen.Obviando en todo momento lo bueno, no puede ganar ese hijo de la gran puta que hizo que tú pienses todas esas cosas de ti. - las palabras de Bea se clavan directas en mi corazón, se me aguan los ojos, recordando cada momento de mi adolescencia, que pagaría todo el dinero del mundo por olvidar.