18: Epilogo

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Narra Luna

España no había conseguido el título por lo que la vuelta a la rutina había sido dura.

- ¿Tienes todo? - me pregunta Pedri en un tono de voz seco, asiento, algunos de los chicos ya habían pasado el umbral de la puerta por lo que los gritos de la prensa y los flashes eran notorios.

Me aferro a mi bolso en cuanto veo a Pedri dispuesto a pasar por la puerta, yo voy detrás.

Le bombardean a preguntas y a críticas, una periodista de una cadena de televisión me corta el paso para preguntarme sobre el embarazo.

- Un poco cuesta arriba - contesto tímida. Pedri se percata que no le sigo el paso.
- Lu vamos - me pide el canario, yo me disculpo con una sonrisa y sigo andando.

Sus ojos marrones no me pierden de vista hasta que estoy a su costado, pasa su brazo por mis hombros de manera protectora.

Nos cuesta avanzar por lo que los de seguridad intervienen, noto a Pedri tensarse por lo que entrelazo mis dedos con los suyos en un intento de transmitirle paz.

La llegada a casa es silenciosa, el canario va sumido en su mundo pero se que lo necesita.

También sabía que Pedri necesitaba hacer algo que no había hecho desde la derrota, llorar.

Y no tardó en suceder, ambos tumbados en la cama con su cabeza en mi pecho.

Todo ha sido toda una montaña rusa de emociones, yo no estaba nada bien hormonalmente ni físicamente.

Los dolores eran inaguantables, el viaje en avión había sido horroroso y no aguantaba ni dos minutos de pie.
Pedri había vuelto a sus entrenos normales del barça después de 5 días de vacaciones que nos la pasamos preparando la casa y yendo a clases.

En una semana cumplía 8 meses ya. Pero hoy sentía que no iba nada bien, Pedri me miraba preocupado.

- No te puedo dejar así, vamos al médico.
- Tienes partido, deberías estar yéndote, tu madre viene a buscarme en nada - le regaño. Intento fingir una sonrisa y parece que le tranquilizo ya que hace un pequeño puchero antes de dejarme un beso en la frente.
- ¿No quieres un beso de buena suerte? - le digo envolviendo mis brazos en su cuello.
- Espero que sea más de uno - murmura a milímetros de mi boca.

Estábamos en el campo, algo no iba bien, lo presentía.

- No se que me pasa - digo ya que parecía que me había meado encima, Rosy me ve y se mira con su marido, detrás mía Fer se acerca a mi cuando un fuerte dolor me parte la columna vertebral. Llamo la atención de varias personas de la grada, el partido estaba por comenzar.

- Cielo creo que has roto aguas - murmura Rosy especialmente nerviosa.
- Aun no está listo - digo.

Sabía que esto era una posibilidad, me lo habían dicho, miro hacia el campo como los jugadores estaban posicionados ya apunto de empezar.

Pedri en el campo, concentrado en el terreno de juego.

Cuando pase de la mano de mis suegros por la puerta de salida de emergencia escucho el pitido que marcaba el principio del partido.

[...]

Narra Pedri

Pitan una falta, escucho mi nombre y veo como alzan el letrero con mi número.

Lugar seguro | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora