Al final del tunel

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Cuando fue la cena Toni no dudó en llamarme, en exigirme que fuese con él en medio de la fiesta, y por miedo fui, le dije a Pedri que no me sentía bien, otra vez mintiendo por miedo a que el hecho de no ir ahora con él tuviera una repercusión peor en Barcelona.

Quería que todo esto se acabase, lo necesitaba. Irme de este lugar, solo necesito irme. 

Fui hacia la habitación como él me mandó, aunque nunca llegué a ir, apareció en dirección contraria a mi, le miré asustada, tenía una sonrisa de oreja a oreja. Me cogió del brazo a mitad de camino haciendo que diese la vuelta, no tardó en tirar de mi hasta un almacén cercano, voy en silencio, mira a los lados del pasillo y ve que no hay nadie, cierra la puerta detrás de nosotros, hay otra puerta al otro lado de la habitación.

- Que quieres de mi- las palabras salen de mi boca más débiles de lo que pensaba, el se acerca a mi a paso lento sin que le tiemble el pulso ni pierda la sonrisa, mis rodillas flaquean del miedo.

No quería volver a sentirme de aquella manera, no quería sentir que otra persona tenía poder sobre mi, pero así era, me tenía anulada en todos los aspectos. 

- ¿No lo entiendes Luna? Todo- susurra en mi oido, yo intento apartar mi cara de la suya, un olor a alcohol proviene de su aliento, me asusto al momento que sus manos se posan en mi vestido.- La primera vez que volví a verte, no dudé en acercarme a ti.- proceso  la información que acaba de darme, no entiendo a que se refiere pero mi cuerpo reacciona produciendo un escalofrío por todo el cuerpo del miedo. 

-¿Volví a verte?- le pregunto confundida repitiendo sus mismas palabras, él no pierde la sonrisa, al revés, la intensifica. 

- No te acuerdas quien soy, es normal, la última vez que nos fuimos fue hace bastantes años- dice cortándome el aliento, lo observo detenidamente.

- Tu madre me compraba la droga y te traía siempre contigo- los recuerdos me golpean la mente.- tan delicada, tan guapa y fíjate, eres clavadita a ella ¿Cómo se encuentra?

- No se nada de ella, me fui de casa.- le digo la verdad, esperando que eso me ayude a salir de estas cuatro paredes. 

- Siempre fue una mala madre pero muy buena en la cama, mientras tu jugabas en el salón de mi piso ella y yo nos entreteníamos ¿Te acuerdas?- pasa un mechón de mi pelo por detrás de mi oreja. - Cómo no voy a comprobar si su hija heredó sus dotes de mujer, además de la gran cantidad de dinero que me debe.- cierro los ojos con fuerza al sentirlo tan cerca de mi. 

- ¿Entonces quieres dinero?- le pregunto con la voz temblorosa, abro los ojos de nuevo, lo veo negar con la cabeza. 

- Te quiero a ti- al momento que susurró la última frase no dudé en dar pasos hacia la otra puerta, el intenta agarrarme pero por una vez soy más rápida y logro zafarme de su agarre. 

Sin embargo, al llegar a la puerta e intentar abrirla, cuando lo consigo vuelve a agarrarme y me empuja contra la pared, agarra mis manos colocándolas por encima de mi cabeza, yo intento gritar pero posa sus labios en mi cuello, me agarra  ambas muñecas con una mano y con la otra me tapa la boca. Las primeras lágrimas comienzan a salir al notar cómo succiona mi cuello sin ningún pudor. 

Me armo de valor y levanto la rodilla con fuerza, le doy un gran golpe en su entrepierna y consigo deshacerme de él, consigo gritar pidiendo ayuda pero cuando se recompone viene rápidamente hacia mi dándome una bofetada tan fuerte que consigue lanzarme al suelo, aterrizo fuertemente y recibo la primera de varias patadas en el estómago.

- No vuelvas a resistirte niñata- me agarra del pelo desde el suelo para ponerme de pie, las lágrimas se deslizan por mi mejilla. Por primera vez le miro a los ojos, noto como está disfrutando del terror que hay en mi mirada - Hoy no te vas a librar- tira de mi cabeza hacia atrás haciendo que me vuelva a golpear contra la pared. 

Lugar seguro | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora