10: Dame a mi el dolor amor

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Narra Luna

No paraba de sacarle fotos a Pedri como una abuela, siempre le sacaba fotos a todo, sabía que iba a haber mil en internet en los actos donde salía él pero siempre necesitaba sacarlas con mi móvil.

Lo sentaron en una especie de escenario con un micrófono y un entrevistador al lado, hablaron de canarias, del ascenso de su anterior equipo a primera y de mil cosas más.

Rosi se levanta un momento cuando el suena el móvil, vuelve preocupada y me dice que se tiene que ir que ha habido un problema en la cocina de la Tasca pero que venía rápido.
- Rosi por dios, no hace falta que vengas - me mira insegura pero acaba cediendo.

Escucho como responde cada pregunta y no puefo sentirme tan orgullosa de él. Juan se sienta a mi lado.
- ¿Cómo te encuentras?
- Muy bien la verdad - me pasa una botella de agua.
- Mi mujer siempre tenia sed - me dice en bajito, le sonrío tierna.

- Vale te toca - Juan me ayuda a subir las escaleras agarrándome del brazo, pero Pedri ya estaba al final de ellas dispuesto a echarme una mano y eso lo hace.

Cojo su camiseta del Barça por una esquina y el por otra, nos sacan fotos. El que estaba entrevistando a Pedri me saluda con dos besos.

Cuando me iba a ir insisten en sacarnos un par de fotos más y ya me estaba poniendo un poco nerviosa por la bebe y por los flashes.

- Luna unas preguntas - me dice uno de los periodistas.
- En otro momento- intento contestar educadamente con una sonrisa. Sin embargo, el periodista insiste por lo que Juan le da un aviso al coordinador del acto y les piden que corten.

- No se quien se cree - escucho el comentario del periodista y no voy a mentir, me sentó muy mal.

No quería dar aquella imagen de superficial, me hubiese encantado contestar preguntas y mil cosas más pero yo no tenía un papel público más que ser la novia de un futbolista y mi bebé iba por encima de una entrevista.

La gente opinaba sin saber lo que pasaba una persona detrás. Perdí la sonrisa sinceramente, me agobiaba sentirme tan juzgada.

- He escuchado lo que ha dicho ese bobo - dice Juan a mi lado en bajo, hago una mueca. Me habían entrado unas ganas inmensas de llorar. - ¿Estás bien? - niego con la cabeza, al momento se levanta delante mía para bloquear cualquier foto que me hiciesen en ese momento y me ayuda a irme de allí.

Llegamos hasta el coche de Pedri donde me siento en los asientos de atrás ya que los cristales estaban tintados.
- ¿Quieres esperar a Pedri o irte ya? - me pregunta preocupado. - Le quedan quince minutos sino te llevo yo a casa en un momento. - me avisa.

- Le espero sin problema - digo como puedo, luego hago los ejercicios de relajación que practicaba con la psicóloga.

Y como bien dijo Juan, a los quince minutos puedo ver como Pedri se acerca al coche, bastante apresurado. Se despide de Juan y se sube al asiento del conductor. Se gira a verme preocupado.

- Me agobie con los comentarios al haber negado aquellas fotos y preguntas, pero de dolor y mareos estoy bien - le contesto.
- Hiciste lo correcto Lu - arranca pero cada dos segundos me miraba por el retrovisor. - oye no me gusta nada que vayas ahí detrás. - me acaba sacando una sonrisa con su comentario.
- Pues acostúmbrate por que cuando la barriga crezca si me siento delante la gente lo va a notar.
- Hablando de eso, se lo tuve que contar a Quevedo.
- Anda, por eso me dijo que le llamase en cuando pudiera- le digo.
- Me pidió si podíamos protagonizar un videoclip los dos y le dije lo que había pasado - me explica.
- El no va a decir nada.- digo segura de sus palabras, era uno de los mejores amigos que tenía.
- Lo se. - se queda un rato callado, pero sabía perfectamente que quería decirme algo.
- ¿Cuándo lo vamos a contar? - me pregunta curioso. Ahí está.
- Cuando esté fuera de peligro, no me gustaría anunciarlo, que le pasara algo a Xana y que todo el mundo a todas horas me recordase que sería madre. - al acabar de hablar siento como se me forma un nudo en la garganta, no quería que le pasara nada.
- No vas a perder a ese bebé Luna - me dice Pedri. - que ni se te pase por la cabeza eso.

Lugar seguro | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora